La renovada sede del Instituto Libre de Enseñanza acogió en la tarde del 1 de diciembre la presentación del libro El gobierno de las universidades. Reformas necesarias y tópicos manidos, editado por la Universidad Jaume I de Castellón y la editorial Tecnos. La obra, coordinada por Vincent Climent, Francesc Michavila y María Ripollés, reúne las opiniones de veintiuna personas, en su mayoría que ocupan o han ocupado puestos de responsabilidad en la gestión de las universidades españolas, sobre la necesidad, calado y oportunidad de reformar la manera de gobernarse que tienen en la actualidad nuestras universidades.
La presentación de la obra consistió en un debate moderado por el periodista de El Mundo Juanjo Becerra, en el que participaron los ya citados Vincent Climent, rector de la Universidad Jaume I, y Francesc Michavila, director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid, junto a Darío Villanueva, director de la Real Academia Española y ex rector de la Universidad de Santiago de Compostela; José Luis López, presidente del Consejo Social de la Universidad de La Rioja y de CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos); Juan Juliá, ex rector de la Universidad Politécnica de Valencia, y Ben DeWinter, experto en educación internacional. Entre el público se encontraban rectores, como Alejandro Tiana, de la UNED, y José María Sanz, de la Autónoma de Madrid, y ex rectores como Manuel J. López, Federico Gutiérrez Solana, Javier Uceda, Alejandro Tiana o el complutense Rafael Puyol. Por parte de la UCM asistieron también al acto los vicerrectores de Planificación y Evaluación Institucional, Juan Tejada, y de Relaciones Internacionales y Cooperación, Isabel Durán, así como la Defensora del Universitario, Isabel Aránguez.
Consenso sin consenso
Todos los participantes en el acto coincidieron en una misma idea: existe un amplio consenso en la necesidad de reformar el gobierno de las universidades, pero no hay un consenso suficiente para llevar esos cambios a cabo de manera inmediata. "Hay consenso -señaló de manera gráfica José Luis López- en ir hacia un modelo que se ha comprobado que funciona, y al que estoy seguro que terminaremos yendo, pero para cambiarlo hay que hacerlo en el Parlamento y por el momento de eso nos tenemos que olvidar".
Tres niveles de gobierno
El modelo de gobernanza de las universidades en el que coinciden la mayor parte de los expertos no es otro que el que siguen la mayoría de las grandes empresas, las mejores universidades del mundo o "en nuestro país -como se encargó de recordar el propio José Luis López, las principales Escuelas de Negocio, que no por nada tres de ellas están situadas en el top 10 mundial". Se trataría de instaurar gobiernos a tres niveles. El más alto lo desempeñaría un reducido consejo, que es el que marcaría las líneas a seguir y los objetivos a conseguir; el segundo peldaño lo ocuparía el rector, consejero delegado, CEO, o como quisiera denominarse, y el tercer escalón jerárquico estaría reservado para un consejo académico que decidiría sobre las cuestiones más académicas o docentes.
Democrático, que no hiperdemocrático
Con este modelo como referencia, caben, como coincidieron en señalar los intervinientes, muchas opciones. Por ejemplo, de acuerdo con Juan Juliá es imprescindible que la elección de estos órganos de gobierno sea democrática, ya que se ha demostrado que "la legitimidad que otorga ser elegido por los que gobiernas permite llevar a cabo las reformas necesarias desde el diálogo". No obstante para el director de la RAE, Darío Villanueva, no sería aconsejable volver a caer en el que, a su juicio, ha sido uno de los grandes lastres de la universidad española desde la Transición: su "hiperdemocratización".
Sin olvidar la financiación y autonomía
Francesc Michavila recordó que aunque la forma de elegir al rector o la manera de tomar las decisiones son los dos elementos de la gobernanza que más llaman la atención, las reformas no deben quedarse ahí, sino que deben afectar otros aspectos básicos como la financiación ("debe ser suficiente para lograr un cambio satisfactorio"), la autonomía ("en contra de lo que se dice, las universidades españolas tienen muy poca") y la rendición de cuentas ("y no solo económica, sino en muchos otros temas como la posición, evolución..."). De acuerdo con Michavila, quien desde la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria lleva más de una década y media propiciando estos debates para la mejora de la universidad, "ha llegado el momento, ya que no hay consenso para reformar todo, de ver qué partes se pueden llevar a cabo y seguir una estrategia de paso a paso. Aunque eso sí -concluyó- los cambios que llevemos a cabo tienen que ser atrevidos, huir de componendas y estar basados en la credibilidad".