La parada cardiaca es la primera causa de muerte en el mundo occidental entre personas mayores de 40 años. No obstante, muchas de estas muertes se pueden evitar con una sencilla atención en los primeros minutos que suceden a la parada. Los datos son esclarecedores: si se atiende antes de que pasen 4 minutos desde el accidente cardiovascular la posibilidad de salvar la vida es del 50 por ciento, si se hace antes de los 3 del 70 por ciento y si se logra antes de que se cumpla el primer minuto la expectativa de vida se eleva hasta el 90 por ciento. "Por poco que tarde, el servicio de emergencias se demora de media entre 7 y 10 minutos. La mejor solución, por tanto, es otra. La mejor solución es que haya mucha gente que conozca estas técnicas", afirma Carlos de Benito, coordinador del Aula de Cardioprotección de la UCM.
Desde hace cuatro años la UCM está tratando de contribuir a la formación de personas que sepan cómo actuar en situaciones de emergencia. Así, cientos de estudiantes han recibido cursos de formación en distintos niveles, desde la denominada primera respuesta ante emergencias sanitarias (identificación de la emergencia y aviso para la puerta en marcha del servicio), hasta el aprendizaje de las técnicas para prestar soporte vital básico e incluso de primeros auxilios.
Estos cursos se imparten en la Facultad de Farmacia, pero están abiertos a los estudiantes de cualquier titulación. De hecho, como informa Carlos de Benito, las titulaciones con más estudiantes interesados son, junto a Farmacia, Medicina, Enfermería, Periodismo y Trabajo Social. La realización de estos cursos, cuyo precio oscila entre los 80 y 120 €, está reconocida con créditos ECTS de optatividad. De manera periódica, los alumnos que han realizado algunos de los cursos reciben sesiones de actualización de manera gratuita.
Además de esta formación especialmente dirigida a estudiantes, desde este año estos mismos tipos de cursos también se organizan como parte de la oferta de títulos de formación continua de la UCM. Se imparten en la Escuela de Relaciones Laborales y están abiertos a cualquier persona que esté interesada. Todas las sesiones -tanto las dirigidas a estudiantes como las de formación continua- están impartidas por instructores acreditados por el Plan Nacional de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) o instructores de la Asociación Americana del Corazón.
Espacio cardioprotegido
Según explica Carlos de Benito la intención del Aula de Cardioprotección es dar un paso más. Con el apoyo de los vicerrectorados de Posgrado y Formación Continua, Política Económica y Relaciones Institucionales y Relaciones Internacionales, el Aula ha trazado un proyecto piloto para convertir los Centros de la UCM en espacios cardioprotegidos. La idea es formar equipos en los edificios complutenses que sepan prestar al menos técnicas de soporte vital básico. Estos equipos estarían organizados para que en cualquier momento del horario de apertura de los centros pudieran activarse en pocos minutos, en concreto, no más de cuatro.
Plan piloto en tres centros
Las Facultades de Farmacia y Comercio y Turismo y la Escuela de Relaciones Laborales, son los tres centros que ya se han comprometido a poner en marcha este proyecto piloto de cardioprotección. El personal de Aula, además de prestar formación a los equipos de emergencia que se formen en cada centro (que estarán integrados por PAS, personal docente y estudiantes), también va a elaborar un plan, en el que estarán incluidos los protocolos de actuación y la identificación de las necesidades materiales concretas de cada centro. "Es necesario contar con un desfibrilador en cada centro, que esté en todo momento en disposición de ser utilizado, y con lo que llamamos materiales de asepsia: guantes, mascarillas y tijeras básicamente", explica Carlos de Benito, quien según adelanta prácticamente de manera inmediata el plan piloto comenzará a aplicarse en la Facultad de Farmacia, incluyendo la formación de los equipos, y en pocos meses se pondrá en marcha en los otros dos centros interesados. "La idea -señala De Benito- es que con el tiempo todos los centros de la UCM participen en el plan y podamos afirmar que nuestra universidad es un espacio cardioprotegido".
De acuerdo con Carlos de Benito, lo ideal en cualquier organización, institución, centro de trabajo, etcétera, es contar con un amplio porcentaje de personas capaces de identificar la emergencia sanitaria y hacer la llamada que ponga en marcha los servicios de emergencia. El equipo de emergencia debe estar compuesto por un grupo de no más de veinte personas, formadas en soporte vital básico, y algunas de ellas capaces de prestar primeros auxilios. "Con eso bastaría para convertir en anécdota muchas situaciones que hoy son una tragedia", concluye De Benito.