A pesar de que Jeffrey Sachs es asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas y de que conoce la realidad política de su país, Estados Unidos, no deja de ser optimista. Confía el economista estadounidense en que los humanos seremos capaces de cambiar nuestras pautas de consumo para dejar de lado ese afán por el personalismo más egoísta y comenzar a pensar a largo plazo. Así lo ha declarado en la conferencia que ha impartido el 14 de marzo en el anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina, en el marco del máster conjunto UCM-UPM de Estrategias y Tecnologías para el Desarrollo.
Miguel Ángel Moratinos, presidente de REDS (Red Española para el Desarrollo Sostenible), presentó a Sachs como "multitateralista, porque defiende el trabajar juntos todos los sectores de la comunidad internacional, y de ahí que la universidad sea el lugar idóneo para exponer sus ideas, un lugar con la capacidad de catalizar la información, la investigación y la educación para conseguir soluciones prácticas".
Soluciones para conseguir alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que tienen como horizonte el año 2030. Algo que sólo se conseguirá, de acuerdo con Sachs, "con un modelo más inclusivo con el que se pueda conseguir un crecimiento económico inteligente, justo y sostenible".
Aclaró el economista que mientras para un medioambientalista "el crecimiento suena a algo peligroso, pero eso es porque lo entendemos mal". Jeffrey Sachs no habla "del tradicional crecimiento, sino de uno entendido como progreso capaz de salvar el medioambiente". Confía en que se puede crecer más, pero haciendo las cosas de manera diferente, con energías más limpias y seguras, "como la solar, la geotérmica, la eólica o la nuclear de cuarta generación". Además haría falta "cambiar los sistemas agrícolas para que sean sostenibles".
Uno de los principales problemas reside en los representantes "de los intereses creados por determinas empresas", siendo Donald Trump "un ejemplo claro de alguien que representa a las empresas del gas y el petróleo". Según el economista Trump, es el presidente "más psicológicamente inestable que ha habido en Estados Unidos desde Andrew Jackson en el siglo XIX". Por eso, desde la ONU se considera que Trump "es una fuerza amenazadora muy insatisfactoria, aunque es una única pieza en un sistema constitucional y vamos a luchar contra él para que no destruya nuestro futuro". Personalmente, Sachs piensa que "este presidente no va a llegar muy lejos, porque sus ideas no coinciden con las de la población americana, en realidad es un demagogo sin un apoyo público masivo".
Explica Sachs que para ser optimista no hay que fijarse en un presidente como el de Estados Unidos, sino en avances globales como los que se están consiguiendo, gracias a la tecnología, en países como "China o India". A pesar de eso, es consciente del daño mundial que han provocado las crisis financieras y las guerras de Oriente Medio, "originadas desde Estados Unidos". Confía, eso sí, en que se pueda conseguir "un desarrollo sostenible con una prioridad ética, siempre y cuando se evite otra ronda de desastres financieros o geopolíticos".
Se puede lograr, aunque no es fácil, "pero se conseguirá con desarrollos tecnológicos y con gobiernos que miren al futuro, y sobre todo con la participación de empresas y universidades como partes activas en este cambio". De hecho, "la universidad es la que debe liderar el cambio". Guillermo Cisneros, rector de la Universidad Politécnica de Madrid, explicó que las universidades públicas son muy conscientes de lo que hace falta para cambiar la sociedad y pueden aportar "conocimiento, ingenio y ganas para lograr la consecución de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible".
Comparó Sachs el reto actual con el que se planteó el presidente Kennedy, que en 1961 aseguró que antes de que acabase la década se pondría un pie en la Luna, sin ocultar que aquello sería caro y difícil. Como se sabe, ocho años después se consiguió ese sueño, "gracias a un avance tecnológico inimaginable cuando Kennedy impartió su discurso".
Sachs reiteró que la universidad "tiene un rol único" como institución que aúna "la energía intelectual con la de los jóvenes, que serán los que hagan un mundo mejor". Un mundo en el que la economía alcance la justicia social, acabe con la pobreza y la desigualdad y que nos aparte del borde de la catástrofe medioambiental en la que nos encontramos actualmente.
Recordó Sachs que 2016 ha sido el tercer año consecutivo en el que ha aumentado la temperatura global del planeta, alcanzando probablemente "la más alta de los últimos 400 años". Habrá que pensar, por tanto, en la humanidad en su conjunto, y dejar de lado lo que se ha convertido en una filosofía de vida en Estados Unidos, que es "el egoísmo, preocupados sólo por su riqueza y no por otras personas ni por la naturaleza". Un pensamiento, el menos egoísta, que ha tenido un acicate importante con la firma de los Acuerdos de París de 2015, con el que la mayor parte de los países del mundo se han comprometido a poner medidas para que la temperatura global no suba 2 grados en comparación con la de la época preindustrial.
Como ciudadanos también podemos cumplir con nuestra parte, por ejemplo, como consumidores, rechazando productos de empresas que son "un auténtico infierno, como Exxon", y comprando otros de empresas más sostenibles. Además, podemos trabajar como mensajeros entre familiares, amigos y conocidos de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y logrando que estos amplíen el mensaje y eduquen a los demás hasta que todo el mundo conozca e interiorice estos objetivos.
El economista confía en que España, un país afortunado por las posibilidades de desarrollo de energías limpias, se convierta en un líder del área mediterránea en la implantación de una economía sostenible y también en el enlace entre Europa y América Latina.
Tras la conferencia, el rector de la Complutense, Carlos Andradas, reconoció haber tomado nota de "los deberes" que nos ha dejado Jeffrey Sachs "sobre el papel de las universidades, que tenemos que enseñar todo esto y hacer mucho más, aplicando los principios en nuestros campus y en nuestra forma de actuar y de vivir".