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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Martes, 19 de marzo de 2024

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Un aforista en la Facultad de Veterinaria: olfato de cazador, paciencia de pescador

Cuenta Ricardo de la Fuente, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria, que hasta hace poco más de cuatro años jamás había escrito una línea de un texto de ficción. Lo suyo eran los artículos científicos, las complejas explicaciones a sus investigaciones sobre enfermedades infecciosas y microbiología veterinaria. Sin embargo, desde el mes pasado, su nombre se puede leer en los escaparates de las librerías como autor de "Andar en la niebla", la obra ganadora de la IV edición del Premio Internacional José Bergamín de Aforismos, que convoca la editorial Cuadernos del Vigía. "Lo mío, debo admitirlo, es poco frecuente: hace cuatro años apenas sabía lo que era un aforismo, solo por lo que había leído de Ramón Gómez de la Serna, hasta hace un año y medio no había escrito ni uno, y ahora tengo un libro de aforismos escrito que ha sido reconocido con un importante premio".

 

Poco frecuente, pero como casi todo tiene su explicación. Además de dar clases e investigar, el profesor De la Fuente tenía una pasión: la lectura. Atrévete a ser un león: lee mucho, dice uno de sus aforismos. Aprender a leer lleva décadas, dice otro. El caso es que aprovechando "la concesión que me hizo la Complutense de un año sábatico", el catedrático de Veterinaria decidió dar rienda suelta a esa pasión y cayó en lo que, como él mismo dice, Andrés Neumán definió a la perfección: "Un escritor es un individuo que fracasa en el intento de ser solo lector". En su caso, el fracaso lo busco en un curso de narrativa impartido por el escritor José María Guelbenzu, al que "me apunté con un miedo cerval", que le llevó tres meses después a un taller de cuentos dirigido por Clara Obligado, en el que todavía sigue. El azar es un metomentodo, dice otro de sus aforismos.

 


"Un escritor es un individuo que fracasa en el intento de ser solo lector", Andrés Neuman


 

Tanto se metió el azar en su vida, que el profesor De la Fuente, descubrió sus destrezas para escribir relatos cortos, "algunos de poco más de una línea o una frase". Y de ahí a probar con los aforismos. Este es un género que hasta hace no demasiado se tenía poco menos que olvidado, pero que en los últimos años ha vuelto a despuntar, "en buena medida -reflexiona- porque en él han aterrizado los poetas". El suyo, su aterrizaje, fue guiado por su profesora en estos menesteres de la escritura. "Sería en diciembre de 2015, cuando propuso a sus alumnos que nos fijásemos objetivos para el nuevo año en el taller. A ella le gusta que nos fijemos retos para no escribir anárquicamente. Fue dando la palabra a cada uno y cuando llegó a mí no me dejo hablar: "Tú vas a escribir un libro de aforismos y lo vas a presentar al Concurso Internacional de Aforismos José Bergamín de Cuadernos del Vigía". Aunque en ese momento no habría escrito más de una decena de aforismos propiamente dicho, debió ser su experiencia docente la que le hizo no rechistar y aceptar el envite. Desear es fácil, lo difícil viene después, se lee también en su libro.

 

Para que lo difícil fuese más fácil, el aprendiz de aforista decidió empaparse del género, conocerlo y practicarlo, sobre todo practicarlo. En apenas unos meses se hizo con más de 1.200 aforismos de autoría propia. Seleccionó unos 600 y los sometió a consideración "del panel de inexpertos que eran mis compañeros del taller". De los comentarios de estos y de su criterio final salieron los 280 contenidos en la propuesta de libro que presentó al Premio José Bergamín.

 

- ¿Pero qué es realmente un aforismo, defínalo por favor?

- Más que decir lo que es, prefiero decir lo que no es. Lo que no es, es como lo define la Real Academia: "breve sentencia doctrinal" y no sé cuántas cosas más. Eso es aplicable a cuando nació, al aforismo hipocrático, pero nada tiene que ver con el aforismo moderno.

 

Ricardo de la Fuente explica que entre las diversas categorías de aforismos los morales están en desuso, los poéticos en alza y los filosóficos, aunque no se quiera, siempre están presentes "porque todo aforismo encierra un pensamiento". Puestos a elegir, él se sitúa en el aforismo irónico "pero luego sale lo que sale". Para que salga bien intenta ser metódico, trata de imponerse una disciplina de escritura y tomar tantas notas como puede, "donde más en el Metro", para encontrar en ellas los temas sobre los que escribir. A él pocas veces los aforismos le encuentran, sino que suele salir a buscarlos. "Al principio me salían todos moralistas, pero ahora de un tiempo a esta parte ya me encuentro mucho más cómodo". Aforista: olfato de cazador, paciencia de pescador.

 


"Los aforismos morales están en desuso, los poéticos en alza y los filosóficos, aunque no se quiera, siempre presentes"


 

Dice que cree que ha llegado al mundo del aforismo para quedarse. Son buenos tiempos para el género; las redes sociales ayudan a la brevedad, "aunque el riesgo de la tuitorrea y la facebookrrea pueden ser un enemigo". La sobrepesca con las redes sociales es una amenaza para el ecosistema relacional, apunta también en su libro. La concesión del premio le ha llevado a abrir página en Facebook. "Quizá acabe atrapado, pero por ahora solo hago una entrada semanal de un aforismo mío, del libro o alguno nuevo, y una semana después de algún otro aforista, siempre muerto ya, del que pongo cuatro o cinco". Con Twitter aún no se ha atrevido, aunque valora lo hecho por Eric Jarosinski, un alemán que vive en Estados Unidos, que escribe aforismos con hashtag, que tienen un gran éxito y calidad.

 

En su obra los aforismos son de gran variedad temática, "es lo que se suele buscar, aunque algunos como el físico Jorge Wagensberg están popularizando los denominados "en racimo". "Elige un tema y escribe 15 o 20 aforismos sobre ellos. Lo publica en El País. Lo suyo es ciencia filosófica". En su libro, Andar en la niebla -que, por cierto, nació con el título En pocas palabras pero que es "algo tan obvio para los que leen aforismo que hice caso a la propuesta del editor y lo cambiamos por este, que es parte de uno de mis aforismos: Andar en la niebla agudiza la vista- los 280 aforismos están divididos en cuatro bloques: Virutas (los que no encajaban en los otros tres. Las virutas de una barra de hierro siguen siendo hierro), Pasar páginas (los relacionados con la escritura, lectura, palabras, libros... Otra ventaja de leer es que se aprende a pasar página con soltura), Estar a las dudas (sobre ciencia, incertidumbre, azar. Hay que saber estar a las dudas y a las más dudas) y Egometría (los escritos en primera persona, desde un supuesto subjetivismo. A mi autoestima le gusta la montaña rusa).

 

- ¿Cuánto se tarda en escribir un aforismo?

- Toda una vida. Los aforismos son expresión de la experiencia vital, son autobiografía.

 

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