Valerie Plame es una fiel agente secreta de la CIA. Tras los atentados del 11S, el gobierno de Estados Unidos elabora una falsa teoría sobre las armas de destrucción masiva acumuladas en Irak. Plame es consciente de que la teoría es falsa y su gobierno sabe que ella lo sabe.
La historia de esta película es conocida, sobre todo porque está basada en el hecho real de una agente de la CIA a la que el gobierno de Estados Unidos destruyó la vida y la carrera por el hecho de intentar dar a conocer la verdad. Jezz Butterworth, un guionista poco prolífico, es el encargado de escribir la historia para la pantalla, en compañía de su hermano John-Henry, y basándose en la biografía de Valerie Plame y en un libro de denuncia política de Joseph Wilson. Entre todos consiguen dar un dinamismo totalmente trepidante a una historia que en manos de otro cualquiera habría sido un auténtico fiasco. En el éxito del filme también participa el director Doug Liman, quien ya ha demostrado su conocimiento del cine de acción con películas como El caso Bourne, Mister y Mistress Smith y Jumper. Hay que reconocer que Caza a la espía es un paso adelante en la carrera del director, que pasa a rodar una historia con un trasfondo político, más allá de la pura diversión, pero sin por ello caer en la trascendencia pedante ni en el aburrimiento.
Hay que lamentar, una vez más, el horrible título que le han puesto a la película en España. El nombre Caza a la espía recuerda a las comedias locas de Stanley Donen, tipo Charada. De todos modos, hay que decir que en este caso, el título original, Fair game, tampoco es para tirar cohetes, así que poco se podía hacer. El título solo tiene sentido en el contexto de la película y como parte de la biografía de Valerie Blame: Fair Game: My Life as a Spy, My Betrayal by the White House.
En el reparto destaca la pareja protagonista. Naomi Watts, que incluso se parece a Valerie Blame, demuestra una vez más su versatilidad, desde la chica alelada de King Kong hasta la mujer sin éxito de Conocerás al hombre de tus sueños o a esta espía venida a menos. Visto con una cierta perspectiva, tanto ella como Sean Penn, su compañero de filme, se han especializado en papeles de perdedores con glamour. Gente con la que es fácil identificarse por sus sueños idealistas y por su escaso éxito frente a un sistema que pega duro al individuo