La Biblioteca Nacional de España dedicó la jornada del 1 de febrero, justo el día en el que habría cumplido 100 años, al escritor, economista y catedrático de la Universidad Complutense José Luis Sampedro. Lo hizo con una doble sesión. Por la mañana con una mesa redonda, en la que participaron Olga Lucas, el filósofo Emilio Lledó y el ex rector de la UCM y discípulo de Sampedro, Carlos Berzosa. Por la tarde, fueron sus lectores los que tomaron la palabra para leer sus fragmentos favoritos de las obras del autor de títulos inolvidables como El río que nos lleva, La sonrisa etrusca u Octubre, octubre. A la par, la BNE inauguró una muestra bibliográfica, que se puede visitar en la antesala del Salón de Lectura hasta el 16 de abril, en la que se incluyen no sólo los libros publicados por Sampedro, sino también una selección de sus lecturas predilectas.
La lectura pública de fragmentos de las obras de Sampedro fue abierta por su viuda, Olga Lucas. Para la ocasión no eligió ninguno de sus libros o ensayos, sino un texto transcrito tras su muerte e incluido en Diccionario Sampedro, obra con la que Lucas homenajeó a su marido a los tres años de su fallecimiento. La transcripción es de las palabras con las que Sampedro agradeció a un grupo de amigos que le visitaran el día que cumplió 96 años, justo hace ahora cuatro años, apenas tres meses antes de morir. El texto lo tituló "Amistad", algo que, dice en esas palabras el autor, "es lo único que nos une" y que hace que momentos como los de aquel cumpleaños "no los cambio ni por el acto más solemne ni por el premio más importante".
El rector complutense Carlos Andradas no quiso faltar al homenaje. Lo hizo, según explicó, por un doble motivo. En primer lugar, por el reconocimiento institucional a un catedrático que es "uno de los referentes para todos los que hemos estudiado o trabajado en esta universidad". Y en segundo, por el trato directo que tuvo con Sampedro en los últimos años de su vida. Andradas eligió la lectura de un fragmento del capítulo 1 de El río que nos lleva, titulado "La puerta en la roca": "Todo estaba dispuesto aunque nadie lo sabía, porque la vida no avisa."
Junto al rector, Olga Lucas y la propia directora de la BNE, la también complutense Ana Santos, por el atril preparado en el salón de actos de la Biblioteca Nacional se fueron sucediendo decenas de lectores y admiradores del humanista barcelonés. Algunos eran conocidos, como la senadora del PSOE Riansares Serrano o los periodistas Rosa María Artal o Fernando Olmeda, pero la mayoría no. Allí estuvieron personas como Adolfo Agundez, quien trabaja en la Universidad Sherbrooke en Quebec (Canadá), y aprovechó que está unos días en Madrid para hacer su particular homenaje a unos de sus escritores predilectos. O como Carmen Rivas, voluntaria cultural que ya un día antes había organizado en el centro social al que acude una sesión en homenaje a un hombre "cuyas ideas siguen vigentes, con Trump o con el que sea". O como Pilar González, quien asegura que cada día sigue aprendiendo las enseñanzas que dejó Sampedro durante sus 100 años de existencia.
