Rebeca Grynspan ha sido la primera invitada en "Desayunos de mujeres líderes y potenciales líderes Complutense", novedosa iniciativa organizada por el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), con el apoyo del Consejo Social de la UCM. La secretaria general Iberoamericana ha compartido mesa con cerca de una veintena de alumnas complutenses de grado y posgrado. La charla ha girado sobre la experiencia personal de Grynspan, que a lo largo de su trayectoria profesional ha ido ocupando puestos hasta entonces prácticamente reservados a hombres. "La igualdad real se conseguirá cuando podamos dejar de contar si somos las primeras o segundas en llegar a un puesto", señaló la economista costarricense en un acto en el que también intervinieron el rector Carlos Andradas, la presidenta del Consejo Social, Pilar González de Frutos, y la directora del ICEI, Isabel Álvarez.
Lo primero que quiso dejar claro Rebeca Grynspan es que es una mujer feminista. "Lo quiero dejar claro en un momento en el que el término no es del todo bien considerado". Y eso, que según confesó, nunca creyó que fuera a serlo. Empezó a considerarse como tal tras su renuncia como viceministra de finanzas de Costa Rica a finales de los años 90 tras dos años en el cargo. Contó que cuando el presidente Óscar Arias la ofreció el puesto primero le dijo que no iba a ser posible, ya que entonces acaba de tener a su segundo hijo y "tenía que amamantarlo". La insistencia de Arias y el lapso de 6 meses que la dio para hacer efectiva su incorporación, finalmente hicieron posible que lo aceptara. Llegó al puesto sintiéndose "una súpermujer", que iba a demostrar que podía cumplir con todas las obligaciones del cargo, y a la vez ser madre modelo, esposa ejemplar y "hasta súper amiga de mis amigas". Pero un día recibió una llamada informándola de que su hijo había tenido un accidente y le llevaban al hospital. Cuando vio a su hijo con la frente ensangrentada decidió renunciar al cargo de viceministra "porque me di cuenta de que no podía con todo".
"Yo no podía hacerlo todo, no podía ser esa súpermujer que quería ser sin que la sociedad cambiase nada. No podía ser una lucha individual, tiene que ser una lucha colectiva"
Aquella renuncia, según continuó contando Rebeca Grynspan a las alumnas complutenses, lejos de significar una rendición la hizo comprender algo mucho más importante: "Yo no podía hacerlo todo, no podía ser esa súpermujer que quería ser sin que la sociedad cambiase nada. No podía ser una lucha individual, tiene que ser una lucha colectiva". Fue a partir de ese momento cuando abrazó el feminismo, al que define "como una lucha revolucionaria que pide solo igualdad de derechos y, lo más importante, obtener tanto para las mujeres como para los hombres unas cotas de libertad que les permitan escoger lo que quieren ser". Según afirmó, los roles que han desempeñado los hombres a lo largo de la historia, que son los que se han querido ellos mismos dar, "desde luego les han dado más poder, pero no más felicidad". De acuerdo con Grynspan, el feminismo triunfará cuando la sociedad no imponga ni a hombres ni a mujeres lo que tienen que ser, sino que cada uno pueda elegirlo con total libertad.
No obstante, hasta que esto suceda queda mucho por hacer. Lo primero, y también lo más difícil, acabar con "los elementos de discriminación invisibles, que son los más duros de enfrentar". Según explicó la secretaria general Iberoamericana, aunque las leyes no contengan elementos discriminatorios, estos están presentes continuamente en nuestras vidas, como se demuestra cuando las leyes de la probabilidad son constantemente contrariadas cuando se mira el número de mujeres en puestos políticos de responsabilidad, en los consejos de administración de las empresas o en casi cualquier puesto de responsabilidad tanto en organismos públicos como privados. Grynspan señaló a las estudiantes que aunque a veces, como le sucedió a ella, sea necesario dar un paso atrás, esas renuncias no deben ser definitivas, y que lo importante es no olvidar nunca el objetivo final, "que no es otro que ser lo se quiera ser, sea lo que sea".
"No es una lucha contra los hombres, sino una lucha a favor de la equidad. Uno de los grandes errores del feminismo ha sido no incorporar a los hombres en esta lucha"
Pese a lo idealista que pueda parecer ese objetivo común descrito de libertad tanto para los hombres como para las mujeres, ninguna mujer "debe ser naif: esta lucha, a corto plazo, es un juego de suma cero; si una mujer ocupa el puesto, no lo ocupa un hombre. Es decir -continuó Grynspan-, hay una lucha de poder, y ellos son duros, por lo que requiere de nuestra persistencia, perseveranza, visión de largo plazo, ayudas... Pero, sin olvidar que no es una lucha contra los hombres, sino una lucha a favor de la equidad". De acuerdo con la secretaria general, uno de los grandes errores del feminismo ha sido no incorporar a los hombres en esta lucha cuando nos afecta por igual".
Su cargada agenda impidió a Rebeca Grynspan mantener una larga tertulia con las alumnas seleccionada para participar en el encuentro, aunque sí la dio tiempo para escuchar algunos elogios como "todas nosotras aspiramos a ser como tú" o agradecimientos a su "inspiradora charla". No obstante, antes de abandonar el ICEI, Grynspan firmó junto al rector Carlos Andradas un acuerdo marco entre la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la UCM con el propósito de contribuir al fortalecimiento de lazos en la región Iberoamericana a través de la cooperación científica. El Instituto Complutense de Estudios Internacionales será el encargado por parte de la Complutense de trabajar en la definición de los ámbitos de intervención en temas como la ciencia, tecnología y economía de la innovación en Iberoamérica; cooperación Sur-Sur; relaciones Europa-América Latina, o la denominada Alianza por la Movilidad Académica.
El rector Carlos Andradas quiso dejar claro en su breve intervención que precedió a la de Rebeca Grynspan su "deseo de mostrar el compromiso de la UCM con la igualdad. Tenemos -afirmó- que hacer un mundo mucho más igualitario, y para ello hay que trabajar en muchas cosas, pero también en situar a más mujeres en puestos de liderazgo".