Para leer: Origins, de Neil de Grasse Tyson y Donald Goldsmith
Para leer más: Córdoba de los omeyas, de Antonio Muñoz Molina
Para visitar: Cosmocaixa Madrid
Origins
por Andrés Torrejón
¿Cómo era el universo hace 14.000 millones de años? ¿Podría ser de otra manera? ¿Existen multiversos que no podemos ni concebir que son los responsables de algunos fenómenos que no podemos entender? ¿El principio antrópico tiene algún sentido? Todas esas preguntas y muchas más encuentran respuesta en este divertido y ameno libro que escribieron hace ya ocho años el astrofísico Neil de Grasse Tyson y el astrónomo Donald Goldsmith. Ha pasado un poco de tiempo desde entonces, pero no hay muchas respuestas nuevas sobre el tema y seguimos a oscuras en asuntos como la energía y la materia oscura. El libro cuenta con un afilado sentido del humor y titula algunos capítulos a partir de frases bíblicas (Hágase la luz, Polvo al polvo...) en un irónico juego que probablemente molestase a los pacatos creacionistas, pero que es una broma de muy buen gusto para los librepensadores.
Córdoba de los omeyas
por Dámaso Ruiz
Leer en digital está muy bien y tiene algunas ventajas, entre ellas la de no tener que acarrear peso y la posibilidad de llevar en un dispositivo varios cientos, o miles, de ejemplares distintos. Lo que no podrá igualar nunca lo digital, por muchas pantallas flexibles de grafeno que se hagan en el futuro, será una edición bien hecha. Ir a una librería y comprar el libro Córdoba de los omeyas de Antonio Muñoz Molina en la edición de la Fundación José Manuel Lara es un placer que afecta a un montón de sentidos. La vista se empapa de las bellas imágenes de Córdoba que ilustran el volumen. El tacto disfruta con esa portada dura y esas páginas que parecen de mantequilla según se resbalan entre los dedos. Incluso el oído se deleita con ese pasar de las páginas. Y luego, más allá de todos esos placeres que estallan sólo con tocar el libro, está el intelectual de leer una historia que en su día fue un encargo para Antonio Muñoz Molina, pero que es una delicia por la calidad evocadora de los textos.
Cosmocaixa Madrid
por Ricardo Fernández
El 31 de diciembre está previsto el cierre de este museo de divulgación científica ubicado en Alcobendas. La Caixa piensa que el asunto es un poco ruinoso y a pesar de que su obra social se supone que se mueve por intereses que van más allá de lo económico nadie termina de creérselo cuando se anuncia el cierre de un museo. Hay que aprovechar, por tanto, los pocos días que quedan para entrar en las salas de un edificio que se ha quedado un tanto obsoleto, pero que tiene mucha gracia porque parece un viaje en el tiempo, a ese año 2000 en el que se inauguró, un viaje a otra época en la que éramos todos más pardillos y la interactividad era bastante inocente y se reducía a unas cuantas manivelas que mueven artefactos mecánicos construidos con engranajes y poleas. También hay algunos talleres infantiles que no están mal para sobrinos y otros niños que puedas conocer. El edificio del museo también tiene su encanto retro.