Los títulos de grado en Química y en Ingeniería Química, que se imparten en la Facultad de Ciencias Químicas de la UCM, han obtenido los sellos europeos de calidad Eurobachelor y Eur-Ace, respectivamente, que acreditan que la formación que reciben los estudiantes de ambas titulaciones supera unos estándares comunes para toda Europa. "Viene a indicar que un titulado en Química o en Ingeniería Química por la Complutense es comparable a un titulado en Oxford", señala la vicedecana de Innovación y Calidad de la Docencia de la Facultad, Ana María Rubio. Como explica el decano, Francisco Ortega, a partir de ahora los titulados en estos dos grados tendrán un suplemento a sus títulos con estos sellos europeos, lo que, por ejemplo, "les permitirán realizar un máster en cualquier universidad europea, ya que estos sellos acreditan que han adquirido las competencias y habilidades necesarias para ello". "También -añade el vicerrector de Calidad, José Antonio Campo- facilitará la empleabilidad de los titulados, ya que muchas empresas europeas y cada vez más españolas, tienen en cuenta estos sellos cuando seleccionan a sus trabajadores".
Para obtener estos sellos, ambas titulaciones han sido evaluadas por ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), que en la actualidad gestiona la concesión de sellos de calidad europeos en Química (Eurobachelor), Ingenierías (Eur-Ace) e Informática (Euro-Inf). Como explica el vicerrector José Antonio Campo, ya existen a nivel europeo sellos de calidad de otras titulaciones, pero en España aún no se están evaluando. En el caso del Eur-Ace, que acredita los estudios de ingeniería, ya son bastantes las universidades españolas que se han evaluado de manera positiva. Sin embargo, el sello del grado de Química, el Eurobachelor, tan solo lo han conseguido hasta ahora la Universidad de Valencia, la Autónoma de Madrid, la Complutense, y la Universidad de Burgos, aunque esta se evaluó directamente con la agencia europea que lo emite. "Creo -opina el vicerrector- que la universidad debe apostar por estos sellos. Al final es un prestigio para la universidad, el centro y, sobre todo, para nuestros titulados, que sin duda son el objetivo final".
Como explica el decano Francisco Ortega, la Facultad se animó junto al Vicerrectorado de Calidad a solicitar los dos sellos de calidad no solo por el hecho de conseguirlos y por el prestigio que conllevan, sino sobre todo, como una recompensa al trabajo que se lleva haciendo cada año desde la adaptación a Bolonia, evaluando las titulaciones y mejorándolas. "Conseguir estos dos sellos europeos ha demostrado que estamos haciendo lo adecuado, y que la cultura de la calidad cada vez está más impregnada en profesores y estudiantes".
Tanto el Eurobachelor como el Eur-Ace fijan unos estándares que hay que cumplir, a los que llaman resultados de aprendizaje. En concreto, para el sello de Química la Agencia Europea exige superar cuatro módulos de resultados, que a su vez están divididos en submódulos, y para el de Ingeniería, ocho. "Nosotros -explica la vicedecana Ana María Rubio- hemos tenido que comprobar que las competencias que nuestros alumnos adquieren a lo largo de todo su ciclo de enseñanza están cubriendo las exigencias que la Agencia está pidiendo. Para ello, ha habido que analizar las asignaturas obligatorias troncales que todos los estudiantes cursan y hemos ido comprobando que las competencias que se dan en cada asignatura cubren uno o varios de los resultados de aprendizaje que solicitan". "Pero -toma la palabra el decano, Francisco Ortega- además de irlo comprobando ha habido que demostrarlo, aportando evidencias de que es así". "Hay que demostrar -explica ahora el vicerrector José Antonio Campo-que esas competencias que piden las estamos trabajando en clase dentro de las actividades formativas, en las clases, en las prácticas, o en el propio trabajo formativo del alumno, y que las estamos evaluando. Eso lo tenemos que demostrar diciendo que ese resultado de aprendizaje concreto lo evaluamos en este examen, en este trabajo, en esta memoria de laboratorio... Hay que demostrar que trabajamos esas competencias y que las evaluamos". José Antonio Campo antes de ser nombrado vicerrector de Calidad en junio del pasado año, trabajaba desde la Facultad -es catedrático de Química Inorgánica- en el proceso de evaluación para la obtención de los sellos.
Para conseguir la evaluación positiva, como destaca el decano, "ha habido que poner en marcha a toda la Facultad. Todos los profesores de la titulación han tenido que guardar todas esas evidencias: exámenes, trabajos, prácticas de laboratorio... Todo. Se les ha pedido un esfuerzo adicional notable". El proceso ha durado un año. La solicitud se hizo en noviembre de 2018. En junio se presentó el autoinforme, en el que la propia Facultad se evaluaba, y después ANECA nombró un panel de expertos que estudió esa documentación y posteriormente en octubre visitó la Facultad, pidiendo una serie de evidencias adicionales. "En concreto -apunta la profesora Rubio, eligieron 6 asignaturas de cada uno de los dos títulos, y nos pidieron evidencias de cada una de ellas". La formación práctica fue uno de los aspectos en los que más se incidió.
Por ahora no se puede optar a la obtención del sello europeo para el tercer grado que se ofrece en la Facultad, en Bioquímica, ya que en Europa no existe esta titulación como tal, sino en gran medida como una especialización del grado de Química. "Quizá -señala el decano- podría conseguirse a través del Eurobachelor, pero parece muy complicado". "El siguiente paso que podría dar la Facultad en un futuro es -considera el vicerrector Campo- conseguir acreditaciones europeas de máster y doctorado, que sí que existen ya". En la Complutense, como concluye el vicerrector, y a falta de que se comiencen a emitir sellos en otras disciplinas, la intención es que Informática opte al Eur-Info próximamente, aunque antes debe de concluir el proceso de renovación de la acreditación de sus titulaciones en el que ahora está inmersa, y que a diferencia de los sellos europeos que gestiona la ANECA, estos se llevan a cabo con la Fundación Madri+d.
