Sí, aunque a veces se olvide o no se tenga muy presente, en Humanidades también se utiliza la tecnología, se investiga con ella e, incluso, se desarrollan metodologías y herramientas digitales específicas. Durante dos días, el 12 y el 13 de enero, las cinco facultades complutenses del área de humanidades -Bellas Artes, Ciencias de la Documentación, Educación, Filología y Geografía e Historia-, junto a algunas de ciencias sociales, como Ciencias de la Información, Derecho y Psicología, y los propios servicios centrales de la Universidad, se han unido para mostrar su actividad digital en las I Jornadas UCM "La investigación en ciencias sociales y humanidades. Desafíos y perspectivas en entornos digitales". Y es que, como subrayó en el acto inaugural el vicerrector de Transferencia y Emprendimiento, José Manuel Pingarrón, "es muy importante visualizar la gran calidad de la investigación complutense en ciencias sociales y humanidades. Es una investigación muy potente, a la que hay que darle la consideración que se merece".
Según explicó la coordinadora de la jornada, la profesora de la Facultad de Filología Dolores Romero, el congreso nace de la sugerencia del vicerrector de Investigación, Política Científica y Doctorado, Ignacio Lizasoain, de "sondear" el estado de la cuestión de las humanidades digitales en la UCM para ver si podía resultar interesante para los investigadores del área vincular a la UCM en el proyecto internacional DARIA, en el que veintidós países ya comparten infraestructuras, metodologías y redes de trabajo. "Pensamos en organizar un pequeño congreso para realizar ese sondeo, y al final se ha convertido en esta jornada en la que tenemos 61 participantes con exposición, 54 con pósteres y 255 matriculados", resumió la profesora Romero.
El trabajo que se ha llevado a cabo durante alrededor de un año para tener una visión bastante pormenorizada de lo que se está llevando a cabo en este área de las "humanidades digitales", ha permitido, según señaló la profesora Dolores Romero, detectar tres grandes ámbitos en los que la UCM es puntera. El primero es en el de bibliotecas, museos, colecciones y archivos. La Biblioteca UCM participa desde hace muchos años en proyectos cooperativos con grandes del sector como Google Books o la red Europeana, que ha permitido el acceso a importantes materiales a numerosos grupos de investigación. También su biblioteca histórica ha sido capaz de adaptarse a los tiempos y crear colecciones digitales de manuscritos, incunables, mapas, encuadernaciones... Otros servicios de la UCM, como el Archivo General, se han dotado de una nutrida base de datos para uso también de los investigadores; al igual que se está haciendo con los museos y el patrimonio complutense. Un ejemplo de lo que se puede llegar a conseguir es "Pérgola", nombre bajo el que se reúne el archivo virtual del patrimonio artístico de la Facultad de Bellas Artes.
Un segundo ámbito, según enumeró la coordinadora de la jornada, Dolores Romero, es el relacionado con el diseño, organización y gestión de proyectos culturales. Así, la Complutense tiene investigadores en proyectos punteros como el Museum I+D+C, Mussacces o, por ejemplo, el que diseña modelos de gestión de riesgos en el Museo Reina Sofía. Hay proyectos propios, como MUPAI para llevar el arte a la escuela o, por citar un último ejemplo, el que desarrolla un Atlas Interactivo de Madrid en Guerra 1936-1945, que está elaborando nuevas fuentes históricas a través de los testimonios de ciudadanos.
El tercer y último ámbito de acción en humanidades digitales, es el desarrollo de herramientas y aplicaciones para la adquisición de nuevas habilidades y difusión del conocimiento. Dolores Romero mencionó herramientas como CLAVI, para la importación y exportación de metadatos; ANOTE, para la anotación de libros digitalizados; y otras relacionadas con comunidades de lectura, edición electrónica, difusión y creación de obras audiovisuales, software libre para la creación artística, el analísis de textos epigráficos antiguos de la península ibérica... También hay grupos punteros en la utilización de sistemas de información geográfica para el desarrollo de la cartografía digital, o los que buscan la aplicación de metodología big data para el análisis dinámico de la movilidad y el cambio social. "Tenemos especialistas en 3D para reconstrucción del arte rupestre prehistórico, gente en proyectos como Edired, Monasterium...", concluyó su somera enumeración Dolores Romero.
Arsuaga, un científico humanista con alma artística y armas digitales
Muchos de los profesores relacionados con los trabajos y herramientas señaladas por la profesora Romero han participado en la jornada para dar a conocer sus avances, aunque como la propia coordiandora y el decano de la Facultad de Filología, Eugenio Luján, también presente en la inauguración, se encargaron de recordar lo verdaderamente importante de la investigación en humanidades es la calidad y las especificidades de las mismas. De la misma opinión fue también el invitado de honor a las jornadas, el catedrático de Paleontología y Premio Príncipe de Asturias, Juan Luis Arsuaga, para quien "lo digital complementa, no reemplaza". Por supuesto no se puede negar que la tecnología está permitiendo abordar investigaciones de manera más precisa e incluso abrir nuevos campos, pero lo importante es lo que hay detrás. Como anécdota, el paleontólogo contó que aunque desde hace mucho es un "apasionado" de la informática –su tesis la presentó en fichas perforadas, "la prehistoria de la actual informática"–, desde hace un tiempo ha vuelto a dibujar. Si en la actualidad el paleontólogo investiga los cráneos al ordenador, a donde llegan tras realizárseles un TAC, "estoy volviendo a dibujarlos porque con un lápiz y un papel te tienes que fijar más y filtrar lo que ves".
Arsuaga dedicó su como siempre didáctica conferencia al denominado "Rubicón cerebral", es decir a tratar de solucionar la pregunta del millón para un paleontólogo con intereses humanistas como él: "¿Cuándo se cruzó el límite? ¿Cuándo se tuvo por primera vez conciencia del yo? ¿Cuándo el ser humano fue consciente de que iba a morir algún día? ¿Están cerca los chimpancés de cruzar ese límite?...". Arsuaga explicó que las respuestas que buscan ese instante en el que se produjo ese salto de la mente irracional a la racional y mágica que caracteriza al ser humano, normalmente se ha relacionado con el tamaño del cerebro. Gracias a la tecnología se ha podido comparar los tamaños y pesos de los antepasados del homo sapiens en búsqueda de ese paso del Rubicón, pero pese a que la tecnología, la denominada morfología geométrica, ha avanzado hasta límites insospechados, aún no se ha encontrado la respuesta definitiva. Es más el descubrimiento en 2015 en Sudáfrica de un yacimiento, Rising Star, con fósiles de austrolopitecus en una disposición funeraria similar a la encontrada en la Sima de los Huesos con el homo antecessor, han complicado aún más la cuestión.