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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Miércoles, 18 de diciembre de 2024

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De estudiante a estudiante

Los vicerrectorados de Estudiantes, Estudios de Grado y Evaluación de la Calidad han impulsado el programa piloto de mentorías, que pretende que los estudiantes de cursos superiores ayuden a los alumnos de nuevo ingreso a integrarse en la universidad. Dieciséis centros se han sumado al programa y, a pesar del poco tiempo en el que se ha publicitado, la respuesta tanto de estudiantes mentores como de los de nuevo ingreso ha sido mayor de la esperada.

Impulsado por los vicerrectorados de Estudiantes, de Estudios de Grado y de Evaluación de la Calidad, la Universidad Complutense ha organizado este curso un programa piloto de mentorías, en el que están participando 16 centros. La principal característica del programa, según subraya su coordinador general, el profesor de la Facultad de Psicología Miguel Aurelio Alonso García, es que se desarrolla entre iguales, ya que son estudiantes de segundo ciclo los que actúan como mentores con el objeto de orientar durante sus primeros meses en la universidad a los alumnos de nuevo ingreso, los telémacos.
Como explica el profesor Alonso, el origen del "mentorado" se remonta a La Odisea, de Homero, en la que el hijo de Ulises, Telémaco, es ayudado por la diosa Atenea, quien adopta la apariencia de Mentor, rey de los tafios, durante la búsqueda de su padre tras la guerra de Troya. "En el contexto universitario -explica el profesor Alonso- la mentoría entre iguales es una estrategia de orientación en la que alumnos de últimos cursos, más experimentados, ayudan a los alumnos de nuevo ingreso a adaptarse más rápidamente a la universidad, bajo la supervisión de un profesor coordinador. Este tipo de programas -continúa el profesor Alonso- están muy extendidos en el ámbito universitario no solo en los países anglosajones, en los que se ha desarrollado de manera notable, sino incluso en España, donde incluso existe una Red Nacional de Mentoría".
En la Universidad Complutense fue la Facultad de Psicología la que primero implantó un programa de mentoría. Fue en el año 2004, y según valora el profesor Alonso, los resultados han sido muy positivos tanto para la propia Facultad, como para los estudiantes mentores y telémacos. La idea de generalizar el programa a toda la UCM surgió, según comenta Alonso de una conversación con la vicerrectora de Evaluación de la Calidad, Elena Gallego. "El programa tiene la gran ventaja de ser gratuito, de fácil mantenimiento, y además logra la implicación de los estudiantes", subraya el coordinador general, quien destaca también el hecho de que el programa piloto haya adquirido un carácter formal desde el primer momento, y ha exigido tanto a los coordinadores de los centros que se han sumado a él, como a los estudiantes que voluntariamente se han presentado para actuar de mentores, la realización de un curso de formación. En el caso de los mentores, el curso ha sido de 16 horas, en las que se les ha explicado cuáles son sus funciones, se les han aportado algunas claves sobre cómo desarrollarlas y se ha hecho un recorrido por los temas que se deben abordar. "Cada mentor -explica el profesor Alonso- debe desarrollar durante el primer cuatrimestre del curso siete sesiones de unos 45 minutos de duración, en la que tienen que desarrollar unos contenidos que consideramos que son de interés para los alumnos de nuevo ingreso".


Dieciséis centros

Que hayan sido dieciséis los centros que se han comprometido a desarrollar el programa este primer curso es, a juicio de su coordinador general, "todo un éxito; mucho más de lo esperado". En concreto, se han sumado al programa las facultades de Bellas Artes, Derecho, Farmacia, Biológicas, Ciencias de la Documentación, Matemáticas, Medicina, Económicas y Empresariales, Filosofía, Informática, Odontología, Geografía e Historia, Psicología y Veterinaria, y las escuelas universitarias de Enfermería, Fisioterapia y Podología y de Estadística.
En algunos de esos centros, como Matemáticas, lo cierto es que ya existía un programa similar. Como explican los profesores Marta Folgueira y Luis Pozo la implantación de los estudios de grado les hizo ver que los alumnos que se incorporaban a la Facultad necesitaban un asesoramiento específico para no verse perdidos durante los primeros meses de curso. En un primer momento la idea fue encargar a los profesores dar esta información. "Una profesora -comenta el profesor Pozo- nos habló entonces de lo que se estaba haciendo en la Universidad Politécnica, en la que este tipo de información y asesoramiento era realizado por estudiantes de cursos superiores. Nos decidimos a probar y la experiencia nos está diciendo que este asesoramiento entre iguales es mucho más efectivo".
Gracias a esta experiencia previa en Matemáticas no ha sido difícil encontrar estudiantes que quisieran actuar como mentores, ya que muchos de los que en cursos anteriores recibieron ese asesoramiento -en Matemáticas se les denomina "pimatines"- no han dudado en presentarse voluntarios. Y es que como subraya Julio, estudiante de segundo curso, "es bonito ayudar al resto. Yo cuando llegué a la Facultad estaba realmente perdido y gracias a mi mentor pronto me ubiqué. Además, es importante para un recién llegado ver como alguien mayor que tú te ayuda y se convierte en un amigo más". Para Inma, quien este año coordina el programa de mentoría entre los estudiantes de máster y que en cursos anteriores ejerció de mentora, "esta es una experiencia preciosa. Sientes que estás haciendo algo muy bueno por la Facultad, y también por tus compañeros. A mí, siempre lo digo, me hubiera venido genial".
Según comenta el profesor Alonso, en coincidencia con los coordinadores de los centros, el alumno de nuevo ingreso llega totalmente perdido a la Facultad, y cuestiones como rellenar el formulario de las asignaturas que va a realizar, cómo funciona la biblioteca o el aula de informática, se convierten en todo un mundo para ellos. "Yo diría -señala Magdalena de Pazzis, vicedecana de Relaciones Internacionales, Institucionales y Estudiantes de la Facultad de Geografía e Historia- que el grado de inmadurez de los nuevos alumnos cada vez es mayor, y ello se convierte en un problema, ya que es importante para nosotros y para ellos, por supuesto, que conozcan la estructura del centro, los procedimientos administrativos y, sobre todo, temas como el funcionamiento de las prácticas".
Geografía e Historia es la última Facultad que se ha sumado al programa y únicamente cuenta con dos mentores para atender a los 40 estudiantes de primer curso que se han apuntado. Los dos "héroes" son Israel, de tercero de Historia, y Ángel, de tercero de Historia del Arte. "La verdad -comenta Ángel- es que somos conejillos de indias y, a la vez, los guardianes de los conejillos de indias". No obstante, Israel y Ángel se han tomado muy en serio su labor y ya han organizado a los telémacos en grupos, han activado una cuenta de correo para estar siempre disponibles e incluso han abierto un espacio en Campus Virtual, en el que intentan resolver las dudas más frecuentes de los nuevos estudiantes. El premio que recibirán por su esfuerzo será de 2,5 créditos (1,5 por realizar el curso de formación y 1 por las horas empleadas). "Está claro que no hacemos esto por los créditos, sino por el placer de ayudar", comenta Ángel.
De acuerdo con el coordinador general del programa, el profesor Alonso, otro de los grandes atractivos es que no solo los telémacos aprenden en este proceso, sino que también lo hacen los mentores, quienes "incluso adquieren habilidades y competencias que son muy valoradas por las empresas de cara a su futura incorporación al mercado laboral, como son la experiencia en dirección de grupos, en organización de reuniones o la resolución de problemas". "Aporta -comenta Patricia, estudiante de quinto de ADE y una de los catorce mentores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales- habilidades que no ejercitamos apenas en la Facultad, como son las sociales, comunicativas o psicológicas. Por ejemplo, creo que esta experiencia me va a ser realmente útil a la hora de, por ejemplo, tener que exponer un trabajo en público, o cuando tenga que hablar con grupos de trabajo".
En la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, como explican la decana, María Begoña García, y la vicedecana Elena Vázquez, el programa se ha vinculado a las prácticas de las titulaciones. "A los mentores les damos 12 créditos por 300 horas de trabajo, ya que su tarea en el programa, la vamos a completar con trabajos de apoyo al Decanato". Además, se ha acondicionado una sala para desarrollar las mentorías. "Estamos convencidos de que el programa va a ser muy beneficioso.", concluye la decana.

La integración de los estudiantes chinos
En la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales el número de estudiantes procedentes de China es cada vez mayor. Y aunque, como subrayaba ya el curso pasado el director de la Escuela, Miguel Ángel Sastre, son muchos los beneficios que procura este mestizaje, también son varios los problemas que causa esta presencia masiva de estudiantes asiáticos. El principal, como señala la profesora de Historia de la Economía Ana Isabel Rosado, es el bajo nivel de español que tiene la mayor parte de estos estudiantes, lo que dificulta no sólo su integración con el resto de alumnos, sino el desarrollo de las propias clases.
La profesora Rosado, preocupada por el alto porcentaje de alumnos chinos que suspendían su asignatura, propuso el pasado curso a la dirección de la Escuela poner en marcha un programa en el que los estudiantes españoles que quisieran ayudaran a sus compañeros asiáticos en la comprensión de los temarios o simplemente en el aprendizaje del español. Aunque el programa, bautizado buddy (colega), se inició a mediados de curso, según comenta la profesora Rosado el resultado fue bastante positivo, ya que se animaron a participar más de 40 estudiantes, y aunque no hubo "milagros" -"siguieron suspendiendo"-, sí se consiguió una mayor integración de estos estudiantes con sus compañeros españoles, ya que ese handicap con el idioma hace que la integración de unos con otros sea bastante escasa.
La Escuela ha decidido este curso continuar con su apuesta y ha lanzado una nueva convocatoria del programa buddy, en la que esperan que participe un número aún mayor de estudiantes tanto españoles como chinos. Como comenta la profesora Rosado, para un estudiante español puede resultar muy interesante este contacto con sus compañeros asiáticos tanto desde el punto de vista cultural como, incluso, del propio aprendizaje de la lengua china. Y es que ya el año pasado algunos estudiantes chinos comenzaron a impartir clases de su idioma a sus compañeros españoles.
La Escuela también ha dado el visto bueno a la inscripción de una asociación de estudiantes promovida por alumnos chinos. La asociación, que se ha denominado de Estudiantes Chinos de la Universidad Complutense, se ha comprometido a admitir entre sus miembros a personas de otros países, aunque como señala su presidente e impulsor, Qiu Yinglong, estudiante de tercero de Comercio, su principal objetivo es procurar una mayor participación de los alumnos de este país en la vida universitaria complutense, así como organizar actividades encaminadas sobre todo al aprendizaje des español. Como relata Qiu Yinglong el nivel de español con el que llegan sus compatriotas a la universidad española es bastante bajo, ya que el nivel de conocimiento del idioma que se les exije es bastante primario. "Para nosotros además, el español es un idioma bastante difícil de aprender. Nos resulta bastante más sencillo aprender inglés".
Otro centro en el que la presencia de estudiantes chinos va en aumento es la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Por ello, como anuncia la decana, María Begoña García, se ha llegado a un acuerdo con el Centro Complutense de Enseñanza del Español para impartir clases de nuestro idioma en la propia Facultad.

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