Desde el 13 de diciembre las miles de personas que acuden cada año a los numerosos actos y eventos que se desarrollan en el Anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina, podrán ver antes de entrar a la que es la sala de mayor aforo de la Universidad Complutense, un gran retrato al óleo en el que se muestra al gran científico español que da nombre a esta sala, Premio Nobel de Medicina en 1906, trabajando en su laboratorio. "Es importante que los alumnos conozcan que más allá de los Rolling Stones ha habido otra gente importante", señala con ironía el catedrático de Pintura Manuel Parralo, autor del retrato. "Que nadie crea que Santiago, Ramón y Cajal eran los nombres de tres hermanos", bromea el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, catedrático también de la UCM, Jesús Sánchez Martos, quien no quiso faltar al acto de presentación de la obra. "Se trata -afirma el rector Carlos Andradas, ya más en serio- de rendir homenaje al que ha sido y posiblemente sigue siendo el mejor científico que hemos tenido en nuestro país".

Para llegar a la instalación de este óleo de 2 metros de alto y 1,5 de ancho en el punto medio exacto que separa las dos puertas principales de acceso al Anfiteatro Ramón y Cajal, en la segunda planta de la Facultad de Medicina, antes tuvieron que pasar muchas cosas. Por supuesto, como glosó el catedrático de Histología de la Universidad de Alcalá Santiago Coca, que existiese alguien como Cajal, capaz de llevar la investigación médica a cotas desconocidas y, además, de crear una escuela en la Universidad Complutense, seguidora de sus enseñanzas y métodos de investigación, en la que se formaron los mejores investigadores de varias generaciones. Lo segundo que ocurrió -esto ya lo cuenta el autor del retrato, el antiguo decano de la Facultad de Bellas Artes, Manuel Parralo–, fue que un día charlando con el que fuera ministro de Sanidad, el investigador Bernat Soria, tras salir de un curso de la Escuela Complutense de Verano, éste le contaba lo difícil que era investigar en España. Soria explicaba a Parralo que debido a la prohibición de investigar con células madre en nuestro país,  se veía obligado a viajar con frecuencia a Indonesia para continuar sus trabajos. La conversación derivó hacia la figura de Cajal, un adelantado a su tiempo, figura clave en el avance de la Medicina, y sin embargo un gran desconocido hoy para gran parte de la sociedad. Parralo en ese momento se dio cuenta que ni en su Facultad, la de Medicina de la UCM, existía un retrato de Cajal que permitiera a las nuevas generaciones saber quién fue este ilustre maestro y ponerle cara. Hasta ahora tan solo una placa en la entrada del Anfiteatro al que da nombre hacía referencia a Ramón y Cajal.

El profesor Parralo continuó relatando en su intervención en el acto de presentación del retrato en la tarde del 13 de diciembre, que tiempo después contó su idea al profesor Juan Beneit, antiguo director de la Escuela Universitaria -hoy Facultad- de Enfermería, Fisioterapia y Podología. Como el propio Beneit señaló en su intervención, él desde hace años tiene la "cualidad" de aprovecharse de lo rica y grande que es la Universidad Complutense, en la que conviven artistas, científicos, médicos, comunicadores, historiadores... "Me gusta poner en contacto a unos con otros", resumió Beneit, quien en esta ocasión relacionó a Parralo con el actual decano de la Facultad de Medicina, José Luis Álvarez-Sala, y con Pilar Díaz, presidenta del Grupo de Formación CTO, quien ofreció el respaldo económico al proyecto, y ahora ha donado la pintura a la Universidad de manera totalmente gratuita. La obra se puso en marcha, el propio Beneit acompañó al profesor Parralo en numerosas ocasiones a las aulas donde investigaba y daba clases el propio Cajal. "El resultado es esta obra -indicó el propio Parralo- en la que trato de reflejar la humildad y sencillez de Cajal, una persona que vivió por y para su profesión". Antes de concluir sus palabras Parralo se detiene a explicar el porqué del "bodegón de aparataje de laboratorio" que acompaña al retrato de Cajal en su óleo. Lo justifica en las fotografías que ha visto de Cajal, "siempre rodeado de ese caos, supongo que organizado".

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, catedrático de la Facultad de Medicina y, como recordó, Premio Ramón y Cajal en su día, además de bromear con los tres nombres de pila del investigador, quiso agradecer a todos los que han participado en este proceso su labor y su entrega, ya que como decía el propio Cajal, "las ideas duran muy poco. Algo tenemos que hacer con ellas". Para el decano Álvarez-Sala que esa idea de Parralo haya llevado a la instalación de este retrato en su Facultad, ya ha conseguido que ésta sea "un poquito mejor".

"Hoy, además de poder presumir de Santiago Ramón y Cajal y de ser complutense, es uno de esos días en los que de verdad me llena de orgullo ser rector de la Universidad Complutense. Tenemos una magnífica universidad y tenemos la responsabilidad de llevarla a las cotas más altas que podamos", concluyó Carlos Andradas su intervención, con la que se cerró el acto, no sin antes recordar la necesidad también que tiene nuestro país de conservar el talento en nuestras universidades, como fue el caso de Cajal, e incluso de atraer el que ya se ha visto obligado a irse.