TRIBUNA COMPLUTENSE inicia su vida digital. Después de 117 números editados y distribuidos en papel, esta revista del campus universitario complutense se adapta a las nuevas tecnologías con la doble finalidad de hacer un uso más eficiente de nuestros recursos y de favorecer la accesibilidad a la revista a otros colectivos ajenos al mundo universitario. Este primer número de la versión digital de TRIBUNA COMPLUTENSE se irá enriqueciendo con la incorporación de elementos audiovisuales que complementarán los textos. Se trata de mostrar la realidad complutense de la forma más completa posible.
Esta nueva etapa de TRIBUNA COMPLUTENSE coincide con el arranque del nuevo curso académico, que viene marcado por una grave situación económica y financiera de nuestra Universidad, con una deuda acumulada de cerca de 150 millones de euros, cuya solución exige la puesta en marcha de un plan de eficiencia económica que requerirá el esfuerzo de toda la comunidad universitaria.
Todo ello ocurre en un contexto nacional e internacional marcado por una persistente crisis económica que ha llevado a los responsables de algunas administraciones a establecer políticas de contención del gasto, lo que se ha traducido en recortes en las partidas de Educación y Sanidad.
La educación, en general, y la educación superior, en particular, han de ser vistas como un bien público indispensable, por lo que los recursos presupuestarios destinados a su mantenimiento nunca pueden ser considerados como un gasto, sino como una inversión. Una sociedad que no cuida la educación pública en todos sus tramos pagará a corto y medio plazo un alto coste. No hay sociedad en nuestro mundo que tenga un nivel de vida superior a su nivel de educación.
En medio de esta adversidad económica hay voces que tratan de degradar la calidad de la universidad pública española, quizá para justificar la aminoración presupuestaria. Hay que repetir con insistencia, para desterrar esas voces, que España es la novena potencia mundial en cuanto a producción científica. Pues bien, a toda esa producción/investigación científica, la universidad española -a pesar de sus escasos recursos- contribuye en más del 65%.
Y lo peor de esta situación es que mientras los países de nuestro entorno europeo -Francia y Alemania, sobre todo-, así como Estados Unidos mantienen políticas activas de aumento de los recursos destinados a la educación superior, España sigue el camino opuesto. El argumento de que la inversión en la universidad se recuperará cuando mejore la situación económica del país entraña el grave riesgo de que cuando llegue ese momento, la distancia con esos países puede ser tan amplia que harán falta grandes sumas de dinero para recuperar un terreno que, muy probablemente, ya no se podrá recuperar.
La Universidad Complutense es consciente de la gravedad de la situación económica a la que se enfrenta, pero no renuncia a superar el reto de esta adversidad con políticas de eficiencia en la gestión, que se traducirán en el control del gasto y en la generación de nuevos recursos. Y todo ello sin perder de vista que lo que necesitamos para salir de esta crisis es más inversión en todos los ámbitos de la educación. Esa es la mejor apuesta de futuro.