El Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ha acogido este 20 de noviembre un debate sobre el "nuevo informe de auditoría de cuentas", en el que han participado representantes de la institución que aprobó la normativa, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC); de dos prestigiosas firmas del sector, como KPMG y Grant Thorton, y, por supuesto, del mundo académico. La actividad, organizada por el Máster Universitario en Auditoría y Contabilidad, posgrado oficial de la UCM, ha buscado, en palabras de su coordinadora, María Elisa García Jara, "acercar a los alumnos de la Facultad a la auditoría, tanto desde el punto de vista profesional, como vocacional, y también a la vida de las empresas, un mundo en el que muchos de vosotros en breve estaréis inmersos". El debate ha sido inaugurado por el vicerrector de Planificación Económica y Gestión de Recursos, Javier Sevillano, y por la decana de la Facultad, Begoña García Graciano.
Como explicó el vicerrector Javier Sevillano, la auditoría es un tema "polémico y de continua actualidad, como demuestra su presencia cada día en los periódicos". Desde finales del pasado año se ha modificado la norma que indica cómo debe realizarse una de las partes más importantes de la auditoría, como es su informe. No se ha tratado, como incidió en su breve exposición Javier Sevillano, de una "mera diferencia de formas, sino que tiene un claro objetivo: dar mayor información". En el informe, el auditor da su opinión sobre las cuentas anuales de la empresa u organismo público en cuestión. Hasta ahora ese informe era breve y prácticamente se limitaba a decir si a juicio de la auditora las cuentas presentadas reflejaban de manera fiel su situación económica, o en caso contrario qué era lo que no había sido correctamente imputado y cómo afectaba a las cuentas. Con la nueva normativa, que entró en vigor a finales de 2016, el informe debe ser más preciso, indicando aún en el caso de no detectar irregularidades mayor información sobre el trabajo realizado por el auditor. "Puede decirse -consideró el vicerrector de Planificación Económica- que en este sentido la nueva normativa acerca el informe de las empresas privadas a lo que ya se hacía en el de las instituciones públicas".
El debate estuvo moderado por el profesor complutense José Ramón González García, quien fue presidente del ICAC de 2004 a 2009. Según explicó a los estudiantes que prácticamente llenaron el Salón de Grados de la Facultad, la importancia de este cambio del modelo, que lo armoniza con la normativa internacional, es de gran transcendencia, ya que no hay que olvidar que las auditorías de cuentas "inciden en los mercados financieros, dándoles credibilidad y funcionalidad". Junto a González García, han participado en la mesa la actual subdirectora general de Control Técnico del ICAC, Eva Castellanos; los socios auditores de KPMG y Grant Thorton, Jorge Herreros y María José Lázaro, respectivamente, y el profesor del Departamento de Administración Financiera y Contabilidad, y también docente en el Máster en Auditoría y Contabilidad, Antonio Prado.
Jorge Herreros ha presentado a los estudiantes un símil para reflejar la entidad del cambio normativo realizado. Según explicó, una auditoría puede compararse con un iceberg, y su punta es el informe. La parte mayor del iceberg está bajo el agua, oculta. La mayor parte de la información que se puede obtener de una auditoría tampoco era hasta ahora visible. La nueva normativa, según aseguró Herreros, "baja el nivel del agua" permitiendo ver más información, "aunque no toda porque ello supondría una sobreabundancia". Qué información hay que dar y cuál no, es lo que regula la nueva técnica de auditoría. "La crítica que yo le hago al nuevo informe -señaló el vicerrector Javier Sevillano, como él dijo para animar el debate- es que como toda mala novela, empieza por el final, poniendo en el primer párrafo las conclusiones".
