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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Miércoles, 18 de diciembre de 2024

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Una jornada para dejar que la poesía nos siga los pasos

El vicedecanato de Biblioteca, Cultura y Relaciones Instituciones de la Facultad de Filología ha organizado, por segundo año consecutivo, el Día de la Poesía. Aunque la conmemoración internacional es el 21 de marzo, la Complutense ha retrasado sus actividades hasta el día 31, justo después del periodo vacacional. La Facultad se ha llenado de conferencias, talleres, exposiciones, conciertos, lecturas improvisadas, recitales e incluso juglares.

 

"Es tiempo de pocas bromas,/ tiempo de subirse el cuello del abrigo,/ como los agentes de la Guerra Fría,/ y desaparecer./ Pero las catacumbas ya no son seguras./ Han borrado el pez/ y la paloma./ Han pintado la cruz gamada/ sobre el ciervo rupestre." La autora de estos versos es Almudena Guzmán, la poetisa que inauguró el Día de la Poesía en el paraninfo de la Facultad de Filología.

 

Antes de sus palabras se pudo escuchar una pieza de música atonal compuesta en Rusia en 1967 e interpretada a la viola por el músico y licenciado en Filosofía Bruno Marín. Tras esta representación, el decano de Filología, Eugenio Luján, reconoció que por un día había que "dejar de lado los aspectos oficiales para dejarse llevar por las emociones, las pasiones y las vivencias que despiertan en nosotros las poesías".

 

Reconoció que una jornada como esta es un privilegio por el hecho de poder estar con tantos poetas y confió en que la iniciativa se consolide y se convierta en una auténtica tradición dentro de las actividades de la Facultad.

 

José Manuel Lucía Megías, vicedecano de Biblioteca, Cultura y Relaciones Institucionales de Filología, recordó las palabras de Cervantes en las que identifica a la poesía con una doncella tierna y de poca edad, y consideró que en realidad es "una gran señora hermosa".

 

Para Lucía Megías, el Día de la Poesía es un momento de fiesta, fruto de muchos meses de trabajo que permite convertir a la Complutense en el centro de poesía de Madrid, y deseó que todos aquellos que pasasen por allí se llevasen algo que les acompañase durante el resto de su vida.

 

La dirección de la jornada ha recaído en el profesor Sergio Santiago, que reconoció haber tenido mano libre para hacer todo lo que desease. De su inquietud han surgido más de treinta actividades, en la que "es la celebración más intensa y extensa del Día Mundial de la Poesía en todo Madrid, y probablemente en España".

 

Santiago reconoció el trabajo, junto a él, de casi cincuenta personas que han conseguido poner en marcha esta actividad en lo que consideró un "ejemplo de lo que se puede lograr trabajando todos juntos en la comunidad complutense".

 

Para el director de la jornada, "la poesía es una segunda piel sobre las cosas cotidianas y esa segunda piel se le ha querido colocar a toda la Facultad". Reconoció que para la organización del Día de la Poesía se había inspirado en las palabras del poeta chileno Nicanor Parra, para quien "la poesía nos sigue los pasos, a ti, a mí, a todos nosotros". Advirtió, por tanto, que todo el que pasara por la Facultad tuviera cuidado, porque allí, en cualquier rincón, la poesía le podría seguir los pasos.

 

La poetisa Almudena Guzmán se mostró feliz y nostálgica por volver al lugar donde se licenció y por ver a jóvenes con la misma ilusión que tenía ella cuando escribió sus primeros versos.

 

Del Caribe a los susurros

"My name is Quisqueya Amada/ Taína Anaisa Altagracia Indiga./ You can call me Kay./ El cocolo, mi timacle, calls me/ chula. He calls me Chula and his/ derriengue. And the rest/ Gorda. They call me La Gorda". Con la lectura de este poema, aunque mucho más largo y con mucha más gracia leído por ella misma, comenzó su participación en el Día de la Poesía la artista dominicayork Josefina Báez.

 

Las lecturas de esta poetisa son, al mismo tiempo, una performance en la que utiliza un idioma mezcla de inglés, español e invención propia. Escuchar el acento y el deje de Báez es todo un placer que no debería perderse nadie.

 

Báez no sustituyó a Almudena Guzmán en el Paraninfo, sino que se simultaneó con ella, aunque en otro de los muchos espacios habilitados en la Facultad para el desarrollo de actividades. De hecho al mismo tiempo que ellas dos, se celebraba un taller de juegos poéticos, un concierto de voces en las poetas barrocas, una lectura de poemas árabes, un taller de análisis de sonetos y una actividad de poesía susurrada al oído.

 

La lectura de los poemas árabes se hizo en el exterior de la Facultad, donde alumnos de Árabe IV leían unos versos árabe y su traducción. Al terminar reivindicaron la relevancia de ese idioma tanto en el pasado como en el mundo actual.

 

En el taller de análisis de sonetos, celebrado en la sala de juntan, se leían tanto de Joaquín Sabina como de Blas de Otero. El profesor Víctor de Lama de la Cruz hacía fijarse a sus alumnos en las roturas gramaticales de Sabina y en las transgresiones sintácticas del autor de Pido la paz y la palabra.

 

Y mientras, en el vestíbulo de la Facultad uno podía sentarse en una silla junto a los susurrantes, un grupo de jóvenes del Aula de las Artes de la Universidad Carlos III de Madrid que hacían precisamente eso, susurrar, un poema al oído.

 

El resto de la jornada fue igual de intensa, con otras lecturas libres de poemas organizadas por estudiantes, conferencias más sesudas sobre Rubén Darío o lo personal y lo político desde la poesía, varios recitales poéticos, exposiciones fotográficas y bibliográficas, o el humor de Salvador Lucio, un juglar segoviano al más puro estilo del Siglo de Oro, pero trasplantado en pleno siglo XXI.

 

El manifiesto

Antes de la mayor parte de estas actividades los responsables de la jornada leyeron un manifiesto para recordar la importancia de la poesía. En dicho manifiesto se pide que se visualice más este tipo de literatura como fenómeno cultural, que se faciliten futuros viables para los poetas, se defiende una educación social poética, se reivindica la poesía como un espacio de la diversidad y se exige que sea considerado como un derecho universal del que ningún ser humano debería ser privado.

 

El manifiesto termina con una frase que también puede ser el colofón a esta gran fiesta que se ha celebrado en la Complutense: "La poesía es la verdad de este mundo".

Sergio Santiago, director del Día de la Poesía; la poetisa Almudena Guzmán; el decano de Filología, Eugenio Luján, y José Manuel Lucía Megías, vicedecano de Biblioteca, Cultura y Relaciones Institucionales de Filología, en el acto de inauguración de la jornada Bruno Marín interpretó un tema musical ruso en el paraninfo de Filología antes de que diesen comienzo las actividades del Día de la PoesíaLa artista dominica afincada en Nueva York, Josefina Báez, durante la lectura de sus poemasLos susurrantes, un grupo de estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, que susurraban poesías al oído a todos aquellos que quisieran sentarse con ellosEl profesor Víctor de Lama de la Cruz durante el taller Quien hace un soneto hace cientoUna de las actividades del Día de la Poesía fue la lectura de poemas en árabe, idioma que reinvidicaron los estudiantes de Árabe IVLa biblioteca de la Facultad de Filología acogió una de las exposiciones de la jornada, en esta caso la dedicada a Dámaso AlonsoLos lectores que se animaban podían leer la poesía que ellos deseasen a la entrada de la FacultadEl espectáculo del juglar Salvador Lucio convocó a un buen número de espectadores en el vestíbulo de la Facultad de FilologíaEn esta jornada se reivindicó la poesía como un espacio de diversidad
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