La Facultad de Veterinaria acogió las III Jornadas de Agroecología de la UCM, centradas esta vez en las amenazas, resistencias y alternativas para la soberanía alimentaria y con especial hincapié en el Tratado de Comercio entre EEUU y la UE.
A pesar de que no ha repercutido demasiado en los medios de comunicación españoles, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre Estados Unidos y la Unión Europea ya va por su cuarta ronda de negociaciones. Así al menos, informó de ello Belén Martínez, profesora de Veterinaria y miembro de la HuertAula Comunitaria de Agroecología Cantarranas, organizadora de estas III Jornadas de Agroecología UCM.
El TTIP tendrá amplias repercusiones en la vida de los ciudadanos europeos. Una de ellas, como aseguró Martínez, es la posible plantación masiva de transgénicos. Es cierto que en España ya se cultivan, y de hecho somos de los pocos países europeos que lo hacemos, pero de momento en nuestro país el uso de organismos modificados genéticamente (GMO) sólo se utiliza para hacer piensos para animales. Tom Kucharz, coordinador del Área de Agroecología y Soberanía Alimentaria de Ecologistas en Acción, cuestiona si estos GMO tendrán algún impacto sobre el metabolismo de los animales y si eso llegará de alguna manera a su carne, su leche y sus demás derivados. Según él no existe investigación sobre el tema y si existe no llega a la opinión pública porque las autoridades europeas la desautorizan.
El TTIP
Kucharz informa de que el interés por tener un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa viene ya desde los años 60, y desde el año 2011 se negocia con un grupo de alto nivel en el que la mayor parte (hasta el 90 por ciento) de los miembros provienen de la industria.
El peligro del TTIP estriba, de acuerdo con Kucharz, en que se abrirán nuevos mercados de negocio como la sanidad, la educación y el agua, eliminando además, de paso, derechos laborales, sociales y del medio ambiente. Se podrían introducir en Europa no sólo los GMO, sino también otros materiales como los inductores endocrinos químicos que están comercializados en Estados Unidos sin problema, e incluso la extracción de gas y petróleo con métodos no convencionales como el fracking, o fracturación hidráulica "que contamina suelos y agua y lleva a la especulación de terrenos".
En la actualidad se utiliza en Europa el principio de precaución, que implica que un producto sólo se puede utilizar si es 100 por cien seguro, pero eso es algo que no comparte Estados Unidos y que probablemente se modificaría para crear ese mercado de libre comercio.
Informa Kucharz de que el primer punto que ha generado debate es un mecanismo de solución de controversias entre un inversor privado y el Estado. Según el nuevo tratado, quizás se podría llegar a que empresas extranjeras puedan llevar al Estado ante tribunales privados si consideran que la actuación estatal va en contra de sus intereses. Algo que ya ocurrió en Canadá, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Ejemplo americano
Los defensores del TTIP afirman que va a crecer la riqueza de los países y los ciudadanos europeos, pero los críticos se apoyan en los resultados negativos del tratado que firmaron México, Canadá y Estados Unidos.
Según Kucharz, con ese convenio se perdieron 3 millones de puestos en la agricultura en México y unos 400.000 en el sector manufacturero de Estados Unidos. También Lucia Vicent, investigadora del Departamento de Economía Aplicada I de la UCM, hizo una larga lista de los perjuicios del TTIP como el aumento de las asimetrías entre países, la reducción de la privacidad de los consumidores, el acceso limitado a medicamentos genéricos o la precarización laboral.
Las III Jornadas de Agroecología contaron con varias proyecciones cinematográficas y mesas redondas, así como un taller de técnicas de cultivo biointensivo de alimentos, que se celebró en el HuertAula Cantarranas de la Complutense.