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Crítica de cine. La invención de Hugo, de Martin Scorsese

Texto: Jaime Fernández, - 22 FEB 2012 a las 12:55 CET

Hugo Cabret es un huérfano, abandonado también por su tío, que se ha quedado al cuidado del mantenimiento de los relojes de una estación de tren parisino. Allí vive recluido casi como un fantasma, hasta que poco a poco amplía su círculo de conocidos a una niña encantadora y a un curioso vendedor de cachivaches que le cambiará la vida.

El escritor Brian Selznick se ha especializado en historias que tienen a los niños y al misterio como protagonistas. Entre sus novelas están Wonderstruck, The Houdini box y The invention of Hugo Cabret, que es de donde ha salido esta película. No he leído el libro, pero viendo el trabajo del guionista John Logan que lo ha adaptado a la pantalla, me puedo imaginar que será bastante fiel al original, con algunos toques de barroquismo y exageración, que le vienen muy bien a la película. Otros guiones de Logan son los de Sweeney Todd, Rango, El último samurai o Gladiator. La historia se convierte en un auténtico homenaje a la lectura (como la gran aventura que pueden vivir los niños protagonistas) y al cine.

El director Martin Scorsese consigue transformar una historia infantil en un auténtico espectáculo cinematográfico en el que se rinde pleitesía a uno de los grandes del cine: Georges Méliès. En las declaraciones que ha hecho el director sobre el filme se muestra totalmente enamorado del director francés y reconoce que gran parte de los inventos que vemos todavía hoy en el cine se deben a aquel pionero. La película está rodada con muchísimo cariño y con un respeto absoluto por la obra de Méliès (que no olvidemos que se pronuncia tal cual, con la ese final, algo que Scorsese sabe y así lo pronuncian al menos en la versión original). Scorsese se ha empapado de cine mudo y cuando cuenta la historia del personaje recrea a la perfección los rodajes de la época, conservando los movimientos exagerados tal y como los hacían a finales del XIX y principios del XX. (Cualquiera puede disfrutar de algunos de los trabajos de Méliès en la página de los Europa Film Treasures para comprobar la exactitud de la reproducción de Scorsese). Hay que reconocer que el trabajo del director neoyorquino va dando bandazos desde hace mucho tiempo con películas más o menos decentes, con alguna banalidad terrible y con videoclips muy largos, pero a pesar de eso y como se puede ver en La invención de Hugo todavía no ha perdido el toque que le convirtió en uno de los grandes del cine actual.La invención de Hugo

Para conseguirlo, además se ha rodeado de un grupo de actores bastante brillante. Ben Kingsley interpreta al propio Méliès, en uno de esos ejercicios de mimetismo que practica de manera natural Kingsley, que es capaz de convertirse en cualquiera sin que se le note demasiado y sin necesidad de exagerar en el maquillaje ni en las poses. Scorsese consigue además que Sacha Baron Cohen limite su vena histérica y se convierta en un malvado guardia de estación necesitado de amor, y el caso es que lo hace bien. Christopher Lee tiene ya pegado un aire misterioso a su cuerpo que le hace idóneo para ser un librero que llena de imaginación la vida de los niños. Y entre esos niños está la gran Chloë Grace Moretz, a quien ya hemos visto en otros filmes como Kick-Ass y Déjame entrar. Esta niña es una auténtica joya, que siempre lo hace bien y que promete dar muchas alegrías al mundo del cine. El niño protagonista, Asa Buterfied, es un poco blandito, pero el papel le viene que ni pintado.

Por si alguien lo duda, es una de las grandes películas de Estados Unidos de este último año. Lástima que los Oscar se vayan a olvidar de ella.

 

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