El 27 de octubre se ha inaugurado oficialmente, en instalaciones de la Facultad de Estadística, el Joint Center for Ultraviolet Astronomy (JCUVA), el que será el centro de control en España del telescopio ultravioleta WSO-UV. El World Space Observatory Ultraviolet, (Observatorio Espacial Mundial Ultravioleta) es un proyecto ruso-español que permitirá desarrollar, poner en órbita y operar un telescopio espacial sensible al rango ultravioleta. Aparte del centro de operaciones de la Complutense, habrá otro en el Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia (INASAN), así que la operación del satélite se realizará de manera compartida entre ambos centros.
La profesora complutense Ana Inés Gómez de Castro, principal responsable científica del proyecto WSO-UV en nuestro país, ha explicado en la inauguración del JCUVA, que el centro surgió de los acuerdos firmados en 2006 entre los gobiernos de España y Rusia para "colaborar en el uso pacífico del espacio".
Reconoce, eso sí, que los contactos habían comenzado ya mucho antes, pero que se empezó a trabajar oficialmente en 2007, en aspectos como el soporte de las agencias nacionales, de las comunidades científicas, de los paquetes técnicos, de la organización de actividades y responsabilidades conjuntas para hacer real este proyecto.
En el año 2010 ya se hizo la primera demostración del funcionamiento del sistema de control del nuevo telescopio ultravioleta, que se ha ido mejorando poco a poco hasta el software actual, que permite recibir datos en directo y enviarlos, una vez analizados y cribados científicamente, de vuelta a la comunidad internacional.
Y es que, aparte de la operación de los satélites, con este proyecto se va a hacer ciencia, sobre todo en el estudio del origen de la vida, de los exoplanetas y de la evolución química del Universo. Boris Shustov, el investigador principal en Rusia y director científico de la Academia de Ciencias Rusa, añade que también se podrá estudiar la materia oscura. Explica Shustov que "todo lo que vemos con nuestros ojos está formado por materia bariónica, la ordinaria, pero aparte existe una materia extraña, que no sabemos qué es y quizás, gracias a este telescopio, se podrá descubrir de qué está compuesta".
Shustov habló de cómo Rusia se ha convertido en una gran potencia espacial, con un programa federal para el periodo 2016-2025, que solamente en 2016 ha contado con 8.000 millones de rublos (algo más de 118 millones de euros) de presupuesto. Entre las líneas de ese programa espacial hay tres en las que interviene de manera activa España, siendo una de las más importantes la del telescopio WSO-UV.
De acuerdo con Shustov este telescopio será el sucesor natural del Hubble y, de hecho, "será el único telescopio ultravioleta grande que esté en activo entre 2023 y 2030".
Reconoce el científico ruso que "la colaboración entre Rusia y España, en concreto con la Complutense, ha sido un importante factor de éxito para que avance el proyecto". Algo con lo que coincidió el embajador de la Federación de Rusia en España, Yuri P. Korchaguin.
También el rector Carlos Andradas alabó esta colaboración entre los dos países, y aseguró que inaugurar este centro "significa el éxito de un proyecto ambicioso, que demuestra que se pueden hacer grandes cosas, incluso a pesar de las dificultades y los tiempos de crisis".
Señaló Andradas que en nuestra Universidad y, en general, en España tenemos grandes científicos en un campo como la astrofísica que a veces no son suficientemente reconocidos, y que ahora podrán contar con esta estructura que es "un proyecto de investigación muy singular y de una gran relevancia a nivel internacional".
Tras la inauguración, Boris Shustov y Mikhal Shakov, del equipo ruso de WSO-UV realizaron una visita guiada al centro de control y explicaron cómo funciona el software de control del satélite y cómo se podrán usar los datos para mejorar nuestro conocimiento del Universo.