El salón de actos de la Facultad de Químicas ha acogido la entrega de la IV edición de los premios a los mejores pósteres del concurso Polímeros, un mundo por descubrir. Organizado por la Facultad y PlasticsEurope AISBL, la asociación europea de fabricantes de materias primas plásticas, su objetivo es acercar el mundo de los polímeros a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas, en ámbitos tales como el origen, la sostenibilidad durante la fase de uso, el fin de vida o su aportación al desarrollo tecnológico. Para conseguir una mayor visibilidad, todos los pósteres se han expuesto en el aulario de la Facultad de Ciencias Químicas, donde se pueden ver hasta el día 20 de diciembre.
El primer premio ha recaído en Esther Gómez, Natalia Moreno y Cristina Muñoz por su trabajo "Polímeros: el camino hacia el bienestar social", en el que relacionan los polímeros con la lucha contra el hambre, el tratamiento de aguas y los usos en medicina. Según las autoras "la aparición de los polímeros ha sido uno de los principales motores para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de los materiales y el aumento de la calidad de vida de la sociedad". El premio ha consistido en una experiencia para cada una de las autoras más una mochila de Ecoalf, una marca de ropa sostenible que utiliza residuos para hacer prendas y complementos de calidad.
El segundo premio ha sido para Javier Carrascosa, Sonia Gutiérrez y Alba Oberlander, por el póster "Contribución de los plásticos a la protección del entorno natural, producción y consumo responsables". En su trabajo apuestan por una economía circular como la "mejor opción para aprovechar el producto y respetar el medio ambiente". Para ellos el premio también ha sido una experiencia para cada uno, junto a unas gafas de sol fabricadas con residuos recogidos del mar por la empresa Sea2see.
El póster realizado por Andrea Abigail Vidal, Katia Estefanía Liñán y Jesús Uceda se ha llevado el tercer premio gracias a su trabajo "¿Son los plásticos tan perjudiciales como se piensa?". En su trabajo defienden que el uso de los polímeros ha mejorado la calidad de vida en prácticamente todos los aspectos, y gracias a ellos podemos utilizar algunas prótesis, jeringuillas, válvulas y catéteres... De acuerdo con ellos, "los polímeros plásticos no son nuestro problema, sino nuestra responsabilidad".
Colaboración con PlasticsEurope
José Luis Priego, vicedecano de Grado y Planificación Docente de la Facultad de Ciencias Químicas recordó que este ya es el cuarto año de colaboración con PlasticsEurope, y su director, Ignacio Marco, reconoció que "siempre es un placer venir a esta actividad tan beneficiosa como interesante".
Reconoció Marco que "los plásticos son un problema cuando se abandonan en el medioambiente, pero tienen también muchos usos y ventajas", lo importante es cambiar nuestra manera de actuar y reciclar en todas partes, porque "el planeta no tiene recursos suficientes, estamos consumiendo los de nuestros hijos, así que sería fundamental implementar una economía circular en la que después de la vida útil, los objetos pueden ser reutilizados, reciclados o incluso utilizados como recurso energético. Lo ideal es que tiremos lo menos posible".
Fundación Ecomar
En la entrega de estos premios, año tras año, se trae a algún representante del mundo de la empresa para que imparta una conferencia que "nos inspire para ayudar a solucionar el abandono de materiales en el medio ambiente, y que pueda servir de inspiración para aportar nuestro grano de arena en este tema. En esta edición la elegida ha sido, Theresa Zabell, conocida por ser doble campeona olímpica en la clase 470 de vela, pero también creadora y presidenta de la Fundación Ecomar.
Zabell recordó su infancia, rodeada de hermanos varones, en la que ya comenzó a soñar con ser olímpica. Tras su exitosa carrera, tuvo que reorientar su vida, y lo hizo creando una Fundación que al tiempo que promociona la práctica de los deportes náuticos enseña a los niños a cuidar el entorno, con educación medioambiental. Asegura Zabell que empezaron con esta iniciativa hace ya unos 20 años, y desde entonces han ido creciendo, cambiando el sistema de actividades, "trabajando sobre todo con niños porque cambian su forma de pensar para toda su vida. En la actualidad son con unos 15.000 niños y niñas cada año, a los que hay que sumar unos 5.000 en Portugal".
Una de las tareas fundamentales en el voluntariado y los talleres con niños consiste en la limpieza de las costas, o de los pantanos en zonas de interior como Madrid. Explica Zabell que "es importante lo que se recoge, pero más el mensaje de concienciación que se lleva a su casa y madura con el crecimiento de la persona". Una de las curiosidades es que cuando se hace el taller con los niños, a veces se piensa que lo que se van a encontrar en las costas es lo que la gente tira allí, pero en realidad el 80% son residuos que tiramos tierra adentro, porque un envase o una colilla que va a una alcantarilla en Madrid va a parar a un río y de ahí al mar.
De hecho lo que más recogen son colillas "y eso me da mucho más rabia que una red de un pescador, porque la colilla es perfectamente evitable, mientras que la red suele ser porque se ha roto y se ha ido a la deriva, normalmente es un accidente".
Informó Zabell de que este año han llevado 42 actividades de limpieza de costas, y recogido más de 4 toneladas de residuos, datos que esperan que crezcan para el próximo año. Animó a los estudiantes de la Complutense a formar un grupo de voluntarios para organizar una limpieza en cualquier lugar de España, algo que para lo que pueden apuntarse directamente desde la página web de la Fundación.
