Entre el 18 y el 22 de julio se ha celebrado, en el Centro de Formación El Solaruco, de la Ciudad Santander, en Boadilla del Monte, el "IGLP: The Workshop". El rector Carlos Andradas ha querido que la clausura de este taller, organizado por el Institute for Global Law and Policy (IGL&P) de la Harvard Law Scholl y el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), se celebrase en uno de los centros más emblemáticos de la Ciudad Universtaria: el paraninfo de la Facultad de Filología.
En el discurso de clausura, Andradas informó de que esta es la primera vez que este workshop se celebra en Madrid y también la primera que recibe apoyo de la Complutense. Tras unos breves discursos en los que se habló sobre Bangladesh, los Derechos Humanos o la economía europea y el Brexit, Andradas recordó que él es de formación matemática, así que no es experto en muchos de los temas que se han tratado en este workshop, pero de lo que sí sabe hablar es de la universidad, tanto de su pasado como de su presente.
Andradas puso en antecedentes a los 78 estudiantes procedentes de 37 países y de más de 60 universidades, sobre el propio nombre de la Complutense. Explicó que el nombre es una contradicción en sí, porque complutense es el gentilicio de Alcalá de Henares, ya que esta universidad se fundó en dicha localidad en 1499 y se trasladó a Madrid a mediados del siglo XIX.
En 1927 se constituyó la comisión para crear la Ciudad Universitaria y en 1933, ya en plena república se alzó el primer edificio, en concreto la Facultad de Filología que ha acogido la clausura del Workshop. Allí nació "la nueva Complutense", aunque poco después se cortó la actividad docente para convertirse en uno de los frentes de la guerra civil. Tras ese conflicto se comenzó la reconstrucción, siguiendo los planos originales, y en el año 1943 se volvió a reabrir la Facultad. A los asistentes a esta clausura les sorprendió escuchar que en el mismo sitio que ocupaba Andradas en el paraninfo se sentó el general Franco para reiniciar la actividad académica. A pesar de aquella reapertura oficial, no fue una universidad del régimen, sino que a lo largo de la dictadura, la UCM se convirtió "en un foco de resistencia".
Toda esta historia es una muestra de que "la UCM ha jugado un papel muy importante en la sociedad española del siglo XX". Andradas considera que hoy en día la Complutense sigue siendo importante, "porque educamos ciudadanos en valores éticos, que son cada vez más relevantes en un marco global, y porque impartimos conocimiento y somos un lugar fundamental para la investigación, aunque ahora hay amenazas que intentan apartar la investigación de la universidad".
En su discurso, Karen Engle, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, recordó las palabras de Berta Cáceres, la activista hondureña asesinada por luchar a favor de los derechos humanos, cuyo lema era "Despierta, despierta, humanidad. Ya no hay tiempo". El rector Carlos Andradas retomó ese discurso y aseguró que las universidades también deben despertar para adaptarse a un mundo 4.0 si quieren seguir siendo importantes en este siglo XXI.