Los días 7 y 8 de marzo, la Facultad de Ciencias de la Información, acoge el seminario internacional Ensayo audiovisual. En la presentación de las jornadas, el director de las mismas, el profesor Norberto Mínguez, subrayó que este encuentro se produce en el contexto de dos proyectos de investigación, uno dirigido por Luis Deltell y otro dirigido por él mismo. En cuanto a por qué se celebra un seminario sobre este tema tan específico, aseguró que existe una triple respuesta, marcada por el pensamiento, el reto y el valor cultural que aportan los ensayos audiovisuales. El decano de Ciencias de la Información, Jorge Clemente, añadió que "esta Facultad es pionera y referente en los estudios de comunicación en España, así que este seminario contribuirá a ponernos al día en un área del conocimiento que cambiaba enormemente, como es la cultura audiovisual". Además la Facultad, según el decano, "quiere ser referencia no sólo por su trayectoria, sino también por su apuesta por el futuro y por la conexión con el mundo profesional, y esta iniciativa va en esta línea".
Norberto Mínguez amplió sus respuestas sobre la necesidad de este seminario. La primera de ellas es que" el ensayo es una forma audiovisual que está atravesada, o puede estarlo, por tres registros, como son la expresión personal, la experiencia de lo público y el pensamiento, que está siempre en la propia esencia del ensayo". Reconoció que el "pensamiento no está muy de moda, porque en nuestro paisaje mediático estamos más en el entretenimiento, pero al menos el ensayo nos hace no perder de vista ese aspecto tan importante que es la reflexión".
De acuerdo con Mínguez, "con el ensayo siempre tenemos la experiencia de hacer un viaje muy amplio que nos lleva a lugares muy diversos".
La segunda de las razones para hacer este seminario es que "el ensayo tiene una enorme capacidad para absorber y movilizar distintas prácticas artísticas. Es una especie de laboratorio donde uno va a sorprenderse y a aprender haciendo". Eso hace que sea siempre un reto "tanto para los investigadores como para los espectadores".
La última de las respuestas a la celebración de este seminario internacional es que "una buena parte de producción ensayística circula por canales periféricos, sin alcanzar el impacto que pudiera merecer". En general, el ensayo es "una manifestación minoritaria, pero sin embargo hay una cierta desproporción entre la tendencia a la marginalidad y el valor cultural que tiene el ensayo audiovisual".
Una difícil definición
Para hablar de todo ello, en este seminario internacional se cuenta con "algunas de las personas que mejor conocen el ensayo audiovisual, tanto teóricos e investigadores como cineastas que lo practican, son los que representan lo mejor del ensayo así, como la riqueza de su propia diversida".
El proferor Alfonso Puyal, presentó al primero de los ponentes, Josep Maria Catalá, como "uno de los mayores expertos en la cultura de la imagen", y recomendó la lectura de algunos de sus muchos libros como La imagen compleja, Estética del ensayo y Viaje al centro de las imágenes, una introducción al pensamiento esférico. En concreto, "este último libro habla del giro especulativo en el documental, entre otras muchas cosas, y es uno de sus libros más ensayísticos y especulativos, así que está muy acorde con este seminario".
Josep María Catalá, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, comenzó su conferencia titulada "Pensar el cine del pensamiento", con la misma reflexión que ya había hecho antes el decano Jorge Clemente, que no es otra que la dificultad a la hora de "acotar una definición para el ensayo audiovisual".
De hecho, Catalá, que lleva desde el año 2000 reflexionando sobre el tema, piensa que "si se pudiera definir se cerraría y ya no habría más ensayo". Para él, el ensayo es "básicamente un cine de pensamiento, un cine a través del que podemos pensar". Reconoce el conferenciante que "todo cine realmente piensa y nos transmite unas ideas, en primer plano, en el segundo, o en el fondo, pero es sólo en el ensayo donde las ideas están en primer término, y además no sólo nos permite pensar, sino que él mismo piensa sobre el pensamiento, es decir, es consciente de que ejerce esta función, y eso es algo que el cine convencional no hace".
Recordó Catalá que según el filósofo Gilles Deleuze, "la imagen da la estructura del pensamiento, y eso es fundamental en el campo del ensayo, porque estamos funcionando a través de las imágenes".
A lo largo de su trabajo, el profesor de la UAB ha descubierto que "no se trata, de todas formas, de analizar las diferentes producciones ensayísticas, porque ese repaso es algo inútil, y lo mejor es dedicarse a ver qué espacio abre el cine ensayo. A partir de ahí se puede hacer un ejercicio retrospectivo, que es algo más interesante de hacer".
Según Catalá, en ese ejercicio ha descubierto que el ensayo se encuentra "un espacio que se puede titular el postcine, que lo abrió el documental con toda una serie de giros que han ido revisando y desmintiendo las formas típicas del cine". Considera el profesor que ese postcine se examina a sí mismo, y que se podría equiparar a un ámbito "quizás no bien estudiado en el cine, que es la música". Y más en concreto, "se podría equiparar el ensayo al jazz", ya que los dos son movimientos artísticos rupturistas y novedosos.
