Un grupo de 60 estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología se encuentran realizando un viaje de estudios en Tinduf (Argelia) donde se sitúan los campamentos de refugiados saharauis. Esta semana se cumple el 41 aniversario de la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), autoridad que gobierna al pueblo saharaui en territorio liberado y en los campamentos de Tinduf, a la espera de un referéndum de autodeterminación en todo el territorio, incluido el ocupado por Marruecos, y que fue prometido antes y después de la descolonización de España pero no se ha llegado a celebrar.
Este viaje de estudios tiene como objetivo conocer de primera mano la situación del pueblo saharaui que sobrevive en el desierto del Sáhara gracias a la ayuda humanitaria. Tras un viaje de más de 12 horas han llegado a la wilaya (campamento) de Auserd en el Sáhara. La gobernadora de la wilaya, Mariam Hamada, les ha dado la bienvenida acercándoles a la cultura saharaui y recordando a los visitantes que los refugiados viven en una situación muy difícil, "tenemos stock de víveres para cuatro meses y la ayuda humanitaria cada vez disminuye más".
Paula De Llanos, alumna de tercero de Políticas, explica su percepción sobre la disminución de recursos desde que comenzó el conflicto. "La disminución de financiación humanitaria se justifica con la situación de crisis que viven otros países como la Unión Europea, pero realmente tiene un trasfondo de intereses con otros países como Marruecos".
Cada grupo de estudiantes y profesores convive con una familia en su casa conociendo la vida en el desierto. Además han sido recibidos por miembros del Ministerio de Educación, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Unión de Jóvenes Saharauis (UJSARIO), el rector de la Universidad de Tifariti y la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA).
Durante la estancia en los campamentos de refugiados han viajado a Rabuni, la ciudad administrativa de la RASD, donde han visitado el Museo Nacional de Resistencia Saharaui profundizando en la historia del pueblo saharaui desde el S.XV. Actualmente el territorio de la antigua colonia española se encuentra dividido por un muro de más de 2.720 kilómetros entre Marruecos (70%), considerado como potencia ocupante por la ONU, y la RASD (30%). "Es el muro más largo del mundo después de la muralla china y se encuentra rodeado por minas anti-persona, impidiendo el paso de cualquiera", explicó el director del museo.
"La experiencia está siendo realmente positiva, estamos sumergidos en una tierra vacía con personas con el corazón lleno", comenta Ángel Álvarez de Lara, alumno de Relaciones Internacionales. La persistencia del Frente Polisario, representante del pueblo saharaui reconocido por Naciones Unidas, en resolver el conflicto por la vía pacífica es algo que sorprende a los alumnos y profesores. Pero la tensión en el sur de la región, cerca de la frontera con Mauritania, "puede romper el alto al fuego y hacer estallar la lucha armada de nuevo" explica Mansur Mohammed Fedel, representante del UJSARIO.
En los próximos días tendrán la oportunidad de visitar el hospital y las escuelas de infantil y primaria del campo de Auserd, así como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Unión Nacional de Mujeres Saharauis en Rabuni. Durante toda la semana los miembros del grupo asisten a actos conmemorativos del 41 aniversario de la proclamación de la RASD (27 de febrero) y ese mismo día visitaron también Argel, la capital del país que acoge a los refugiados, en su viaje de vuelta a Madrid.
Tras tanto tiempo esperando los refugiados saharauis han ido mejorando ligeramente su calidad de vida. Los recursos están bajo mínimos pero Argelia ha financiado la construcción de un tendido eléctrico que abarca todos los campamentos, excepto el del El Aaiun. Luali Hamma, médico del campamento de Ausred, explica que " ha sido una bendición. Los hospitales necesitan corriente eléctrica para desempeñar sus funciones al 100%. Antes nos apañábamos con energía solar y baterías que nos costaban mucho dinero".
Las condiciones en verano son muy duras y se dan casos de muerte en los sectores más vulnerables. "Tener aire acondicionado ha ayudado a muchas familias a sobrevivir en verano", reitera Luali. Este avance es clave para el nivel de vida de los refugiados y, Eide Mohamed-Ali, estudiante saharaui de la Universidad Complutense, explica que "ya no hay marcha atrás, la población se ha acostumbrado a este nivel de vida y poco a poco irán desarrollándose más".
Los estudiantes han hecho entrega de una serie de libros donados por la biblioteca de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense, además de llevar medicinas, ropa y juguetes para los hospitales y escuelas de la zona.
Aunque la dinámica del viaje consiste en asistir a conferencias y debates sobre el conflicto Sáhara-Marruecos, los alumnos y profesores han tenido la oportunidad de realizar también actividades lúdicas como visitar el taller de pizzería de Auserd, financiada por ACNUR y Oxfam Intermón, el mercado del campamento de refugiados y un restaurante de comida típica en Rabuni.