Christopher Jacobs, miembro del Jet Propulsion Laboratory de la NASA ha explicado, dentro del ciclo de conferencias Hablemos de Física, la importancia que tiene encontrar un sistema de navegación seguro para no perderse en el espacio. Informó de que hoy en día, desde la Deep Space Network de la NASA, se controlan cerca de 25 misiones diferentes con objetivos como el estudio del Sol, Marte, la Luna, Plutón, Júpiter, el origen de los rayos gamma o la observación astronómica. La más rápida de las naves que hay ahora mismo en el espacio se mueve a "algo más de 60.000 kilómetros por hora, es decir, que recorre unos 1,6 millones de kilómetros por día", y es necesario encontrar un sistema capaz de tenerlos localizados a todos. Algo parecido a un GPS, pero para todo el Sistema Solar, y la solución está en los cuásares, un fenómeno que aparece cuando el agujero negro del núcleo de una galaxia empieza a absorber toda la materia que encuentra en su cercanía.
Explicó Christoper Jacobs que los GPS actuales, los que usamos en la Tierra, funcionan gracias a los datos provenientes de diferentes satélites ubicados en órbita a 20.000 kilómetros de la Tierra, pero son inservibles para otros planetas del Sistema Solar, como Marte, que se encuentra a 200 millones de kilómetros.
Jacobs explicó que para crear un sistema análogo al GPS, los científicos necesitan tener un objeto de referencia que tenga una posición y coordenadas conocidas, así como conocer las coordenadas temporales. Con esas características lo único que se ocurrió fueron las estrellas "fijas", es decir, las que forman parte de una constelación y se mueven juntas.
De hecho, la posición de las estrellas es algo que ya se utilizaba para ubicarse en nuestro planeta desde hace siglos, especialmente por los marineros, gracias a instrumentos como los sextantes, las brújulas magnéticas o las ballestillas. Y para medir el tiempo, otros como los relojes de sol, de agua, de arena o los primeros cronómetros fabricados ya a principios del siglo XIX. Jacobs informó de que en la actualidad la medición del tiempo se hace con una precisión casi absoluta gracias a los relojes atómicos, "en los que átomos y moléculas vibran con una frecuencia constante, como lo hace un diapasón".
La evolución del Universo ha hecho que existan cuerpos de los que conocemos sus coordenadas, su ubicación y también el tiempo, la frecuencia, con la que emiten energía electromagnética. Esos cuerpos son los cuásares, de los que se conocen cerca de 200.000, pero de los que se usan, por su cercanía, unos 3.000 a modo de GPS dentro de nuestro Sistema Solar.
Jacobs aclaró que para captar con precisión estos cuásares harían falta parabólicas gigantescas, tan grandes como el propio planeta Tierra. Ante la imposibilidad de fabricar algo así, lo que se hizo desde la NASA fue crear una red de tres centros astronómicos (en España, Estados Unidos y Australia) que reciben los datos de los cuásares, luego los unen mediante programas informáticos y funcionan como si fueran un único receptor.
Informó el miembro de la NASA que este GPS estelar ya se ha utilizado en misiones, como las que han permitido aterrizar en Marte en los últimos años, con una precisión que ha ido mejorando de manera exponencial desde 1976, evitando algunos de los abruptos accidentes geográficos marcianos.
Asegura Jacobs que en un futuro sería posible montar una auténtica red de GPS alrededor de Marte, con satélites artificiales orbitando el planeta, al igual que los que orbitan ahora mismo la Tierra, pero confió en que "eso sea algo que haga la próxima generación".
Preguntado por qué requisitos debería cumplir alguien para trabajar en la NASA, Jacobs respondió que hace falta una buena formación científica, saber trabajar en equipo y "habilidades de comunicación". Recomendó también ser miembro de asociaciones profesionales astronómicas para mantener redes con gente interesada en los mismos temas.