La Facultad de Educación acoge del 27 al 29 de noviembre el Congreso Internacional Aletheia: arte, arteterapia, trauma y memoria emocional, en el que a través de conferencias, mesas redondas con artistas o talleres se quiere mostrar las múltiples posibilidades que ofrece el arte cuando se utiliza como terapia. Aletehia (en griego, des-ocultamiento) es el nombre del proyecto de investigación que desde hace 4 años dirige la profesora Marían López Fernández-Cao. Su tarea ha sido sumergirse "en la obra y procesos de muchas y muchos artistas como vías para explorar la elaboración y expresión del miedo, del dolor y la desaparición, la guerra y la muerte, la vida y la agresión". El objetivo es utilizar el arte para superar el trauma "El arte y los procesos creadores -explicó López Fernández-Cao en la inauguración del congreso- son capaces de ayudar a restaurar la armonía simbólica en aquellos parajes donde reina el desconcierto vital. Organizan simbólicamente lo que una realidad brutal desconfiguró y devuelven la capacidad de elegir, de optar de ser de nuevo dueños de nuestras vidas".
Como resumió la profesora complutense el proyecto de investigación Aletheia lleva ya cuatro años realizando talleres piloto "con diversas metodologías artísticas y distintos escenarios vitales que pudieran servir de ayuda a personas que han pasado situaciones difíciles. Personas que esperan el estatuto de refugiado, niños y niñas que han experimentado el síndrome de abandono, personas que han sido víctimas de trata y explotación sexual, personas que han sufrido violencia, abusos y agresiones... En todos ellos hemos tratado que a través de un lenguaje no verbal, simbólico y poético, a través de líneas, colores, tonos y formas, fotografías y recortes, que esas personas pudieran poner en marcha una memoria visual encapsulada por el miedo, el terror y la agresión insoportable. Hemos tratado de que la percepción y la visión poética del arte ayude a mirar desde otro punto, desde un espacio especial de seguridad y autoafirmación, donde el juicio se suspende y la mirada descansa, para poder legitimar y reconfigurar su sufrimiento, pero también su coraje por haber sobrevivido, por poner imagen y palabra poética a un hecho doloroso y también a su lucha para poder separarse de él".
El congreso internacional que ha comenzado este 27 de noviembre en Educación concede la oportunidad de escuchar durante tres días a los mejores especialistas en trauma, en arte, en arte terapia y terapias expresivas. "Personas -como aseguró la directora del congreso- que apuestan por ayudar al otro y que reconocen en las artes el potencial de renovar la vida y la pulsión vital y la necesidad de recuperar el cuidado en nuestras relaciones".
En la sesión inaugural participó Javier Segura, subdirector general de Prevención de la Salud del Ayuntamiento de Madrid. Desde este organismo, según explicó, llevan ya un largo tiempo explorando las posibilidades terapéuticas del arte, como parte de un programa general, "De las batas a las botas", iniciado hace 12 años para llevar a los médicos a los barrios a mostrar hábitos de salud y establecer vínculos sociales. Contó Segura que hace unos 8 años entraron en contacto con la Facultad de Bellas Artes, a través de la profesora Noemí Ávila, y constaron que la prevención de la salud y la creación artística tienen muchos aspectos en común. A partir de ahí se convocaron becas de investigación para avanzar en esta relación. A día de hoy, según aseguró Javier Segura, la postura que se defiende desde el Área de Prevención de la Salud del Ayuntamiento de Madrid es que el arteterapeuta forme parte del equipo de salud. "Aquí sé que esta propuesta la aplaudís hasta con las orejas, pero en otros foros hay que explicarlo más. Por ello hay proyectos concretos, vídeos incluso, en los que mostramos lo que estamos haciendo y cómo el arte contribuye en la salud. El arte es inclusivo, construye y trabaja las emociones y socializa", concluyó Segura.
Para el decano de la Facultad de Educación, Gonzalo Jover, la utilización del arte como terapia confluye en la misma idea que él defiende en el campo de la educación: la amplitud de miras. Según argumentó en educación de un tiempo a esta parte parece que solo sirve lo que vale para algo. Es decir se ha optado por una visión instrumental: lo que no vale para algo, no tiene sentido. Él defiende una idea de la educación más amplia: la educación es valiosa por sí misma.
La vicerrectora de Centros y Departamento, Carmen Nieto, por su parte, destacó la necesidad que hay en tiempos como los actuales de "matemáticas, big data e ingeniería", de no olvidar lo que somos las personas. Hay que convivir con la tecnología, pero "poner también en valor, reivindicar áreas como la educación o en este caso el arte y la salud. Este tipo de congresos y actividades son las que hacen grande a la Universidad Complutense", concluyó la vicerrectora.
