Los días 25 y 26 de mayo, la ONG Solidarios ha sido la anfitriona, en el auditorio del ayuntamiento de Madrid, del V Congreso Mundial Home Share. El home sharing, que ya se practica en varios países del mundo, consiste en que una persona mayor comparte su vivienda con una joven, fundamentalmente estudiantes. Como recordó Cristóbal Sánchez Blesa, presidente de Solidarios, en la inauguración del Congreso, sólo en Madrid hay más de 600.000 personas con más de 65 años, que en su mayoría se valen por sí mismas y además quieren seguir viviendo en su hogar. La propuesta de las organizaciones que respaldan el home sharing es que los mayores que viven solos dejen de estarlo recibiendo en sus hogares a jóvenes, dando lugar a una estrategia de las que ahora se conocen como win-win, es decir, en las que las dos partes se benefician, porque "pueden dar, aprender y mejorar su calidad de vida".
Sánchez Blesa fue incluso más allá y consideró que este proyecto implica "un beneficio para toda la sociedad, no sólo para las personas involucradas". Por eso, desde Solidarios llevan muchos años ofreciendo el que ahora se conoce como Convive, Programa de Solidaridad Intergeneracional. Y aunque en principio lo hacían de manera independiente, ahora forman parte de la red Homeshare International (HSI), "porque de ese modo tendremos más fuerza para proponer un modelo de convivencia diferente".
La directora general de Mayores, Atención Social, Inclusión Social y Atención a la Emergencia del Ayuntamiento de Madrid, Marisol Frías, coincidió en que "vivimos en un momento social que tiene el reto de gestionar el encuentro, el intercambio de vivencias entre jóvenes y mayores".
Rhian Bradley, representante de HSI, contó que esta iniciativa nació en Estados Unidos y luego se copió en Reino Unido, pero al mismo tiempo, y de manera independiente, en los años noventa del pasado siglo ya comenzaron programas en otros países como España, Austria y Alemania. Hoy existe en 16 países, que incluyen a los anteriores y a otros como Francia, Australia, Italia, Bélgica, Japón y Corea del Sur.
Recordó Marisol Frías que el ayuntamiento de Madrid colabora con Solidarios desde el año 2004 en el programa Vive y Convive, en el que están involucradas otras seis universidades, aparte de la Universidad Complutense. Informó de que ahora mismo hay cerca de 100 convivencias activas que se suelen corresponder con cursos académicos, pero que en algunos casos la convivencia se prorroga incluso en verano.
De acuerdo con Frías, "una ciudad amigable con las personas mayores, lo va a ser también con todos, de ahí que el ayuntamiento madrileño haya previsto una inversión de varios cientos de millones para hacerlo posible en el periodo 2017-2019".
La conferencia inaugural del Congreso la impartió Malcolm Johnson, el presidente de Homeshare International, quien se mostró realmente satisfecho de que la red haya crecido tanto desde que en 1972, Maggie Kuhn creara el primer programa en Estados Unidos. Desde allí llegó a Reino Unido, de la mano de Nan Maitland, con la que el propio Johnson trabajó durante muchos años.
El presidente de HSI explicó que su tarea no es del todo sencilla, porque no todo el mundo está interesado en la solidaridad intergeneracional. La principal oposición viene del neoliberalismo, de unas ideas que ponen el foco en uno mismo, con mensajes tan cercanos como el America First, de Donald Trump. Según Johnson, "existemen muchos retos para la solidaridad, y lo importante es encontrar soluciones para la convivencia de los seres humanos".
Explicó el presidente de HSI que el home sharing no tiene porque ser entre jóvenes y ancianos, sino que puede ser también entre generaciones más cercanas, o incluso entre personas muy mayores, de más de 80, y niños de cuatro años. Sea como sea, "siempre da lugar a una mejora del bienestar".
Por todo ello, Malcolm Johnson afirmó que "el home sharing no es sólo bueno y positivo, sino que además es muy barato, y eso lo convierte en una idea muy poderosa que funciona en diferentes modelos socioculturales y que aporta valores como la reciprocidad, las relaciones intergeneracionales, el compromiso, la dignidad y el respeto". Es decir, que "con bajos costes se consiguen altos valores".