El juez Baltasar Garzón ha clausurado el curso La lucha por las libertades y las enseñanzas de nuestro pasado, que se ha celebrado, dentro de las actividades de los Cursos de Verano de la Complutense, desde al 28 al 30 de junio en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. El juez ha repasado los diferentes modelos de comisiones de la verdad que existen en el mundo y ha reclamado que se ponga en marcha una comisión de ese tipo en España para conocer los crímenes del franquismo. De acuerdo con Garzón, Pedro Sánchez se ha comprometido a hacerlo si llega a la presidencia, y ahora hace falta que sea coherente, "no como Felipe González cuando hace años prometió una comisión de corrupción contra Aznar en plena campaña electoral".
Baltasar Garzón es consciente de que "nuestro país es paradójico", porque mientras algunas comunidades autónomas están poniendo en marcha comisiones de la verdad, hoy "es noticia que el próximo 4 de julio se le va a conceder la cruz de la orden de Isabel la Católica al canciller de Paraguy Eladio Loizaga por contribuir de modo relevante a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional".
Recordó Garzón que Loizaga participó en la Operación Cóndor, que fue diseñada por los servicios de seguridad de varias dictaduras iberoamericanas en colaboración con la CIA para derrotar a la izquierda durante los años setenta. Según los conocidos como los "archivos del terror" de Paraguay, esa Operación dejó tras ella 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos y unos 400.000 presos.
Por si eso fuera poco, en Paraguay hay varios "españoles detenidos e imputados con documentos falsos".
Por otro lado, a principios de junio, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, aseguró que se iban a desclasificar los más de 10.000 informes militares desde 1936 a 1968. A priori es una buena noticia, pero ahora viene la paradoja: "se hará cuando haya dinero, ahora mismo es inasumible". Garzón considera que para eso no hay dinero, como tampoco para la Memoria Histórica o para la reparación de las víctimas, "pero sí para la corrupción, para eso sobra el dinero".
Y quizás detrás de eso, del vil metal, es donde está el problema para que no se lleve a cabo una comisión de la verdad en nuestro país. De acuerdo con Garzón, ahora ya no se pueden pedir medidas penales, porque no quedan apenas supervivientes de la dictadura franquista, pero sí se pueden pedir retribuciones por la "depredación económica del franquismo". Según el juez, "hubo una auténtica expoliación de dinero y propiedades", y de ahí que en España no se haya querido hablar de la verdad en estos 40 años de democracia.
Eso, y que tres de los poderes, como son "la Iglesia, la banca y la justicia nunca han hecho un acto de reafirmación democrática".
Explica Garzón que las comisiones de la verdad no son una cuestión de venganza, "porque las víctimas son víctimas, pero en España a algunas se las ha recordado durante 80 años mientras que a otras se las ha ninguneado". El último ejemplo de este ninguneo ha sido el discurso del rey Felipe VI en el Congreso de los Diputados para conmemorar las cuatro décadas democráticas. Garzón considera que ha sido "una oportunidad perdida" para "pedir perdón por todos los crímenes de la dictadura".
Otro de los olvidos del rey, según Garzón, fue la segunda república y sus muchos logros, como "el voto de la mujer o el divorcio". Ironizó el juez con que eso también "se le pasó a los que les hicieron el discurso a su majestad".
Se preguntó Garzón qué es exactamente la verdad. La definió en negativo, oponiendo a ella la postverdad, que fue "el discurso del rey, porque no se dijo toda la verdad y algunas cosas de olvidaron o deformaron". También en oposición a la verdad está el negacionismo, que "es el mayor acto de desmemoria".
De acuerdo con el juez, "una comisión de la verdad necesita que las víctimas participen en ella de una manera desdramatizada, superando muchos miedos", y es fundamental que en esa comisión "también las instituciones del Estado participen gracias a una investigación creíble".
Por eso, desde fundaciones como FIBGAR y Fundación Cultura de Paz y asociaciones como AMESDE (organizadoras de este curso), se seguirá pidiendo "una comisión de la verdad hasta que no nos quede aliento".