El 22 de enero de 2011 abrió sus puertas la Biblioteca María Zambrano, situada junto a la Facultad de Geografía e Historia y bajo los edificios multiusos de la plaza Menéndez Pelayo. En realidad, lo que se inauguró aquel día fueron las salas de lectura y de trabajo en grupo de una de las alas del espacio destinado a biblioteca que se había construido unos pocos años antes de manera simultánea a los dos edificios multiusos. Y es que, como recordó el pasado día 9 de diciembre el decano de la Facultad de Filología, Dámaso González, a ese espacio le faltaba algo para ser considerado realmente una biblioteca: los libros.
No ha sido hasta este verano cuando las bibliotecas de las Facultades de Derecho y Filología han tenido las licencias necesarias para comenzar a trasladar sus fondos a sus nuevas instalaciones. La primera fase del traslado, que comprendió alrededor de 65.000 volúmenes de Filología y 15.000 de Derecho, concluyó antes de iniciarse este curso. En los próximos meses, según anunciaron el rector Carrillo y el decano de Derecho, Raúl Canosa, en el acto celebrado el día 9 para inaugurar de manera oficial la apertura de los servicios bibliotecarios, continuarán trasladándose los fondos de las colecciones departamentales de Derecho.
También desde el pasado mes de octubre se han abierto las salas de lectura del ala del edificio asignada a la biblioteca de Derecho. De esta manera, la Biblioteca María Zambrano ha ampliado sus puestos de lectura de 1.500 a más de 2.100. Con esta ampliación, queda únicamente abrir -cuando se tengan las licencias necesarias- el depósito subterráneo, con capacidad para más de un millón de obras, para que la Biblioteca funcione en su totalidad.
Según explicó el rector Carrillo, en el acto del día 9 de diciembre, la Universidad está dando los pasos necesarios para conseguir la concesión de estos permisos y en una reciente reunión se ha abierto la posibilidad de conmutar un número suficiente de metros cuadrados con esta finalidad. Esos metros serían los que históricamente el proyecto de la Ciudad Universitaria reservó para un Paraninfo Central que se habría construido en la zona que actualmente ocupan las instalaciones deportivas de la zona Norte, "pero que ni nunca se ha construido ni creo que se vaya a construir", señaló Carrillo.
La apertura de este depósito permitiría, como destacaron los decanos de Filología y Derecho, reunir por fin los fondos de ambas bibliotecas, en la actualidad repartidos en varios lugares, y que como ambos recordaron son los más importantes del país en sus respectivas especialidades.
Modernización
El traslado de fondos realizados el pasado verano también ha permitido modernizar el sistema de catalogación y préstamo de los mismos. Como informa la Biblioteca Complutense, los volúmenes han sido dotados de un moderno sistema RFID (radiofrecuencia) y autopréstamos, que permitirá una sensible agilización del servicio. También se aprovechó para potenciar la red wifi de la Biblioteca y aumentar el equipamiento informático con PCs de sobremesa, portátiles y escáneres de uso público.
Todos estos nuevos equipamientos, así como la adquisición del mobiliario instalado en las nuevas salas de lectura, ha sido financiado con fondos del Campus de Excelencia Internacional Moncloa.