José Carrillo Menéndez, catedrático de Matemática Aplicada
"Para seguir avanzando"
Este mandato que acaba, se ha desarrollado bajo una conjunción nefasta. Por una parte, las condiciones de partida difícilmente podrían haber sido peores. La Universidad estaba inmersa en una grave crisis institucional marcada por la inmensa deuda, 151 millones de euros, y el déficit de políticas académicas del anterior mandato. Por otra parte, los severos recortes sufridos a lo largo del presente mandato, amparados en la crisis económica, han ido configurando una "tormenta perfecta": la Universidad Complutense hacía agua por todas partes.
Desde el primer momento, mi equipo y yo asumimos un doble compromiso. Por una parte, orientamos esfuerzos en mejorar la situación económica y en reducir al máximo el impacto de los recortes, las políticas antisociales y la propia crisis de la institución, que afectaba al conjunto de la comunidad universitaria. Por otra parte, nos empeñamos en desarrollar políticas académicas para impulsar la docencia, la investigación y la transferencia a la sociedad, en un contexto de creciente presencia internacional de nuestra Universidad. Pusimos nuestra mejor voluntad para que la institución no solo resistiera sino para reforzarla de cara al futuro.
Han pasado cuatro años y podemos afirmar - y no con la fragilidad de la retórica, sino con la contundencia de los datos- que la Complutense está a flote. La deuda se ha reducido hasta los 90 millones, de los cuales algo más de 57 están refinanciados. Se han mantenido la plantilla y los salarios y se ha dotado un fondo de 600.000 euros para paliar los efectos de la injusta subida de los precios públicos en nuestra Comunidad. El mapa de titulaciones está completado en lo fundamental. Hemos impulsado políticas estratégicas en el campo de la investigación y de la transferencia, apostando por potenciar las estructuras existentes -OTRI y Oficina Europea- y por crear nuevas estructuras de apoyo como la Oficina de Apoyo al Investigador. Hemos reforzado el Real Colegio Complutense en Harvard, liderando un proyecto de internacionalización de la Universidad española y se está trabajando para abrir un Colegio en California, potenciar el Colegio Miguel Servet de París y asentar nuestra presencia en Asia y África.
Ahora es fundamental seguir avanzando en la construcción de la Universidad Complutense del siglo XXI: una universidad pública de calidad al servicio de la sociedad que sea cada vez más un referente académico y social. Y un factor estratégico de progreso.
Tendrá que contar con una financiación suficiente y estable que abarque planes de inversión, transferencias nominativas y contratos por objetivos, dentro de un plan de financiación de las universidades públicas de Madrid que deberá restablecer precios públicos similares a los de 2011.
Nuestra Universidad, socialmente responsable, debe jugar un papel relevante en la construcción de la sociedad del conocimiento, debe apostar por la excelencia en la docencia, la investigación y la transferencia, y por desarrollar el proyecto de internacionalización de la UCM. Solo lo conseguiremos apoyando al profesorado con recursos y nuevas estructuras que faciliten su trabajo.
Es necesario seguir estabilizando al profesorado no permanente, promocionar a quienes se han acreditado y seguir generando y captando nuevos talentos.
Además tenemos que consolidar procesos de estabilización, formación y promoción del personal de administración y servicios que permitan reforzar sus perspectivas de futuro.