Katniss Everdeen se despierta, después de destrozar la cúpula bajo la que se llevaban a cabo los Juegos del Hambre, en las instalaciones del Distrito 13, un lugar que se pensaba desaparecido. Los habitantes de este lugar se han especializado en la guerra y viven en un mundo subterráneo a la espera de oportunidad de atacar al Capitolio. Lo único que les falta es un líder ideológico que les motive y para eso contarán con la propia Katniss.

Los guionistas de esta tercera parte (básandose, por supuesto, en la novela de Suzanne Collins) son Peter Craig y Danny Strong. Craig sólo ha estrenado una peli antes, The Town. Ciudad de ladrones, dirigida por Ben Affleck, pero pronto le conoceremos más por títulos como Top Gun 2, Bad Boys 3 y Blood Father, una de esas de tiros de Mel Gibson. Por su parte, Strong se estrenó como guionista cinematográfico con El mayordomo, aunque es mucho más conocido en su rol de actor en series como Mad Men. Al tener que fragmentar la novela en dos partes no les ha quedado más remedio a los guionistas que ralentizar el tempo de la acción, así que en esta entrega no hay que esperar demasiada violencia (aunque sí algunos bombardeos masivos) y sí muchas conversaciones. Eso nos permite indagar un poco más en los sentimientos de la protagonista, que se convertirá en una líder revolucionaria sin quererlo y que estará mucho más preocupada por su amado que por lanzar flechas. Algo que sólo hará una vez y con mucho éxito, por cierto.

El director Francis Lawrence repite al frente de la franquicia y también será el director de la última entrega, así que sólo dejó escapar la primera. Como ya demostró en Los juegos del hambre: En llamas, se le dan bastante bien las escenas más intimistas y un poco peor las de acción, aunque de esas aquí no ha tenido demasiadas. El universo al que se tiene que enfrentar el director contrapone el mundo gris de las ruinas y el propio Distrito 13 con un mundo de verdor donde los animales viven en libertad y sin miedo, pero da la impresión de que Lawrence no le saca todo el partido posible a esa dicotomía. Eso sí, el final de esta peli anuncia que lo bueno está por llegar en la próxima y última entrega.

En el reparto destaca, por supuesto, Jennifer Lawrence, que aunque esta historia se rodase hace años ya apuntaba maneras de buena actriz. Y no hay que dejar de nombrar a Philip Seymour Hoffman, que borda su papel de manipulador ladino, pero con buen corazón.