El curso De la movida a las mujeres cineastas: cine español 80-90 que se celebra del 3 al 7 de julio en el edificio multiusos del Campus de Moncloa, dentro de la programación de los Cursos de Verano de la Complutense, ha dedicado una de sus jornadas a analizar el cine de Pedro Almodóvar. En ella, el escritor Gustavo Martín Garzo ha desentrañado su filmografía a conciencia y entre sus muchas conclusiones está que "Almodóvar es un gran lector y una persona que ha visto mucho cine, lo que hace que de manera consciente o inconsciente incluya todo eso en sus películas". En concreto, "el mundo del arte siempre está presente", de hecho "Almodóvar presenta el arte como poder mágico, como redentor".
Al contrario de lo que opina la crítica feminista sobre el cine del director manchego, que considera que es una reafirmación de los clichés heteropatriarcales, para Martín Garzo, el cine de Almodóvar está lleno de personajes femeninos inéditos.
Comparó el escritor las películas de Almodóvar con las de Luis Buñuel y concluyó que las dos "critican el mundo burgués" y que a ambas filmografías las mueve la pasión. La gran diferencia que existe entre los dos directores, según Martín Garzo, es que en el cine de Buñuel no "hay apenas grandes personajes femeninos" y que el "sexo en Almodóvar es siempre un espacio de inocencia", es "devolver el cuerpo humano al paraíso". No importa que ese sexo sea a veces fruto de una violación, un rapto o incluso de la pederastia.
En esos casos, como por ejemplo en La mala educación, el escritor ve un reflejo de las películas de monstruos de los años 40 y 50, "porque al fin y al cabo un monstruo es el que no sabe renunciar a sus deseos". A pesar de eso, Martín Garzo piensa que son personajes que "no podemos odiar, sólo sentir piedad por ellos".
Considera el escritor que el cine de Almodóvar no es costumbrista ni es reflejo de una época ni una realidad, sino que detrás tiene un amplio bagaje que tiene mucho más que ver con la cultura, "al igual que ocurre con el cine de Pasolini".
Casos concretos como Volver, para Marín Garzo son una pregunta constante sobre "el sentido de la bondad". Piensa, de hecho, que en sus películas "abundan los santos, santos sin religión, es decir, sin el pecado del orgullo".
Otros referentes que encuentra el escritor en el cine de Almodóvar son el cuento de La bella durmiente; los seres circulares y perfectos de El Banquete, de Platón, que al dividirse dieron lugar a los sexos; El cantar de los cantares, "de donde proviene toda la poesía de Occidente", o la psicología freudiana.
Sin importar la referencia, todos los filmes de Almodóvar, según Martín Garzo, tienen una característica común: "la búsqueda constante de la belleza".
