Ninguno de los títulos de grado y máster que se imparten en la Universidad Complutense ha fracasado en su intento de superar el proceso de renovación de su acreditación; los diez que faltan por hacerlo se presentarán a lo largo de este curso. Mientras que en el conjunto de las titulaciones del sistema universitario español no han superado este proceso más del 20 por ciento, en la UCM lo han conseguido el 100 por cien de las evaluadas. La renovación de la acreditación es un requisito indispensable para que las titulaciones se continúen impartiendo. Todas están obligadas a superar este proceso, las titulaciones de grado cada seis años y las de máster cada cuatro.
La vicerrectora de Calidad, María Castro, se muestra satisfecha de estos resultados, de los que hace responsable, ante todo, "a los coordinadores de grado y de máster de los Centros, a los equipos decanales y a la Oficina para la Calidad". Recuerda que la renovación de la acreditación es "un proceso complejo en el que están implicadas las Facultades, el Vicerrectorado de Calidad y la Fundación Madri+d para el Conocimiento, que es la que se encarga de realizar esa auditoría. El Vicerrectorado proporciona una serie de datos, de encuestas. Fundamentalmente -continúa explicando la vicerrectora- en los procesos de evaluación de la calidad lo que cuenta es que consigas implicar a todos los agentes implicados, a los estudiantes, al PAS, al profesorado, y que la gente esté contenta y esté informada. La transparencia y la sostenibilidad son cuestiones que son importantes. Se hacen encuestas y unos 1.200 informes anuales, uno por cada titulación y sector. Esto se lo aporta el Vicerrectorado a los Centros para que lo presenten a la Fundación Madri+d, pero antes, al irse haciendo de manera anual, los Centros van viendo los datos, analizándolos y poniendo soluciones donde haga falta. Cada año se hacen esas encuestas y también los propios centros hacen informes de seguimiento interno. Además, cada tres años los Centros pasan una evaluación externa de seguimiento, previo a este proceso de renovación de la acreditación, este examen final, que nos hace la Fundación Madri+d", resume la vicerrectora.
- Supongo que desde el Vicerrectorado de Calidad estarán muy satisfechos con los resultados de estos "exámenes finales".
- Por supuesto. Los resultados de este examen que hemos pasado evaluados externamente han sido muy buenos. El 100 por cien de las titulaciones de la UCM están acreditadas favorablemente. No hay ninguna que hayan "tirado". Este dato parece que no es importante, pero lo es mucho, porque en el sistema universitario español han "tirado" a más del 20 por ciento de las titulaciones. Sería normal que a una universidad como la Complutense se le caiga alguna titulación entre 270, pero no ha pasado. Realmente estamos haciendo las cosas de una manera bastante razonable. Es verdad que en algunas titulaciones, muy pocas, se nos han pedido ciertos planes de mejora y ciertos ajustes, que en el fondo forma parte de lo normal; lo contrario no nos permitiría mejorar. Creo, sin duda, que esta es una buena noticia para toda la Universidad Complutense.
- ¿Cómo es el proceso de renovación de la acreditación? ¿En qué consiste?
- Cada centro hace de cada titulación que presenta al proceso un autoinforme de evaluación. Este se remite a la Fundación Madri+d, y esta envía un panel, integrado por un catedrático, un titular y un estudiante de otras universidades y un miembro de la propia Fundación, que actúa de secretario. Ellos se encargan "in situ" de revisar las cosas del autoinforme que consideran que no están claras y de preguntar y ver todo lo que consideren. Su informe lo mandan a otra comisión, que se llama comisión de rama, que es la que emite el informe definitivo. Es un proceso, digamos, de auditoría o pseudoauditoría. Todo el proceso está basado en las normas ISO de la industria, aplicado a la educación. Afecta a la enseñanza y a la docencia y no a la investigación. En el fondo se siguen las normativas europeas, en las cuales el aprendizaje tiene que estar centrado en el estudiante, te debes adaptar a ellos. Estos procesos hacen que las instituciones estén muy orientadas a la docencia y a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
- ¿Y además de para renovar la acreditación, que es el objetivo, para qué sirve este proceso?
- No solo aprobamos el examen sino que aprendemos y mejoramos, que es lo importante. Por ejemplo, en los informes nos hacen comentarios. Uno de ellos, en el curso 14/15, era que teníamos que mejorar las guías docentes. En el 16/17 pasó a ser una recomendación que se homogeneizaran. Y en el 17/18 ya aparecen nuestras guías como una buena práctica. Vamos aprendiendo y, sobre todo, es importante que nos hayamos centrado en mejorar los aspectos relacionados con la docencia, porque normalmente los profesores estamos muy centrados en los aspectos relacionados con la investigación, y parece que la docencia no entra en valor. Y esto hace que nos giremos. Eso es importante. Entender y escuchar que el alumno no es que sea un protestón, sino que tiene motivos más o menos objetivos para estar insatisfecho... Eso es algo que nos viene bien saber. Que los profesores seamos el colectivo más satisfecho es un dato que también nos debiera hacer reflexionar... Pero lo más importante es que yo creo que este es un proceso que te ayuda a ordenar. En vez de ir sumando procesos transversales, este te ayuda a hacer una película de lo que pasa en la vida de un título en un periodo largo, como son 6 años para los grados, en los que pasan muchas cosas y te vas dando cuenta de muchas de las modificaciones que hay que hacer.
- ¿Este tipo de procesos de evaluación son mejorables o están bien como están?
- Como sistema en general, me refiero a nivel universitario español, creo que es un sistema que hay que repensar porque al ser un sistema basado en una norma ISO es un sistema muy formal. Te ajustas a unas cuestiones de calidad a las que te has comprometido, que son unas cuestiones algunas un poco rígidas o algunas que cuesta entender que se relacionen con la calidad. Por otra parte, el proceso al que somete a una universidad como la nuestra en un periodo de dos años es absolutamente brutal. Imagino que a universidades que nos caben dentro de una facultad de las nuestras les pasará a su nivel lo mismo. Esta saturación les llega también a las agencias evaluadoras; más del 50% del trabajo que ha tenido este año la Fundación Madri+d para el Conocimiento se lo debe a la UCM. Pero como digo, creo que hay ir refinando y viendo en qué cosas nos fijamos. Es decir, si los títulos ya están acreditados, si han pasado ya dos filtros, seguramente el siguiente filtro que tengan que pasar deba ser de naturaleza diferente fijándose en otras cosas, no en las mismas, e imagino que con un criterio distinto que el de la titulación que no pasó el filtro anterior. Eso es importante. En cuanto a la carga de trabajo que supone, ya hay una cosa que está en marcha, que creo que va a aligerar esto, que son los procesos de acreditación institucional. Se trata de que una Facultad se acredite globalmente y no cada titulación que tiene de manera independiente. Hay tres facultades en la UCM -Filología, Ciencias Económicas y Empresariales e Informática- que están participando en un proceso piloto, que enseguida yo creo que van a poder estar certificadas. En resumen, creo que el sistema tiene que simplificarse y hacerse más inteligente, porque realmente es un esfuerzo muy grande.
- ¿Son muchas las personas que coinciden ya hoy en esta necesidad de repensar el sistema?
- Es un rumor más bien alto. El asunto es que las agencias de calidad españolas no son independientes de las agencias de calidad europeas y, bueno, estamos un poco yendo al aire que ellas van marcando. Yo creo que se está repensando un poco. Yo creo que sí, pero todavía no está en las agencias; está en las universidades, que somos una de las partes afectadas por todos estos procesos tan costosos. Que hay que hacerlos, que hay que informar a la sociedad que estamos bien, que los padres estén tranquilos porque los niños vienen aquí y aprenden, que hay profesores, que hay aulas, que hay medios para aprender, que hay prácticas... Todo ese mensaje de transparencia es muy importante, pero creo que hay que repensarlo. Lo siguiente que va a entrar es la acreditación de los doctorados y, claro, han intentado aplicar un modelo similar al de las acreditaciones de grado y máster y el doctorado tiene unos rasgos netamente diferentes. Por ejemplo, en las titulaciones de grado y máster es muy importante la tasa de empleabilidad; podríamos discutir si eso tiene sentido en un grado o un máster, pero desde luego un doctorado tiene otro perfil. Ahora se está repensando ahí, y vamos a ver qué es lo que ocurre. En cualquier caso no es un proceso en el que seamos totalmente autónomos, ya que rendimos cuentas externamente.