César Redondo (San Lorenzo de El Escorial, 1983) desde que tiene memoria de sí mismo se recuerda situado cerca de un coche. Cuenta que de pequeño le volvían loco. Al principio, por esas cosas de la edad, sólo podía mirar. Luego, en cuanto pudo conducir, comenzó a participar en rallies, tanto de regularidad como de velocidad. En 2013 dio con un vídeo en Internet en el que se mostraba una carrera para aficionados por Marruecos para coches de más de veinte años, la denominada Clásicos del Atlas, en la que lo importante más que correr es llegar y, de paso, ayudar a la humilde población de la zona. No lo dudó, se compró un viejo Seat Marbella, lo acondicionó y para allá se fue. Este próximo 3 de diciembre, César, que desde hace siete años trabaja en el Servicio de Coordinación de la Facultad de Informática, comenzará su novena participación en estos rallies.
El Seat Marbella que se compró para cruzar por primera vez el Estrecho le costó 600 euros, aunque dedicó "otros 5.000 ó 6.000 € más" en prepararlo. En aquella ocasión lio a su novia, Beatriz, para que le acompañara. Quedaron más allá del puesto veinte, pero la aventura le enganchó. "Me recordaba a lo que se dice de los inicios del Dakar, que era más aventura que competición", señala César, quien antes de entrar a trabajar en Informática fue chófer en la Facultad de Veterinaria, y antes estudiante de Biología. "Llevo en la Complutense toda la vida", resume.
Desde aquella primera experiencia en 2013, César ha vuelto otras siete veces al continente africano. Beatriz, su novia, le dijo que una y no más, por lo que ha tenido que ir buscando otros copilotos. Un año se llevó a tres amigos, con los que estrenó el viejo 4x4, un Toyota 4Runner, que adquirió también a un precio módico, y hasta en tres ocasiones ha ido con su propio padre, Pedro José, a quien a diferencia de lo que suele ocurrir ha sido César quien le ha inoculado el gusanillo de los coches. No obstante, su copiloto "oficial" es Rafael García el Kendi, más conocido como "Rufle". Se conocieron durante uno de los rallies, y ya lo han hecho juntos en tres ocasiones. La primera vez ganaron su categoría, pero las otras dos veces no les fue tan bien. En 2015 una avería les dejó 8 horas parados en una zona sin cobertura, confiando en que alguien se acordase de ellos y les fueran a buscar. Pese a esto, y al pequeño incendio que sufrieron el año pasado, de nuevo a bordo del Renault 4L de "Rufle", César tiene claro que "Rafa es el copiloto perfecto para estas carreras porque al ser su madre marroquí habla muy bien árabe y además es mecánico. La vez que nos quedamos ocho horas perdidos no fue culpa suya, sino que al coche se le rompió el palier dos veces y ya no teníamos recambio", aclara.
Además de esa parte competitiva y de aventura que tanto atrae a César, estas carreras tienen una parte solidaria que hace que todo tenga incluso un poco más de sentido. Se trata de llevar material deportivo y, sobre todo, escolar a zonas especialmente pobres de Marruecos. Un día la carrera se para y los participantes se dirigen a un poblado donde donan el material que han llevado desde España. Normalmente no hay un mínimo, pero ningún corredor viaja a Marruecos con menos de 20 ó 25 kilos de material. "Esta vez vamos a llevar gran cantidad de ayuda repartida también en otro coche, ya que ahora mi padre y mi hermano nos acompañaran en el Toyota 4Runner que compré hace unos años". César esta vez irá en su Seat Marbella, con el que fue en su debut, acompañado por el Rufle, con el objetivo de olvidar sus últimas accidentadas participaciones y obtener un buen puesto en la clasificación. "Mi padre y mi hermano José nos prestarán apoyo si lo necesitamos, y a la vez tratarán de hacerlo lo mejor posible", cuenta César.
Volviendo a la parte más solidaria, en esta ocasión todo el material será escolar, ya que el Rally quiere colaborar en el desarrollo escolar de las zonas por las que pasa. En su caso, el material lo va recolectando dónde puede, desde tiendas de gente que conoce hasta lo que le van entregando amigos o conocidos. Sus compañeros de la Facultad también le donan material. No obstante, a César le gustaría tener una ayuda un poco más institucional. "Creo que estaría bien que la Universidad colaborase de alguna manera".
El Rally Clásicos del Atlas - Invernal 2016 comienza este próximo 3 de diciembre en Meknés, aunque para César, su padre y su hermano lo hará unos días antes, ya que tendrán antes que recorrer los más de 1.000 kilómetros que separa San Lorenzo de El Escorial del lugar de salida del rally. Después vendrán otros alrededor de 3.000 kilómetros por Marruecos hasta llegar a Ait Ben Haddou el 10 de diciembre. Como explica César, la clave no es conducir muy rápido, sino orientarse lo mejor posible. Una característica importante de estos rallies es que está prohibido el uso de tecnologías modernas de navegación. La brújula y el libro de ruta que proporciona la organización es todo lo que los participantes tienen, además de su intuición, para llegar cada día a la meta. Se sale de un lugar y hay que llegar a otro; por dónde, es cosa de cada participante.
Quien quiera saber qué tal les ha ido a César y Rafa, a bordo de su Seat Marbella, su dorsal será el 102 y el equipo se denomina VRT-Kendi. Su padre y su hermano, Pedro José y Jorge, son el Rottweiller Team, dorsal 201. La web del rally es www.teknisportmotor.com. De todos modos, César se compromete a resumir la experiencia en su blog a su vuelta: http://cro-inthemiddle.blogspot.com.es