"La universidad constituye una inversión de futuro". Con esta afirmación el rector electo de la Universidad Complutense, José Carrillo, concluyó su conferencia sobre "Universidad y sociedad", que pronunció en el Club Siglo XXI el pasado 17 de mayo. Y es que, de acuerdo con Carrillo, la educación superior precisa de una financiación pública suficiente y sostenible, "que fuese objeto de un gran pacto nacional que involucrase las distintas administraciones, la nacional y las regionales, que definiese un marco estatal mínimo de financiación de las universidades públicas que se concretase a nivel de comunidades autónomas en leyes regionales de financiación. A cambio las universidades deberían presentar planes de gestión rigurosa y austera, y planes estratégicos de desarrollo a largo plazo que garanticen la buena inversión de los fondos públicos", afirmó.
Además, Carrillo no se mostró partidario de continuar con fórmulas de cofinanciación o de préstamos, como las utilizadas en los parques científicos o los campus de excelencia internacionales "porque estos procedimientos generan liquidez en el momento pero incrementan la deuda de las universidades"
Carrillo argumentó que a la universidad española se le exije en estos momentos que haga esfuerzos en distintas direcciones y con recursos muy escasos. Así, recordó que, por un lado, se pide que suban en los ranking internaciones de educación superior, pero también que atiendan necesidades locales de formación y de transferencia de resultados de investigación a la sociedad. Pese a todo, a juicio del catedrático de Matemática Aplicada, "ambos modelos son necesarios, ambos modelos permiten avanzar, de forma complementaria, en la formación, en la investigación, en la dinamización cultural, en la aplicación de los nuevos conocimientos a la mejora de la sociedad. Por ello ambos modelos deben ser potenciados desde las administraciones públicas".
Recortes en Europa
El problema está, de acuerdo con Carrillo, en que las estrategias que en Europa se han trazado para competir con las universidades estadounidenses no se han desarrollado, y la investigación y la educación superior en el viejo continente continúan sin recibir el impulso que deberían. Iniciativas como la Estrategia de Lisboa se han quedado por el camino y en los últimos años no sólo no se ha incrementado la financiación, sino que incluso ésta se ha recortado. Solo países como Francia y Alemania han optado por mantener la apuesta. "Por ejemplo -señaló el próximo rector- las universidades de Lyon o Marsella reciben cada una 200 millones de euros para convertirse en campus de excelencia, una cantidad mayor que la de toda la convocatoria que se ha hecho en España".
Y es que si a nivel europeo la perspectiva no es muy optimista, menos aún lo es en el caso de España. El punto de partida es aún peor, ya que la distancia que nos llevan otros países tanto en gasto por estudiantes, financiación o infraestructuras, hacen que el camino a recorrer sea más largo y, lo que aún lo complica más, los medios son más cortos.
Estrategia Universidad 2015
Para Carrillo, la Estrategia Universidad 2015, tiene unos objetivos que van por el buen camino: modernización de la universidad, excelencia docente e investigadora, internacionalización, innovación, un sistema educativo mejor financiado, movilidad de estudiantes, docentes y personal de las universidades, mejorar el valor social del conocimiento que se genera en la universidad... Pero es necesario impulsarla de forma decidida porque "2015 está al caer y quedan muchos temas por desarrollar", afirmó Carrillo.
Por último, Carrillo trató algunos aspectos ligados con la financiación de la universidad. Además de abogar por el referido gran pacto entre administraciones y universidades que garanticen la financiación suficiente y sostenible, el rector electo apostó porque las universidades aumenten la captación de recursos extraordinarios y rechazó la subida de las tasas a los estudiantes, que solo provocarían "exclusión social", aunque sí consideró que se podrían ver casos específicos como las de los repetidores reincidentes. "La subida de la tercera matrícula podría tener un efecto en la auto organización de los estudios y reductor en el fracaso escolar".