La organización Museology ha inaugurado el ciclo Palabra de Artista, que se celebra en la Facultad de Bellas Artes, con una conferencia de Chema Madoz

Cuando Chema Madoz decidió matricularse en la universidad lo hizo en Geografía e Historia, porque le "interesaba el mundo del arte y la imagen". Curiosamente ni se le "pasó por la cabeza hacer Bellas Artes", porque jamás pensó que "podía hacer algo relacionado con el arte". Lo confesó en la charla que impartió en el salón de actos de dicha Facultad justo después de la proyección del documental de Ana Morente Chema Madoz: regar lo escondido. Un filme en el que se le compara con Val del Omar e Iván Zulueta, y en el que se muestra su trabajo con Joan Brossa, tres de los creadores con mayor carga poética del panorama artístico español. Cuatro, si contamos al propio Chema Madoz.
A pesar de ello el fotógrafo reconoce que él sigue sin perseguir la poesía, y que no tiene un interés concreto en hacer imágenes poéticas. Algo que choca con la realidad de sus imágenes, y no sólo de ellas, sino también de las piezas que crea para luego ser fotografiadas.

Escultor
En estos momentos y hasta el 28 de julio La Pedrera, en Barcelona, expone una retrospectiva de Chema Madoz, en la que por primera vez en su carrera expone algunos de esos objetos para ilustrar el proceso creativo. El fotógrafo reconoce que tienen una entidad propia una vez que están metidos en vitrinas, pero que nunca antes se le había ocurrido mostrarlos.
No lo había pensado porque en algunos casos son objetos muy pequeños, que sólo tienen sentido en una fotografía, y en otros casos porque su factura no era demasiado brillante. Según Madoz, poco a poco ha ido mejorando su elaboración y ahora sí que algunos de ellos tienen una presencia potente por sí mismos.
De todos modos la razón principal para no exponer los objetos es porque toda su "cultura visual proviene del mundo de la fotografía". En la imagen el espectador "no se puede acercar al objeto ni verlo desde diferentes puntos de vista", sino que es el fotógrafo el que impone su propio criterio. "En la foto el punto de vista es muy concreto, con una iluminación muy determinada y con un blanco y negro elegido de manera consciente".

Color y digital
Todos los trabajos de Chema Madoz están realizados en blanco y negro, aunque no rechaza el uso del color "siempre y cuando realizara trabajos que fueran por otros derroteros a los actuales".
Madoz sigue siendo usuario de las técnicas tradicionales o analógicas, aunque reconoce que en algunas de sus fotos ha incorporado detalles digitales "siempre que hay algo que no se puede resolver físicamente". De sus fotografías conocidas hay unas cuantas en las que aparecen objetos que interrelacionan con una nube y en esas sí que ha habido retoque digital. En definitiva, el fotógrafo la utiliza cuando le facilitan el trabajo.

La Movida
Chema Madoz comenzó a trabajar en los años de la Movida madrileña, unos tiempos difíciles para la fotografía, ya que las galerías no estaban interesadas en exponerlas. Según Madoz, aquello era "muy frustrante".
Por ello duda del peso que pudiera tener su trabajo durante aquella época, sobre todo porque había fotógrafos que estaban mucho más identificados con el espíritu de los tiempos como Pérez Mínguez, García Alix y Ouka Lele. De hecho considera que él era casi un espectador de la Movida. Eso sí, un espectador en deuda con la actitud de la gente, ya que "es un tiempo en el que se pierde el respeto". Antes de aquellos años, "el arte era casi sagrado, y luego todo el mundo se lanzaba a hacer cosas sin miedo y eso fue muy beneficioso para todos".
Otra ventaja de aquellos momentos es que había muy pocos artistas y todos se conocían, lo que permitía crear una cierta idea generacional que hoy es más difícil conseguir debido a la gran cantidad de artistas que existen.
Para terminar afirmó que es consciente de que no tiene un "abanico de registro amplio, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes".