El salón de actos de la Facultad de Geografía e Historia ha acogido la Sesión académica conmemorativa del 75 aniversario de la creación del DNI, en la que se reunieron representantes de la Universidad Complutense, de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, de la Policía Nacional y del Ministerio del Interior. Aunque a primera vista esta reunión parezca una mezcla heterogénea, la secretaria de Estado de Seguridad, Ana María Botella Gómez, consideró que hay varios lazos de unión entre ellas, por un lado su solera y por otro, más importante, que "tienen la mirada en el futuro, en un camino de vanguardia". Tanto el decano de la Facultad, Miguel Luque, como la profesora María Dolores Herrero y el rector Joaquín Goyache, destacaron la importancia que tiene una herramienta como el DNI para realizar estudios históricos.

La historiadora María Dolores Herrero, comisaria de la muestra El DNI y los españoles, que se puede visitar en el Museo Casa de la Moneda hasta el 20 de enero, recordó que la identificación de los ciudadanos en nuestro país comenzó en 1807, con la invasión de Francia, copiando un modelo similar que tenían en ese país, pero con una clara intención de vigilancia de los españoles.

El concepto lo recogió Fernando VII, quien ordenó la creación de la Policía del Reino, que sería la responsable, desde entonces y hasta nuestros días, de la identificación de los ciudadanos. El Borbón ordenó la emisión de cartas de seguridad de los ciudadanos, que durante mucho tiempo convivieron con otras formas de identificación como los pasaportes interiores o las cédulas de identidad.

Los historiadores, de acuerdo con Dolores Herrero, cuando quieren conocer identidades de antes de ese momento histórico tienen una fuente principal, que son los archivos eclesiásticos, ya que "desde Trento era la Iglesia la encargada de acreditar a los ciudadanos".

Mucho tiempo después de Fernando VII, tras la guerra civil de los años treinta del siglo XX, en la posguerra "había multitud de documentos acreditativos de identidad, y aquello se convirtió en un auténtico problema, así que se decidió crear el DNI en 1944, donde se conceptualiza el DNI en las coordenadas más básicas: iba a ser de acreditación individual y nacional, y se dice además que las competencias dependerán privativamente a la Policía". En los primeros carnets había una discriminación socioeconómica de tal manera que "a los pobres de solemnidad se les ofrecía de manera gratuita" y por eso la información histórica que se puede obtener de estos carnets es fundamental, ya que los primeros llevaban incluso el número de la cartilla de racionamiento. De todos modos, no apareció el primer DNI hasta siete años después, en 1951.

De controlar a servir

Con ligeros cambios, en algunos datos y en el color (que pasó de verde a azul) se mantuvo más o menos el mismo modelo de DNI  hasta el año 1985, cuando la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre comienza a colaborar en su elaboración y a introducir elementos de seguridad.

Jaime Sánchez Revenga, presidente de la Fábrica de Nacional Moneda y Timbre, reconoce que los grandes avances llegan en 1990, con el primer DNI informatizado, impreso con un papel de alta seguridad, con tecnología láser y, por primera vez, no emitido en máquina de escribir.

La secretaria de Estado de Seguridad, Ana María Botella Gómez, asegura que desde el Ministerio hacen una distinción de cómo el DNI pasó de ser un documento de control policial a un documento para que la población pueda ejercer sus derechos y facilitarle sus movimientos por todo el mundo, y eso ocurrió a partir de esos modelos de DNI.

Revenga recuerda que desde ese momento ha habido novedades continuas, en 1996 se incorpora la fotografía en color, y "en 2006 el cambio fue absoluto, total, con la incorporación un chip electrónico con certificado de firma electrónica". Asegura que otro cambio importante es "la estrechísima colaboración con la Policía que se consolida más porque la Fábrica asume la responsabilidad de mantener todos los equipos de expedición en las comisarías, con lo que eso tiene de responsabilidad e innovación e intercambio de tecnologías para hacer un DNI como el que tenemos en estos momentos".

Desde diciembre de 2015 se expide el conocido como DNIe 3.0, que tiene "una contactología con la posibilidad de usarse igual que un pasaporte para control de fronteras de países que no son de la Unión Europea".

El futuro

De acuerdo con Revenga, quizá en pocos años, y aunque "la tarjeta física seguirá existiendo, será muy posible que se incorpore al dispositivo móvil, con los mismos elementos de seguridad virtuales que la tarjeta física".

También la Secretaria de Estado confía en que ese DNI 4.0 en el que ya se está trabajando "servirá para prestar mejor servicio a los ciudadanos, favoreciendo la idea de un DNI exprés, con máquinas expendedoras para renovaciones que sean mucho más ágil en la expedición, que también se pueda pagar con tarjeta, hacerse fotos in situ, y con él poder hacer gestiones de mayor nivel".