La Facultad de Veterinaria ha acogido la conferencia "¿Otra zoonosis emergente? Coronavirus de Wuhan", impartida por Víctor Briones, profesor del Departamento de Sanidad Animal, experto en enfermedades emergentes y nuevo director de los Cursos de Verano, quien ha querido relativizar la importancia del COVID-19. Es cierto, que los muertos por el coronovavirus son ya 5.088 personas y el número de infectados 137.445, pero también que el número de recuperados de la enfermedad es de 69.779. Esos datos le permiten a Briones afirmar que "el virus de Wuhan es bastante leve comparado con otros, como la gripe estacional que causa unas 200.000 muertes al año, y sólo en 2019 causó unas 6.300 muertes en España". Para el conferenciante, "en realidad estamos inmersos en una epidemia informativa".
Reconoce Víctor Briones no ser especialista en coronavirus, así que en su charla decidió dejar fuera muchos temas como los hospitales y clínicas en humanos, los laboratorios de nivel 3 de bioseguridad, las características y los antígenos del coronavirus, los candidatos vacunales o los sistemas de aislamiento y diagnóstico. Se centró, por tanto, en "la antropozoología, es decir, la interacción de las personas y animales, que está en el origen verdadero de esta epidemia".
Las enfermedades infecciosas, de acuerdo con Briones, "causan el 26% de las muertes que se producen en el mundo y cada año se descubren tres o cuatro nuevas, como este coronavirus", así que "el mapa de las enfermedades emergentes hay que cambiarlo cada año, porque siempre aparecen algunas nuevas, con importancia relativa cambiante o que se diferencian en su distribución geográfica, en su vector o en sus hospedadores".
En comparación
De acuerdo con el conferenciante, en este caso hay teorías de la conspiración y bulos como que el virus se ha escapado del laboratorio de nivel 4 de Wuhan, (apoyadas incluso por científicos de la talla de Francis Mogica); vídeos de gente comiendo sopa de murciélago, que realmente no eran de China; vídeos de mercados que no son de Wuhan; cuerpos en pasillos de hospitales... Todo eso, según Briones es más bien "una epidemia informativa provocada por la sobre información, que a veces conduce a la sobre estimación de un problema sanitario".
Los datos científicos indican que "el virus de Wuhan es bastante leve comparado con otros, como la gripe estacional; o con la rabia, el dengue, la malaria, el VIH, la tuberculosis o la diarrea infecciosa. De muchas de esas no se verán titulares en los periódicos, pero de lo de Wuhan sí, aunque no soporta la comparación". Uno de los datos más relevantes es que "hay más gente recuperada que muerta".
La abundancia de coronavirus es enorme, y afectan a personas, cerdos, vacas, caballos, camellos, gatos, perros, roedores, aves, murciélagos, conejos, hurones y quizás a serpientes... Otros coronavirus famosos son SARS y MERS, además del de Wuhan. El SARS surgió en China, como el de Wuhan, y el MERS en Arabia Saudí. El SARS prácticamente ha desaparecido, mientras que el MERS se quedó casi restringido en el país de origen, aunque tiene un componente especial, que es que la mortalidad es de prácticamente un tercio, además adquirió la capacidad de transmitirse entre personas, y a veces vuelve a ocurrir. El reservorio parece ser el murciélago de tumba egipcio, pero el transmisor a la especie humana son los dromedarios y sus productos, como la leche.
Del de Wuhan sólo se sabe, de momento, que es un tipo Beta 2B, con un 80% de similitud genética con el SARS y con otros coronavirus encontrados en murciélagos.
Relación con los animales
La gente de Wuhan, según Briones se relaciona con los animales de la misma manera que en otros lugares de mundo, a través de la alimentación, la caza, la ganadería, el manejo de poblaciones... En este caso concreto, de todos modos, "de los factores sociales, se identifican cuestiones como la pobreza, que es el principal factor de exposición a enfermedades transmisibles, y la densidad de población de suburbios, transporte de personas, turismo y migraciones culturales como es el Año Nuevo chino, la alimentación y cómo interaccionan con los animales".
Recuerda el conferenciante que "la gran mayoría de la población mundial es urbanita desde el año 2007. El problema de esa realidad es que la sanidad de la ciudad no es mejor siempre que en el campo, porque la mayoría de las grandes ciudades en el mundo son en dos terceras partes chabolistas, de chapa, cartón y plásticos, así que de hecho la salud es mucho peor". De hecho, en la ciudad sólo la mitad de la población tiene acceso a agua potable, un tercio de la población mundial no tiene acceso a una letrina y "en Wuhan no hay asistencia sanitaria suficiente por la densidad de población, y la manipulación de alimentos y cadenas de distribución son terribles".
Por si eso fuera poco, "el concepto de zoonosis no existe en muchas culturas, como en gran parte de los países asiáticos y los técnicos de salud pública suelen verse como censores de las tradiciones y la 'buena comida' se considera un evento social, con casos evidentes de riesgo, como el consumo de carne cruda o poco hecha, de leche cruda, de sangre o de animales salvajes". En los mercados de Wuhan se comen "animales salvajes que se matan in situ, además de perros, monos, camellos, ranas, serpientes, escorpiones, civetas (que transmiten el SARS), erizos, marmotas, conejos, tejones... Todo tiene que ver con cuestiones culturales, y en China una de ellas es la de exhibir tus capacidades económicas, y eso está relacionado con comer gran parte de estos animales, lo que es un símbolo de estatus".
El estrés que sufren los animales en esos mercados más los patógenos conduce prácticamente siempre a enfermedad, ya que "esa combinación exacerba cualquier actuación del patógeno por disminuir la respuesta inmune, y además de eso los animales van y vuelven si no se han vendido, así que concurren animales que pueden intercambiar sus patógenos y los dispersan".
Origen
El culpable más probable del coronavirus son los murciélagos, según el artículo publicado en Nature. De acuerdo con Briones, estos son animales muy apreciados y valiosos, polinizan muchos frutos y dispersan las semillas, aparte los murciélagos insectívoros son un control de plagas fabulosos, pero por desgracia, son parte de la medicina tradicional en lugares como Australia, Centroáfrica y muchos países asiáticos, incluida China".
En el viroma del murciélago albergan hasta 61 virus zoonóticos, así que son buenos reservorios de patógenos, sobre todo porque son un grupo zoológico numerosísimo, el mayor de los mamíferos, además forman grandes colonias, son muy longevos (hasta 30 años), tienen un sistema inmune que les hace muy tolerantes a los virus...
Parece, eso sí, que en el mercado de Wuhan no había murciélagos, así que falta un intermediario. En principio se pensó que podrían ser las serpientes que se vendían en el mercado, aunque el artículo en el que se comentaba esa hipótesis ha sido retirado de la publicación, y ahora la especulación más viable es la de que el intermediario sea el pangolín, un animal parecido a un armadillo, que también se vende en el mercado de Wuhan y que ha podido pasar la enfermedad de los murciélagos a los humanos a través de su ingesta.