Baltasar Garzón participó el pasado 5 de noviembre en las jornadas "La justicia universal: tribunales internacionales y jurisdicción universal", dirigidas por la profesora de la Facultad de Derecho Araceli Manjón-Cabeza.
Baltasar Garzón participó el pasado 5 de noviembre en las jornadas “La justicia universal: tribunales internacionales y jurisdicción universal”, dirigidas por la profesora de la Facultad de Derecho Araceli Manjón-Cabeza. En su conferencia, titulada “Los desafíos de la Justicia Universal”, el en estos momentos asesor externo de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional lamentó que los intereses que pueda haber entre dos países en el ámbito diplomático, económico y político estén primando sobre la “lucha contra la impunidad” y la “protección de los derechos de las víctimas”. A juicio de Garzón, la justicia universal está maniatada por los intereses bilaterales que se interponen a la hora de investigar graves crímenes contra la comunidad internacional. “Se quiere ser soberano, no para investigar, sino para que otro no investigue”, añadió en referencia a los obstáculos que ponen algunos Estados a la apertura de pesquisas en otros países. Garzón lamentó que España haya perdido, a su juicio, “absurdamente”, el lugar privilegiado que había alcanzado en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos, y que asuntos como la querella contra la represión en el Tibet hayan quedado en “el limbo”. A preguntas de los alumnos sobre la investigación de las desapariciones durante la Guerra Civil y el franquismo, Garzón calificó de “curioso” que se haya dejado en suspenso la “solución del conflicto de competencias” y ha instado al Tribunal Supremo a aclarar este asunto. “Si hay una condena lógicamente va a haber argumentación de que no había delito de investigar y se archiva directamente la cuestión. Si se produce la situación contraria, cosa complicada, se abriría de nuevo el procedimiento”, concluyó.