"Tenemos la esperanza de poder seguir contribuyendo a transitar el uso del cannabis medicinal por la vía de la reglamentación". "Hay que conseguir que la Universidad Complutense influya en los políticos a través de sus investigadores". "El objetivo es llegar, sobre todo, a los que tienen la capacidad y la responsabilidad de promover la regulación del uso médico del cannabis en nuestro país". Estas declaraciones se han podido escuchar en la primera sesión de la Reunión Iberoamericana sobre Cannabis Medicinal, celebrada este 5 de marzo en la Facultad de Ciencias de la Información. Araceli Manjón-Cabeza, secretaria general de la UCM, explica que esta jornada es el fruto de la colaboración entre el proyecto de investigación Fiscalización internacional de drogas, problemas y soluciones, que ella misma dirige, y el Instituto Universitario de Investigación en Bioquímica. Con la presentación de diferentes experiencias en países en los que el cannabis ya está regulado para su uso clínico, se busca "contribuir a un debate, legalizado, que interesa a muchos sectores de la sociedad, y que en los últimos dos años interesa también al sector farmacéutico, porque hay un negocio considerable".
Araceli Manjón-Cabeza opina que "si el actual gobierno quiere llevar adelante la ley de eutanasia activa y directa, basándose en una consideración de la dignidad humana, que es la única que podemos tener, sería incomprensible que no estuviese dispuesto a apoyar una medida mucho menos drástica, que es la de paliar el sufrimiento con cannabis medicinal".
Opina lo mismo el rector Joaquín Goyache, quien cree que "si hay coherencia, se debería plantear la regulación del cannabis medicinal", ya que además, como informa el catedrático Manuel Guzmán, "ni tan siquiera hace falta una ley del parlamento, se podría hacer como en Colombia e Italia, donde se ha aprobado por decreto, y luego ya vino la ley". En esos dos casos concretos las regulaciones son modélicas, al igual que "la experiencia de muchos otros países, más avanzados que nosotros en esta materia, y realmente sorprende que en España no se avance en algo que demandan pacientes y familiares".
Cristina Sánchez García, vicedecana de Investigación en la Facultad de Ciencias Biológicas y experta en el efecto antitumoral de los cannabinoides, siente que el respaldo de la UCM es muy importante, ya que son muchos los grupos de investigación que trabajan en este campo en nuestra universidad, pero, por suerte "la investigación básica no se realiza sólo aquí, sino que hay muchos grupos que en España hay referentes internacionales en este ámbito con más de 200 científicos".
Multitud de experiencias
La vicedecana añade que "no hay argumentos ni científicos ni éticos para que no se implemente esa regulación del uso médico del cannabis, y no se puede justificar que nuestra clase política mire hacia otro lado, porque su silencio lleva a los pacientes al mercado negro, potencia el narcotráfico, y esa una irresponsabilidad".
El rector respalda esa opinión y añade que "las experiencias ya existen y funcionan perfectamente, y la inestabilidad política quizás haya servido de excusa, pero a partir de ahora ya no la hay, así que esperamos que llegue el consenso político con acciones como esta en la que se han puesto de acuerdo investigadores del área de ciencias de la salud y de ciencias sociales, lo que demuestra que se puede atajar este problema de una manera transversal".
Explica Sánchez García que, a diferencia de lo que ocurre en otros países, "hacer investigación preclínica en España con cannabinoides es fácil, es factible, y ese es uno de los motivos por los que se hace tanta investigación. El problema enorme es la traslación a la clínica, debido a la clasificación más restrictiva en la lista 1 de estupefacientes sometidos a fiscalización internacional, algo para lo que no hay ningún tipo de sentido".
Para Manjón-Cabeza el problema va incluso más allá, ya que está también en la lista 4, "que es donde se aglutinan las sustancias que no tienen ninguna utilidad médica". Frente a eso, hay muchos países que han decidido, que aunque los convenios son muy importantes lo son hasta cierto punto, y han empezado a regularlo médicamente y también como sustancia recreativa. Cree la secretaria general de la UCM que "Naciones Unidas prefiere que se violen las convenciones antes que modificarlas, así que es evidente que algunos países deciden romper, y además a los que lo hacen no les ocurre absolutamente nada, sólo que se ha puesto de manifiesto que el punto de mayor fricción en el sistema de represión de drogas es el cannabis y si no se soluciona esa cuestión el sistema falla".
El actual sistema de control de sustancias en el planeta nos lleva a afirmar que "el alcohol es un alimento, que el tabaco es un divertimento, que las benzodiacepinas son drogas buenas y que el cannabis medicinal es una droga mala". Lo más inteligente, de acuerdo con Manjón-Cabeza "sería sacar el cannabis del estricto control que tiene ahora mismo y darle un control acorde a las características de la sustancia, y hasta que no se entienda eso no se podrá salvar todo el sistema de fiscalización".
Concluye Sánchez-García afirmando que el objetivo de este encuentro es llegar a los que tienen falta de conocimiento y, sobre todo, la capacidad y la responsabilidad de promover la regulación del uso médico del cannabis en nuestro país, teniendo en cuenta que "la evidencia científica está a disposición de nuestras autoridades, así que esa no es la cuestión, sino cómo vamos a hacer la regulación y cuándo la vamos a hacer".