En sus 70 años de vida los estudios de Economía han cambiado hasta siete veces de plan de estudio y se han mudado dos veces de sede, desde el originario Caserón de San Bernardo hasta sus instalaciones actuales en Somosaguas, pasando por el edificio en el que actualmente se encuentra la Facultad de Geografía e Historia.
Pero más allá de su devenir académico, si algo se puede decir de los que han desarrollado durante estas siete décadas los estudios de Economía, es decir sus estudiantes, profesores e incluso el personal de administración y servicios vinculado a ellos, es que han sido, como señala Carlos Berzosa, el decano que más tiempo, 14 años, ha estado al frente de la Facultad, "un ejemplo de pensamiento crítico, de confrontación y de lucha por la libertad y la autonomía universitaria".
Si estas palabras del profesor Berzosa tienen validez para las siete décadas de historia de los estudios, sin duda, donde cobran más realce es durante los últimos años de la dictadura y los primeros de la transición. Como recuerda uno de los decanos de la época, el profesor Andrés Fernández Díaz, quien ocupó el cargo de 1976 a 1981, la amenaza de echar el cierre a la Facultad fue constante durante aquellos años. Ni siquiera el "destierro" a Somosaguas en octubre de 1968, tras el movido mes de mayo anterior, consiguieron aplacar los ánimos durante la década siguiente. Y eso, como recuerda Berzosa, "pronto llenaron todo de césped para evitar que tiráramos piedras a los grises".
La decana actual, Begoña García Greciano, consiguió con motivo de este 70 aniversario reunir en una misma mesa a los, con ella, 8 últimos decanos de la Facultad, con la sola excepción del fallecido Marcial Jesús López Moreno, máximo responsable del Centro de 1973 a 1976. Los más veteranos, Ubaldo Nieto de Alba (1970 a 1973), Andrés Fernández Díaz (1976 a 1981) y Manuel López Cachero (1981 a 1984), centraron sus intervenciones en aquellos años movidos, en los que primero hubo que dar pasos hacia la democracia y después asentarla. "Hicimos lo que pudimos", resumió Ubaldo Nieto, que como él mismo recordó tomó posesión pocos días después del Proceso de Burgos y la declaración del estado de excepción en la Universidad y dejó el cargo pocos días antes del asesinato de Carrero Blanco. "En efecto, se hizo lo que se podía hacer y debemos estar satisfechos de aquello", convino Andrés Fernández Díaz. "Fueron años de tremenda complejidad y la Facultad es el ejemplo de lo que era el país", añadió Manuel López Cachero, decano de 1981 a 1984.
Carlos Berzosa, el decano más longevo de la Facultad, de 1984 a 1998, vivió una época de paz, "aunque no exenta de conflictos". No obstante, como él mismo señaló, su mandato por suerte pudo centrarse más en la mejora de las infraestructuras, como por ejemplo la inauguración del nuevo aulario, que en las reivindicaciones sociales o laborales, aunque sin dejarlas nunca de lado.
A Berzosa le siguió en el cargo María Teresa López López, quien se convirtió así en la primera mujer al frente de la Facultad. Estuvo en el decanato de 1998 a 2003, tiempo que dedicó a "avanzar en las prestaciones de un servicio público". La profesora López prefiere, no obstante centrarse en el futuro. Considera que lo ocurrido en el mundo occidental en los últimos años no ha dejado en buen lugar a los economistas y que quizá este sea el momento idóneo para reflexionar. "Debemos pensar qué estamos enseñando a nuestros alumnos. La sociedad nos reclama que además de conocimientos teóricos aportemos conocimientos éticos y morales", afirmó la ex decana.
Para el siguiente inquilino del cargo, el profesor Javier Zornoza (2003 a 2007) hay que destacar los procesos de innovación que se han puesto en marcha en la Facultad en la última década y continuar por ese camino. Algo en lo que también coincide Luis Perdices (2007 a 2011). De acuerdo con él, ha llegado el momento de perfilar mejor el tipo de docencia que quiere impartir la Facultad y quizá el camino sea apostar por una mayor especialización. A juicio del profesor Perdices, iniciativas como la reciente puesta en marcha del doble grado en Economía y Matemáticas "son el camino adecuado. Hace falta buscar la diferencia sin olvidar continuar siendo una Facultad de referencia".
La última en tomar la palabra fue la actual decana (ocupa el cargo desde 2011), Begoña García Greciano, quien tras escuchar a todos sus antecesores no dudó en poner lo mucho señalado como ejemplo de "lo que ha sido y es la Facultad: un referente social e intelectual". A su vez, García Greciano consideró la internacionalización como otro de los caminos en los que la Facultad debe centrar sus esfuerzos. De hecho, tras convertirse en el primer Centro de la UCM en impartir un grado completo en inglés, el próximo curso dará un nuevo paso impartiendo un grado en ADE en colaboración con la Universidad de Berlín.

Honoris causa
Si la profesora María Teresa López ponía el acento en su intervención en el acto de los decanos en la ausencia de ética que ha acompañado a muchos profesionales de la Economía en las últimas décadas, de esa crítica hay que salvar a un grupo de economistas del que, sin duda, forman parte José Antonio Ocampo y Edmund Valpy Fitzgerald. Ambos, en palabras del profesor José Antonio Alonso en el acto de investidura como doctores honoris por la UCM -celebrado en el salón de actos de Económicas y Empresariales- "son dos economistas que han puesto la mejor economía al servicio de la sociedad".
José Antonio Ocampo, además de ser ministro en su país, Colombia, en dos ocasiones, ha ocupado destacados cargos en organismos internacionales como la ONU y CEAPAL. Para él, como destacó en su investidura, "el objetivo último de la economía es el desarrollo, es decir el alcanzar el mayor bienestar humano en contextos de igualdad". La economía, a su juicio, es una ciencia que se debe basar en la objetividad de los datos, pero que sobre todo se debe practicar desde el pluralismo. "El discurso económico no puede ser neutro, es imposible".
Edmund Valpy Fitzgerald, por su parte, ha logrado, según destacó el profesor Carlos Berzosa, encargado de su laudatio, "que seamos conscientes de la importancia de la mirada amplia en la economía y en el compromiso con la sociedad". De acuerdo con su padrino, Fitzgerald ha logrado a lo largo de su trayectoria aunar compromiso y pragmatismo, a través de "propuestas razonables, sensatas y posibles".
Fitzgerald ha sido en los últimos 30 años asesor económico de distintos gobiernos de países como Perú, México, Nicaragua o Camboya. Su intención, según indicó, siempre ha sido prestar a los gobiernos mayores conocimientos sobre ciencia económica, ya que es algo de lo que adolecen y, a su juicio, es de gran importancia a la hora de aplicar luego políticas económicas concretas. "No debemos olvidar -señaló el nuevo honoris causa- que la economía política se originó en Inglaterra como una rama de la filosofía social".
Con ese trasfondo de la economía al servicio de la sociedad, Fitzgerald considera que es imprescindible que el asesoramiento económico se preste siempre desde la independencia. A su entender, esta premisa no se ha cumplido en España, donde la asesoría económica ha procedido de los propios círculos vinculados al poder, quizá por falta de auténticas fundaciones independientes. Esta situación, según considera Fitzgerald, quien imparte clases en la Universidad de Oxford, abre a las universidades un importante papel en la prestación de estos servicios de asesoría a los gobiernos, "sin dejar de lado su independencia y manteniendo una voz crítica. No estoy de acuerdo -señaló a modo de conclusión- de que el conocimiento útil es sólo el inmediato o la aplicación comercial. La ciencia económica desarrollada desde universidades independientes es hoy más necesaria que nunca".