El 7 de marzo el paraninfo de la Facultad de Filología ha acogido la "Muestra de Teatro por la Igualdad", promovida por grupos teatrales de la Complutense y organizado por el vicerrectorado de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, la Unidad de Igualdad y el Instituto de Investigaciones Feministas.
El grupo de teatro Chamaeleo contactó con la vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, María Nagore, para proponerle una manera original de celebrar el Día de la Mujer: una muestra de teatro. Nagore reconoce que le pareció una idea magnífica y desde el primer momento decidió apoyar la iniciativa. María Bustelo, la delegada del rector para Igualdad, considera de hecho que una característica "invaluable de esta iniciativa es que haya surgido de los propios grupos de teatro de la UCM".
En la presentación de la muestra teatral, Bustelo explicó que la Unidad de Igualdad es la encargada de intentar que en la Complutense exista una igualdad real, porque "todavía hay muchas cosas que solucionar". Reconoció que para llevar a cabo sus actividades es fundamental contar con la participación activa de toda la comunidad universitaria.
Rosa María Capel, del Instituto de Investigaciones Feministas, aseguró que a lo largo de su trayectoria profesional ha sido invitada a muchas actividades para celebrar el Día de la Mujer, pero que nunca antes de esta había sido a una representación teatral.
Recordó que el Día Internacional de la Mujer fue en principio de la Mujer Trabajadora, algo necesario en la fecha de su creación, 1910, para sensibilizar sobre los problemas de la mujer en el mercado laboral. Hoy, sin embargo, ha perdido ese apellido de Trabajadora, porque la sociedad ha cambiado y ahora se reconoce que las dificultades no están sólo en el ámbito laboral, sino que afectan a otros muchos campos como el de la cultura, la educación, el papel en la sociedad, la familia, el lenguaje...
Para Capel es importante señalar esos problemas que fomentan la discriminación y la desigualdad. Y espera que con el tiempo desaparezcan, y además sueña con que no sea un tiempo demasiado largo porque ella quiere llegar a verlo.
Las obras
La representación comenzó con el monólogo Movi Dikk, escrito, dirigido e interpretado por Noelia Vílchez García. En él se muestran las dos caras de una mujer, de la sumisa y de la libre, que es quien elige sin cortapisas a aquella persona que la llena de amor.
La función con Las mujeres en el tragedia, la pieza del grupo de teatro Chamaeleo. En ella vemos desfilar y recitar a personajes como Hécuba, Antígona, Bernarda Alba y Yerma. Las cuatro son acompañadas por una joven contemporánea que reflexiona sobre el papel de estas cuatro mujeres y expresa la ansiada reivindicación de todas ellas.
El grupo Katharsis presentó la breve obra La vida de Loretta, en la que un hombre sueña con ser mujer para poder dar a luz. Un deseo tan comprensible como imposible. La pieza se corresponde con un fragmento de La vida de Brian, de los Monty Python.
La creación de Pandora, es un fragmento de Cuando los monstruos dominaban la Tierra, que fue premio al mejor texto en el Certamen de Teatro UCM 2015. Y fue la pieza elegida por el grupo de teatro Homérica. En ella, Zeus ordena a Hefesto que le fabrique lo más perfecto que se le ocurra, es decir a una mujer. De sus manos surgirá Pandora, a la que luego se acusará de todos los males del mundo sin que ella, ni sus descendientes, sean las auténticas responsables.
La propuesta de Res, Non Verba fue No me hables de igualdad, una sucesión de sketches con temas como el sexismo en los juguetes, las tareas del hogar, la entrevista de trabajo, un ligón de playa, la incomprensión del ascenso laboral de la mujer, y las charlas machistas. La representación terminó con el grito "¡Muerte al patriarcado!".
Katharsis actuó de nuevo para cerrar la muestra con la pieza Rino, una adaptación del original de Ionesco. En ella se juega con el absurdo que hay tras los consejos y las recomendaciones, algo que más allá de lo puramente literario enraiza con las contradicciones de nuestra vida cotidiana.
Los vacíos entre pieza y pieza se llenaron con el violín de Amara Ríos, la guitarra de José Ramón Ríos y el baile de Paula Calderón y Marta Carcedo.