"Esto no puede seguir así", exclama el profesor emérito de Sociología Juan José Castillo, autor junto a la investigadora Paloma Moré de Universidad precaria, universidad sin futuro, editado por Fuhem Ecosocial y presentado este martes 30 de enero en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. La obra de Castillo y Moré es una investigación sociológica a través de datos y entrevistas sobre el profesorado universitario. "Esto no puede seguir así", repite Juan José Castillo, sentado junto al rector de la UCM, Carlos Andradas, y Roberto Fernández, rector de la Universidad de Lleida y desde hace octubre del pasado año presidente de la CRUE, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.
Los rectores, y también el decano Heriberto Cairo, quien ejerce de anfitrión, aceptan la mayor. Saben que la situación de una parte del profesorado universitaria es precaria y, como acierta a afirmar el presidente de la CRUE, "moralmente inaceptable". El problema no afecta a una sola universidad, aunque el libro centra datos y testimonios en el ámbito más próximo a sus autores: la UCM. En ella Castillo ha dado clases durante décadas y Paloma Moré se formó. Castillo cree que el problema tiene mucho de estructural. Ante la falta de suficientes profesores se ha tendido a cubrir los huecos con las figuras docentes menos costosas.
Paloma Moré ni tan siquiera ha conseguido ser parte de ese profesorado precario. "Continúo siendo una joven, ya no tan joven, investigadora precaria", se presenta, explicando que ha tenido que "exiliarse" para buscarse un presente y un futuro mejor. Ella y el profesor Castillo se han entrevistado con numerosos docentes, representantes de las figuras más bajas del escalafón, ayudantes, asociados y otras figuras temporales, como la de contratados interinos, una fórmula que, como señala el decano Cairo, "no tenía precedentes y hubo que crear para no dejar a muchas personas en la calle". Paloma Moré confiesa que tras entrevistarse con los docentes ha sentido angustia y hasta pesadillas, pero también, afirma, ha conseguido llegar a una conclusión reconfortante. "Me he quitado esa autoviolencia que me ejercía diciéndome que lo que me pasaba era culpa mía o que podía hacer más". Lo que a ella le ha pasado le pasa a muchos. "Desde que acaba el Doctorado hasta que consigue una plaza como contratado doctor pueden pasar hasta 20 años", denuncia Moré, a la vez que describe lo que esto conlleva en el plano personal o familiar: gente con cuarenta años que vive con sus padres porque no consiguen un crédito para una vivienda y formar una familia, mujeres que hasta pasados los 40 no pueden ni pensar en la maternidad...
La investigación de Juan José Castillo y Paloma Moré ha sido publicada por la Fundación Hogar del Empleado (FUHEM) porque como dice su director, Santiago Álvarez, "desde fuera hemos querido ayudar a denunciar una situación que sólo desde dentro puede solucionarse". Álvarez considera que la precariedad laboral, la escasa presencia de profesores jóvenes en las aulas, la merma de las plantillas docentes que han sufrido las universidades en estos últimos años, son incompatibles con una democracia de calidad. Cree que las universidades en este proceso se han "disciplinado" y han dejado de lado su cara más reivindicativa, y anima a recuperarla.
Los rectores Roberto Fernández y Carlos Andradas coinciden en agradecer que se lleven a cabo investigaciones de este tipo, ya que les dan argumentos para poder exigir soluciones a las administraciones. Desde las universidades, como ambos señalan, no se puede paliar el problema en toda su profundidad. Se puede avanzar, por supuesto, con medidas como la que señala el rector complutense que "esta misma mañana hemos aprobado en el Consejo de Gobierno". Se trata del Plan UCM 2018 de Actuaciones en Profesorado, y uno de sus ejes es avanzar en la eliminación de la temporalidad. Señala Andradas que en los años más duros de la crisis las universidades se refugiaron en las figuras temporales para no despoblar las aulas y dar una salida a los docentes que quedaban sin contrato. El problema, según afirma el rector, es que esas bolsas de temporalidad se hicieron demasiado grandes y "ahora cuesta irlas vaciando".
Pero el problema es de fondo. "Está en la infrafinanciación estructural de las universidades", concreta Andradas, para quien de seguir así la situación pronto será insostenible. "Ha llegado el momento de hacer política", explica el presidente de la CRUE, Roberto Fernández, quien anuncia que si el próximo 2 de febrero en la asamblea que mantendrán en Valencia, sus compañeros rectores le otorgan su apoyo, va a poner en marcha un plan para hacer llegar a las administraciones tanto central como autonómicas -"No olvidemos que estamos en la España de los 17 sistemas universitarios", recordó- así como a los sindicatos, organizaciones civiles y empresariales toda una serie de reivindicaciones. Serán, según explica, 15 puntos de actuación política, peticiones priorizadas sobre las que las universidades exigen una solución. Por supuesto, el fin último es un pacto de Estado que se concrete en la tramitación en el Parlamento de una nueva ley de educación, "pero no podemos esperar a que eso pase sin solucionar nada". Fernández establece cuatro áreas urgentes que precisan solución: financiación, autonomía universitaria, investigación y personal. En este último punto, claro está , es donde entra la situación de precariedad de la plantilla docente. "Un problema estructural, pero ante todo moral, contra el que hay que luchar desde la movilización sensata, inteligente y pacífica", concluye.
