A propósito de Abbott

por Andrés Torrejón

Los que hemos sido padres recientemente (¡qué mayor soy) sabemos que la mayoría de libros que están a nuestro alcance para enfrentarnos a este nuevo trance no tratan sobre la paternidad, sino sobre la maternidad. En la mayoría de ellos, los hombres simplemente no existimos. Por suerte hay una serie de autores (casi todos anglosajones) que integran a los hombres en la vida paterna, y además lo hacen con mucha gracia, pero también con ternura y con un punto de vista que jamás podría aparecer en un libro escrito por mujeres, ya que estas últimas suelen dejarse llevar por su entorno y por el qué dirán, así que al final nunca te enteras de lo que realmente piensan. Chris Bachelder (y otros como Matt Rudd y James Douglas Barron) llaman a las cosas por su nombre y saben que su vida ha cambiado para siempre con momentos terribles de insomnio y líquidos corporales desagradables, pero también con miradas y abrazos que no tienen precio.

La puerta de los pájaros

por Andrea Sanz

Gustavo Martín Garzo es un auténtico experto en el mundo de los cuentos. Muchas de sus novelas, incluida El lenguaje de las fuentes, por la que ganó el Premio Nacional de Narrativa, tienen ese aire de narración que va de lo intelectual a lo onírico. En La puerta de los pájaros, lo intelectual casi desaparece, aunque sí que hay unas cuantas referencias que el mismo autor hace patentes en una nota al final del libro. De todos modos aquí lo que predomina claramente es lo fantástico, ese mundo donde los cuentos son posibles y donde no sorprende ver a una princesa portuguesa que se queda dormida y que es acechada por una malvada madrastra que quiere asesinarla para quitarla del medio. Por supuesto, por allí aparecerán lugares encantados, gitanos con sus ferias y unicornios. Quizás sea todo un pelín cursi, pero yo creo que funciona como cuento, o más bien como resumen de muchos de los cuentos que hemos leído en nuestra vida.

Gerunds

por Pablo Clemente

La voz de esta chica (ahora Ricca y desde siempre Esther Ovejero) es una auténtica delicia, y no sólo porque sepa hablar y pronunciar inglés como si fuese británica y no de Las Canarias. Gerunds es una de esas piezas que te llenan el alma con sus buenos ritmos de jazz, ritmos que impregnan incluso a una versión del Single Ladies de Beyonce. Es un disco que da muy buen rollo y que dan ganas de escuchar una y otra vez, algo que por suerte podemos hacer gratis con Spotify, o pagando unos pocos eurillos y haciéndonos con el disco, que tampoco hay que ser demasiado rata, sobre todo cuando se trata de financiar a un trabajo bien hecho. También la podéis ver en alguno de sus conciertos (muchos de ellos gratuitos) en los que está presentando esta mezcla de jazz, blues y soul, ataviada con una exagerada peluca afro que la convierte en un personaje más de los que aparecen en sus propias canciones en busca del amor o la diversión.