Miles de alumnas, profesoras y personal de administración y servicios de la Universidad Complutense se han sumado a la huelga feminista que bajo el lema "Las mujeres paramos el mundo" recorre el planeta este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Muchas alumnas lo han hecho sumándose a la convocatoria realizada por la Comisión 8M en la UCM, que se ha materializado en una manifestación que ha recorrido la Avenida Complutense a partir de la una del mediodía. Muchas trabajadoras y docentes han llevado a cabo el paro de dos horas por turno convocado por los sindicatos CC OO y UGT, y que ha incluido una concentración en la plaza de Medicina a partir de las 12 de la mañana, que ha finalizado con la lectura de un manifiesto por la igualdad. A esta convocatoria también se han sumado numerosos profesores y trabajadores. En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología se ha llevado a cabo una lectura ininterrumpida de "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir, organizada por profesoras y alumnas del Máster de Estudios de Género UCM y por Voluntariado Sociología
El lema elegido para encabezar la manifestación feminista en la UCM ha sido "Contra un sistema educativo precarizado y excluyente". Como explica la delegada del rector para la Unidad de Igualdad, María Bustelo, este 8 de marzo "está claro que estamos asistiendo al nacimiento de nuevo movimiento feminista, esta vez de gente joven, en el que además se están introduciendo conceptos no sólo de feminismo, sino de interseccionalidad, es decir de otras desigualdades que se cruzan también con el tema de género. Yo estoy muy emocionada, la verdad. Creo que está siendo una convocatoria realmente tremenda", señala Bustelo momentos antes de que la manifestación comenzase a recorrer la Avenida Complutense desde las puertas del Jardín Botánico de la UCM.
En la manifestación se han cruzado lemas muy diferentes. "La lucha será feminista o no será", "La desigualdad es más violenta que cualquier protesta", "Cuando nos tocan a una, nos tocan a todas" o "No hay mujeres en mi temario de literatura", son algunos de los muchos lemas que coreaban las estudiantes o llevaban escritas en las decenas de carteles que portaban durante el recorrido que las llevó hasta el Rectorado. "La universidad -valora María Bustelo- no puede estar ciega. El valor de la igualdad de género es una cuestión absolutamente clave, porque no solo somos una institución que tenemos que perseguir la igualdad, sino que además somos una institución que educa y, por tanto, debe transformar. Realmente la universidad tiene que hacerse eco de esto, y más aún viniendo de la gente joven, porque esta es nuestra razón de ser".
La delegada del rector quiere subrayar también que no basta con reclamar solo el 8 de marzo. "Hoy es un día para reivindicar, para visibilizar todo lo que nos queda por hacer. Pero mañana mismo, 9 de marzo, tenemos que seguir en ello. No hay que olvidarse de que el resto de los días que no son 8 de marzo tenemos que seguir trabajando por la igualdad".
De acuerdo con la propia María Bustelo y también con lo señalado por los representantes sindicales en el paro realizado en la Plaza de Medicina, las universidades son también focos de desigualdad. Basta con ver las cifras y el gráfico de tijera que de ellas se desprenden para darse cuenta de ello. La propia María Bustelo lo explicaba hace apenas unos días, en la presentación de la exposición "WILPF. 100 años de feminismo pacifista", que a partir del lunes 12 de marzo se podrá visitar en la Biblioteca María Zambrano, tras haber estado durante dos semanas en la Facultad de Educación. "Hay segregación vertical. Por ejemplo, en Facultades como Educación el 82 por ciento de las estudiantes de grado son mujeres, mientras que las catedráticas son el 38%. Y esta es una de las que más hay, ya que la media de catedráticas en la UCM es del 29%, bastante más, por cierto, que la media española y europea, que es del 21 %. También hay segregación horizontal. Hay áreas en la que la presencia de la mujer es escasa. El máximo exponente es la Facultad de Informática, en la que solo hay un 15% de alumnas y está bajando, cuando en la UCM son un 62%. Está claro -concluyó María Bustelo- que tenemos un problema cuando la variable hombre/mujer sigue explicando muchas cosas".