El Círculo de Bellas Artes ha acogido, el 25 de octubre, el acto organizado por Encuentros Complutense en el que se ha hecho la presentación pública de Ediciones Complutense, una iniciativa de la UCM que lleva unos cuantos meses de rodaje y que ya cuenta con veinte títulos publicados. El director de este sello editorial, Antonio López Fonseca, afirma que este es un "proyecto ambicioso que busca difundir la cultura, ya que al fin y al cabo esa es una de las funciones primordiales de la universidad pública". El rector Carlos Andradas recordó que ya existió "en el pasado una Editorial Complutense, que tuvo que cerrar, pero desde el principio tuvimos claro que queríamos recuperarla, porque es algo imprescindible para una universidad". Añadió que "la diversidad va a ser la característica fundamental de Ediciones Complutense, ya que a todos nos atrae el amor por el conocimiento, algo que sólo fructifica si se transmite, y precisamente esa transmisión es lo que hace imprescindible que la UCM cuente con su propio sello editorial".

Juan Miguel Hernández León, presidente del Círculo de Bellas Artes se declaró "lector compulsivo, fetichista del libro y del papel", por eso toda iniciativa que fomente la publicación de libros le parece "una iniciativa fundamental".

Opinó Hernández León que "todo libro es un diálogo con uno mismo", y que aunque ha tenido muchas amenazas, nacimientos de nuevos sellos editoriales demuestran que todavía sigue siendo un mercado en alza.

En concreto, las obras que se publiquen en Ediciones Complutense pasarán, en palabras de su director, por una selección muy rigurosa con criterios que incluyen la capacidad de investigación, docencia, divulgación y actividad institucional de la UCM. Cualquiera que cumpla alguno de esos requisitos, sin importar su origen académico, podrá optar a publicar en Ediciones Complutense, así que no será un sello restringido a autores de la UCM, y con ello se busca que "se convierta en un referente de las publicaciones académicas".

Considera López Fonseca que "los libros son un reto que consolidan el conocimiento y hoy en día siguen siendo el medio fundamental de comunicación de la ciencia".

Ahora, en el comienzo de este viaje, espera, citando a Kavafis, que sea "un viaje largo, lleno de aventuras y de experiencias". Algo que sólo será posible, de acuerdo con Carlos Andradas, si se sigue el leitmotiv de este sello editorial: "calidad, calidad y calidad". Y sólo así, aunque no sepamos "cuál es el destino final, al menos sabremos que el viaje ha merecido la pena".

¿Digital o en papel?
A la presentación de la editorial, le siguieron dos mesas redondas. La primera de ellas trató sobre la supuesta dicotomía entre libros en digital o en papel. La moderadora, la periodista María Rey, aseguró que para ella no existe esa diferencia, y que consume de los dos tipos, tanto "los libros electrónicos por una cuestión de impaciencia, como los de papel, por ese fetichismo del que hablaba el director del Círculo de Bellas Artes".

Luis Collado, director de Google Play Books en España, aseguró que era la primera vez que escuchaba a un profesional del periodismo reconocer que utilizaba los dos tipos de libros de manera indistinta. Para él lo importante no es el formato, sino que "haya más gente que lea, que adquiera cultura gracias a los libros". Por eso vaticina un futuro de convivencia, y serán los lectores los que decidan entre un tipo u otro de formato.

El historiador José Álvarez Junco aseguró que esta es "la revolución más enorme" que le ha tocado vivir en su vida, y recordó que en los años sesenta apenas existían fotocopiadoras y que para acceder a cualquier libro tenías que viajar a bibliotecas remotas y copiarlos a mano.

Collado considera que las últimas tecnologías lo que han conseguido es "democratizar la creación, edición y distribución de obras", algo que nos beneficia a todos "porque hay mucho que aportar al conocimiento y a la cultura". Esa democratización ha llegado también a la crítica literaria, que ahora la hacen millones de lectores, amplificando su opinión a través de las redes sociales, así que el autor ahora, "aparte de ser creador pasa a ser un vendedor de su propia obra que estás expuesta a millones de personas con capacidad de opinar".

En cuanto a que gracias a la digitalización ya los libros no se descatalogan jamás, Collado aseguro, sorprendentemente, que no es así. Informó de que ahora ya cuentan con más de 30 millones de libros digitalizados, pero que no pasa un día en el que no tengan solicitudes "de gente que quiere que se retiren sus libros escritos hace muchos años porque se avergüenzan de lo que escribieron y no quiere que sean accesibles". Así que el orgullo de los autores hace que esos libros dejen de estar on line.

Aparte, por supuesto, de otros temas como el copyright o de editoriales que no quieren traspasar la línea hacia lo digital y prefieren seguir publicando sólo en papel.

Lo que está claro, de acuerdo con José Álvarez Junco y con María Rey, es que no se sabe lo que nos depara el futuro, porque los jóvenes, aunque leen más, ahora lo hacen de una manera diferente, más fragmentada, y con un mayor apego por las imágenes y los mensajes cortos.

Las publicaciones académicas
Javier Moreno Luzón, catedrático y director del Departamento de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la UCM, fue el moderador de una segunda mesa centrada en las publicaciones académicas y resaltó que era fundamental que la universidad más grande del país tuviera un sello editorial, con la capacidad de convertirse en referente, no sólo en España, sino en todo el mundo académico de habla hispana.

Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, informó de que la edición española es una de las más poderosas del mundo, y en ella una pequeña parte, aunque creciente, se dedica a la edición académica.

El principal defecto de nuestro mercado editorial, según Ávila, es que nos cuesta mucho trabajo ubicar las publicaciones académicas entre las publicaciones científicas, y es por un problema de imagen que se está intentando resolver desde la Federación que dirige.

Elea Giménez Toledo, directora del Grupo de investigación sobre Libro Académico del CSIC, señaló que ese problema tiene mucho que ver con la existencia de grupos editoriales muy importantes que dominan las publicaciones científicas de todo el mundo. Una manera de ser alternativa a esos grandes grupos es ofrecer los contenidos en abierto para toda la comunidad científica, con el objetivo a largo plazo de que nuestros libros "sean muy leídos y tengan un gran impacto en la comunidad científica mundial".

En España, según Giménez Toledo, hay unas 230 editoriales que se dedican a la edición académica y entre todas ellas generan el 17% de toda la producción editorial del país.

Belén Llera Carreño, directora general de Archivos, Bibliotecas y Museos del Ayuntamiento de Madrid, opinó que la ciudad de Madrid "no se podría entender si la UCM, que siempre ha sido un lugar de reflexión, investigación, revolución cultural y cuestionamiento de la evolución de la sociedad". Llera Carreño añadió que por eso era necesario que la Complutense contara con su propio sello editorial, y mucho mejor si además está abierto a cualquier científico.

Javier Pascual Echalecu, subdirector general del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, al igual que otros ponentes, ratificó que hoy se lee más que nunca en España y además que hay un 4,4% de lectores que reconocen que "el ensayo es su género favorito". El gran cambio para el futuro será, según sus palabras, "la llegada del libro interactivo que pueda incluir vídeos, gráficos... Y todo aquello que hoy en día ni siquiera podemos imaginar".