Del 27 al 29 de septiembre, la Facultad de Ciencias de la Información acoge el II Congreso Internacional de Transparencia. De acuerdo con los responsables, esta iniciativa busca consolidarse como un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la transparencia y el derecho de acceso a la información pública, con una orientación multidisciplinar que incluye enfoques desde el Derecho, la Ciencia Política, la Economía, la Documentación y la Comunicación. Todos los participantes en la inauguración del Congreso, entre ellos el ministro de Justicia, Rafael Catalá, coincidieron en que "la transparencia es un buen negocio para la democracia, porque sin ella sería una democracia coja".
Para el ministro de Justica, "las políticas públicas deben adecuarse a la sociedad actual que se encuentra en un proceso de cambio muy intenso". De acuerdo con Catalá, "el querer saber se materializa de muchas maneras, y con muchos objetivos, como los de opinar, reivindicar y asegurarnos de que las cosas se hacen bien".
Reconoció el ministro que "la falta de transparencia está en el origen de algunos de los problemas del mundo actual", como "la corrupción y su capacidad para socavar las instituciones" y para contrarrestar esos malos efectos hacen falta políticas "más abiertas y transparentes".
Aseguró Rafael Catalá que por eso, su gobierno ha puesto en marcha una serie de medidas como la Ley de Transparencia, que a pesar de "ser mejorable", de ella se han derivado medidas como el III Plan de Gobierno Abierto, los consejos autonómicos y el CTBG (Consejo de Transparencia y Buen Gobierno).
Esther Aranzadi, presidenta del CTBG, explicó que en España llevamos muchos años de retraso, en el tema de la transparencia, con respecto a otros países de nuestro entorno, pero que en los dos años que lleva en marcha el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno se ha avanzado de manera muy rápida y eficaz.
Según Aranzadi, la transparencia es un derecho que ya ha permeado a todos los órganos "constitucionales y de relevancia constitucional como el Congreso, el Senado, el Banco de España, el Tribunal de Cuentas... Todos tienen una transparencia excelente, que de ahí se vierte a todos los ciudadanos".
Para llegar a todos los recovecos de la sociedad, no sólo a las instituciones públicas, desde el CTBG desarrollan una doble estrategia. Por un lado, han creado un instrumento de medición denominado MESTA, que se presentó en marzo pasado, y que será gratuito para todos los que quieran usarlo, incluidas las empresas; y por otro lado, lo que quiere el CTBG es trabajar con la gente joven, y para ello se va a incluir la transparencia en el currículo educativo, allí donde se estudian los derechos.
Precisamente a la parte del estudio y del análisis de este derecho a la transparencia es a lo que se van a dedicar las ponencias de este II Congreso Internacional. Su director, el profesor Manuel Sánchez de Diego, habló también de la importancia de la transparencia a la hora de reafirmar la democracia, así como del papel de los archiveros, figuras fundamentales en dar a conocer la información.
El rector Carlos Andradas centró su presentación en la relación de la Universidad con la transparencia, especialmente en los dos ámbitos en los que hay que rendir cuentas, el académico y el administrativo. Informó Andradas de que en la UCM se está trabajando a fondo para cumplir con los deberes de la Ley de Transparencia, lo que ya ha dado sus frutos, porque "hemos pasado de ser opacos a translúcidos en sólo un año".
El objetivo, según el rector, es "convertirnos en una de las universidades que mejor se adapta a esa Ley, y para ello nos comprometemos a estudiar, investigar e ir avanzando en el conocimiento profundo de esa transparencia, así como de los límites que a veces son difusos entre el derecho a saber y el derecho a la intimidad".
Todo ello conducirá a "un trabajo que nos lleve a un buen gobierno y a que los efectos de ese buen gobierno lleguen a todos y cada uno de los ciudadanos".