Los días 12 y 13 de julio se celebran en el Pabellón de Gobierno de la UCM, coorganizadas por los Cursos de Verano y Encuentros Complutense, las jornadas "La Re-evolución en los Derechos Intelectuales del Conocimiento, la Creación y la Comunicación". En palabras de José Manuel Gómez Bravo, director del curso y máximo responsable de Propiedad Intelectual de Prisa, se trata de buscar equilibrios en el mundo digital que permitan que todos los actores que en él operan puedan desarrollarse. "Hay que buscar soluciones a largo plazo y sostenibles", coincide Noelia Fernández, directora de Desarrollo de Negocio y Transformación Digital de Prisa, quien dibujó en la inauguración de las jornadas un mundo digital en continua transformación, que aún realmente no ha terminado de definirse, pero en el que la creatividad y el talento humano siguen siendo "irreplicables". Son muchos, de acuerdo con Gómez Bravo, los aspectos que hay que revisar, desde el papel del copyright en este mundo digital, una redimensión de los derechos intelectuales o un nuevo entorno jurídico.
Para la vicerrectora de Política Académica y Profesorado de la UCM, Mercedes Gómez, también presente en la inauguración, "Conocimiento, Creación y Comunicación son tres palabras que siempre deben estar en mayúsculas porque son los parámetros que marcan el desarrollo de un país". Por ello es necesario defender y favorecer el funcionamiento de ese bucle en continuo movimiento que forman. Para la vicerrectora no se entiende que constantemente, por ejemplo, haya que estar defendiendo los derechos de propiedad intelectual, cuando debería ser ya algo "que formara parte de nuestros genes".
Tras las intervenciones de los directivos de Prisa y la vicerrectora, tomaron la palabra la profesora e investigadora complutense Celia Sánchez Ramos y el director general de la Fundación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Manuel Bravo. Entre los dos impartieron la lección de apertura del curso: "La importancia de los derechos del conocimiento: Bien social común". Sánchez Ramos se dedicó a la parte, podría decirse, de la producción científica, y Manuel Bravo, de la literaria o en sentido más amplio de la humanista.
Celia Sánchez Ramos, destacada investigadora en el ámbito de las ciencias de la visión, defendió la necesaria transferencia a la sociedad de los resultados de las investigaciones. Según explicó, ésta puede hacerse de dos maneras: a través de papers en revistas científicas o, como ella sobre todo hace y recomienda cuando es posible, patentando los resultados. Para Sánchez Ramos, "hacer patente es hacer público". Y es que, según explicó, las patentes se integran en una base de datos de libre acceso que permite a cualquiera conocer los avances de la ciencia a través de la producción industrial que se va llevando a cabo. "En Estados Unidos el pasado año se realizaron más de 10 millones de patentes", señaló la investigadora para dejar clara su importancia en el mundo actual. La patente, según explicó la profesora de la Facultad de Óptica y Optometría, concede una protección al desarrollo industrial, lo que a su juicio no limita el carácter público de este tipo de transferencia, sino que lo que hace es favorecer que esas ideas en las que se basó la patente se conviertan en algo real. "Si no se protege el desarrollo industrial ningún inversor pondría el dinero necesario para ponerlas en marcha", considera Celia Sánchez Ramos.
Este equilibrio entre el carácter público de las patentes y su protección industrial, también es necesario encontrarlo en el mundo de la creación literaria. Un ejemplo es la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, nacida en los últimos años del siglo XX y que en la actualidad ofrece en abierto más de 200.000 obras literarias. Según explica Manuel Bravo, esta biblioteca siempre ha respetado los derechos de autor de las obras, y sólo ha puesto a disposición de la sociedad en abierto y de manera gratuita obras sin derechos de autor o editoriales (finalizan a los 70 u 80 años, según los países, de la muerte del autor) o las que sus autores, herederos de sus derechos o editoriales han renunciado a ellos. De acuerdo con Bravo cada vez más autores y editoriales ven con buenos ojos permitir la publicación digital en abierto de sus obras, "ya que se ha comprobado que esto redunda en un aumento de ventas de las ediciones en papel". No obstante, el director de la Biblioteca Virtual considera que siempre respetando los derechos de autor, "porque no podemos volver a la bohemia en la cultura", hay que darse cuenta de que "las reglas del juego se están quedando antiguas y hay que buscar nuevos equilibrios".
