Primer premio al mejor espectáculo, premio a la mejor interpretación protagonista femenina, premio a la mejor dramaturgia, premio al mejor espacio sonoro, premio al mejor maquillaje y mención especial por el espacio escénico. Esos han sido los seis galardones con los que se ha alzado la obra Limits de La Escena Roja en este XXII certamen de Teatro Universitario de la Complutense. Es cierto que en número de premios fue superada esa compañía por el Barracón, con un total de siete, aunque en este último caso repartidos entre las dos obras que presentaron al concurso.
Los miembros del grupo Katharsis fueron los encargados de dirigir y protagonizar la ceremonia de este año, menos reivindicativa que en ediciones anteriores, a no ser para defender el papel de las mujeres dramaturgas, para recordar cómo este tipo de teatro le cambia la vida a los estudiantes y para pedir a los jurados que no se olviden de las comedias, porque "lograr que un público llore es muy difícil, pero que llore de la risa con una actuación es mucho más difícil".
Muchos de los premiados, el jurado, e incluso María Nagore, vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, dedicaron palabras para todos aquellos que no se han llevado ningún premio, porque "lo importante no es tanto ganar como formarse más allá de los estudios". La vicerrectora ratificó su compromiso con el teatro universitario, al tiempo que les deseó que no todo en la vida de los actores sean éxitos, sino que también tengan algún fracaso que les ayude a aprender y a avanzar en su formación como personas.
Los premios
Mercedes Ladrón de Guevara, la directora de La Escena Roja, reconoció, al recoger el premio al mejor espectáculo que no se lo esperaba, "porque el nivel ha estado fenomenal este año". Y eso a pesar de que la obra Limits ya se había llevado antes cinco premios, a la mejor interpretación protagonista femenina (Ana Blanco), a la mejor dramaturgia (Luz de Juanes y Mercedes Ladrón de Guevara), premio al mejor espacio sonoro (Ilan Duhne), premio al mejor maquillaje y mención especial por el espacio escénico para Sybil Caligaris.
El segundo premio al mejor espectáculo fue para La piedra oscura de El Barracón, obra que se hizo también con la mejor dirección escénica (César Gil y Carlos Manrique) y la mejor interpretación protagonista masculina (Carlos Manrique). Manrique pidió que "no olvidemos nunca a Lorca, por todo lo que hizo y por lo que podría haber hecho, ni olvifemos a nuestro teatro".
El Barrracón se llevó también el tercer premio al mejor espectáculo por El balcón abierto, pieza ganadora también de la mejor escenografía (David Bello), la mejor música original (David Lima) y mejor iluminación (Sergio Rey). César Gil, director de El Barracón, reconoció que el secreto de su éxito es contar con "buenos actores con mucho talento, con un buen músico que ha ganado el premio tres años seguidos, y con el esfuerzo y el trabajo de todo el grupo".
El tercer premio lo ha compartido El Barracón ex aqueo con El Noema, por su obra Historias del abandono, ganadora también premio al mejor texto original para Rubén Buren.
Chamaeleo, con Rosencrantz y Guildenstern han muerto, ganó el premio a la mejor interpretación masculina de reparto (Andrew Velasco) y el premio al mejor vestuario (Pilar González, Francisco Javier Sanz y Andrew Velasco).
El premio a la mejor interpretación masculino de reparto lo compartió Chamaeleo ex aequo con Triaca (Carlos de Zea).
La mejor interpretación femenina de reparto fue para Clara Oliver, por Fragmentos, del grupo Teatruko.
El premio a la mejor adaptación se lo llevó Manuel Arévalo por El Dybbuk: entre dos mundo, de Katharsis. Y Esperanza Cuadrado y Mary Ramírez, de Cómicos de Adamuc, se hicieron con una mención especial.
La obra ganadora se representará el martes 19 de junio en el Teatro Bellas Artes de Madrid.
