Del 13 al 15 de junio se celebra en la Facultad de Ciencias de la Información el V Congreso Internacional de la Fotografía Contemporánea, CONFOCO 2018, que organiza el Departamento de Ciencias de la Comunicación Aplicada. En esta ocasión el tema elegido es "La imagen documental. Investigación, estética y prácticas pedagógicas". El objetivo, según ha destacado la directora del congreso, la profesora Isabel Arquero, en el acto inaugural -en el que ha compartido mesa con el decano Jorge Clemente y la directora del Departamento organizador, Patricia Núñez- es propiciar "el diálogo entre fotógrafos, académicos y especialistas que provoque entusiasmo entre nuestros estudiantes por la fotografía".
El Congreso reúne, como destacó la propia directora, a fotógrafos más vinculados con el fotoperiodismo como Marisa Florez, Manuel Pérez Barriopedro o Juan Medina, y otros más del ambito artístico como Julia Montilla, Lucía Pitters o Laura Carrascosa. También hay que destacar, como subrayó el decano Jorge Clemente, la presencia del director de cine, egresado de la Facultad, Guillermo García López, cuya película "Frágil equilibrio", elegida como mejor documental en la última edición de los Goya, sirve de marco de debate sobre la necesidad de documentar con imágenes realidades incómodas como la de la inmigración. CONFOCO también trata este año novedades técnicas como la fotografía con drones, que incluye en la sesión del jueves una exhibición.
A quienes, sin duda, hay que agradecer su labor no sólo documental, que también, de un periodo de la historia de España es a Marisa Florez y a Manuel Pérez Barriopedro. Ellos han sido los primeros invitados al congreso tras la conferencia inaugural pronunciada por el profesor Raúl Eguizábal. Tanto Marisa Florez como Manuel Barriopedro mostraron a los estudiantes asistentes muchas de las imágenes con las que se recordarán para siempre los años de la Transición. Como explicó el profesor Rafael Rodríguez Tranche en su presentación de los invitados, Marisa Florez desde las páginas de El País y Barriopedro desde la Agencia Efe, supieron transmitir mucho más que imágenes, también sentimientos, tensiones, estados de animo...
Para Marisa Florez la clave de aquellas fotografías es que supieron acompañar al momento en el que se producían, despojarse de la oficialidad y el protocolo que acompañaban las imágenes que se difundían durante la Dictadura, y cargarse de espontaneidad. Ella, según explicó, tuvo la suerte de poder llevar a cabo su trabajo en El País, un medio joven cuya una de sus líneas editoriales era precisamente buscar una nueva manera de mostrar lo que sucedía. Florez es conocida, sobre todo, por sus imágenes de los políticos e incluso, por qué no decirlo de la nueva forma de hacer política de aquellos años. Alberti y La Pasionaria en las escaleras del congreso, Suárez y Felipe González compartiendo cigarrillos; Tarradellas volviendo a pisar su tierra... Estas imágenes y muchas más formaron parte de un vídeo que proyectó la propia fotógrafa como parte central de su intervención, clasificando su trabajo por temas: la Transición, el rey, los presidentes del Gobierno (hasta Zapatero), las mujeres y su nuevo papel en la sociedad (y también algunas de las famosas de aquellos años) y -"a veces un fotógrafo tiene que hacer fotos de lo que le mandan"- toreros.
Si el trabajo de Marisa Florez es difícil de resumir en una sola imagen -aunque el profesor Rodríguez Tranche eligió como quizá la más icónica de su trabajo una de Felipe González hablando por teléfono en una cabina del congreso- el de Manuel Pérez Barriopedro sí puede, no por lo que para él significó sino por lo que como ninguna otra consiguió reflejar, sintetizarse en una fotografía. La captó el 23 de febrero de 1981 rodeado de guardias civiles armados, y muestra al teniente coronel Tejero, con una pistola en una mano y brazo y mano extendida la otra situado en las escaleras que llevan a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados. Es la imagen con la que año sí y año también se recuerda el intento de golpe de Estado del 23-F. "Conseguí inmortalizar mi apellido con una foto. No importa que haya estado, por ejemplo, en cuatro Juegos Olímpicos... Es una cruz, pero ahí la llevo", señaló Barriopedro en referencia a esa fotografía que quizá también sirve como ninguna otra para reflejar ese carácter documental que en ocasiones alcanza el fotoperiodismo.