La Facultad de Geografía e Historia ha acogido la presentación del primer globo terráqueo accesible para personas con diversidad visual que se fabrica en el mundo. Así lo destacó el director general adjunto de Servicios Sociales de la ONCE, Andrés Ramos Vázquez, quien explicó cómo tras dos largos años de trabajo, el área educativa y el Centro de Tiflotecnología e Innovación de su organización han conseguido poner a disposición de todas las personas ciegas o con resto visual, y en especial de los niños y estudiantes, toda la información que brinda un globo terráqueo aunando recursos táctiles, tecnológicos y auditivos. En la presentación participaron el rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache; el decano de la Facultad, Miguel Luque Talaván, y el director del Departamento de Geografía, Javier Gutiérrez Puebla. "El globo terráqueo nos permite tener el mundo en nuestras manos. Ahora también lo podrán tener las personas ciegas", enfatizó Gutiérrez Puebla.
Este globo terráqueo accesible, además de su evidente utilidad educativa, es sobre todo, como destacó Andrés Ramos, "inclusivo". Y es que, por ejemplo, una costumbre tan arraigada en la mayoría de las familias como es regalar a los más pequeños de la casa un globo terráqueo para que conociesen cómo es nuestro planeta, estaba vetada a las niñas y niños ciegos. Lo mismo pasaba en las aulas, mientras los estudiantes sin déficit visual podían aprender mirando la "bola del mundo", los que padecían diversidad visual debían conformarse con imaginar la forma de nuestro planeta y conocer los detalles a través de mapas braille, que, como explicó el director del Departamento de Geografía, nunca llegan a conseguir el mismo nivel de detalle, de representación de distancias o ángulos entre paralelos y meridianos como el globo terráqueo.
El globo terráqueo accesible que se ha presentado en Geografía e Historia es a primera vista muy similar a los utilizados hasta ahora, incluso está caracterizado con colores similares. Como explicó Andrés Ramos, y después se abundó en un vídeo explicativo, los colores sirven para facilitar la identificación de los distintos accidentes geográficos para aquellos usuarios que tienen algo de resto visual. No obstante, la clave del globo accesible son las distintas texturas que se han dado a su superficie, que ayudan a la persona ciega a identificar el espacio en el que se está "moviendo". Los océanos y mares son más lisas y las zonas de tierra más rugosas. También al tacto, se identifican los meridianos y paralelos, ya que estos presentan distintas alturas en el relieve.
Junto a esta diferencia de texturas, relieves y colores, la nueva "bola del mundo" incorpora una tecnología de etiquetas RFID que contienen la información que a través de un puntero lector específico para personas ciegas denominado LEO, permite escuchar con una síntesis de voz información específica de cada lugar en el que se posiciona el dispositivo lector. Por último, el globo incorpora una especie de "freno que utilizando tecnologías 3D, permite frenar el desplazamiento del mismo y facilita así la exploración manual a estos usuarios.
En una primera fase, se han producido 200 globos que la ONCE distribuirá a centros educativos en los que estén escolarizados estudiantes con discapacidad visual. Además, desde este 7 de octubre se pueden adquirir en las tiendas de la ONCE globos para su uso particular. Su precio son 99 €.
La ONCE y la UCM mantienen desde hace alrededor de un año una Cátedra de Tiflotecnología, con sede en la Facultad de Informática, que dirige la profesora María Guijarro. Ambas instituciones han colaborado, y lo siguen haciendo, en importantes proyectos relacionados con la educación, como fue la creación del editor científico-matemático, que permite a los estudiantes con diversidad visual utilizar la simbología matemática y científica.
Tanto el decano Miguel Luque como el rector Joaquín Goyache destacaron la importancia que la universidad y la propia Facultad de Geografía e Historia dan a la accesibilidad, no solo física sino también proporcionando los instrumentos o tecnología necesaria para que los estudiantes con diversas capacidades puedan cursar sus estudios en condiciones óptimas. Goyache destacó el papel que cumple en esa tarea la Oficina para la Integración de las Personas con Diversidad (OIPD), y se comprometió a potenciarla más aún en los próximos años.