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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 21 de noviembre de 2024

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La socióloga Saskia Sassen inaugura el ciclo de conferencias sobre la Agenda 2030

El auditorio Caja de Música del Ayuntamiento de Madrid ha acogido este domingo 11 de marzo, la primera de las conferencias que se celebrarán dentro de un ambicioso proyecto de Encuentros Complutense bajo el nombre Agenda 2030. Del discurso a la política. La encargada de inaugurar esta iniciativa, que se extenderá hasta junio de 2019, ha sido la socióloga Saskia Sassen. El rector de la Universidad Complutense, Carlos Andradas, explica que este proyecto es "una muestra más de la colaboración entre la UCM y el Ayuntamiento de Madrid". También informó de que todas las contribuciones se reunirán en un volumen de Ediciones Complutense el próximo año. Inés Sabanés, delegada del área de Gobierno de Medioambiente y Movilidad, y la periodista Pilar Velasco, se encargaron de presentar a la conferenciante, y aseguraron que hay que agradecer que "esta reflexión se pueda hacer entre la política y la academia".

 

Saskia Sassen, que fue galardonada en 2013 con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales por sus contribuciones a la comprensión del fenómeno de la globalización y la sociología urbana, habló en su charla de cómo se han modificado nuestras sociedades. Esos cambios han hecho que se pierdan muchos elementos tradicionales y que se añadan otros nuevos, lo que ha hecho que haya "categorías de análisis que ya no sirven".

 

Puso como ejemplos de estos casos, la realidad de Estados Unidos, en la que "una vez que uno ha estado desempleado durante unos cinco o seis años desaparece de las estadísticas del desempleo". Y también la existencia de las "tierras muertas". Piensa la sociólogoa que "en España tienen también bastantes de estas tierras, especialmente, en el centro". Explicó Sassen que en Estados Unidos, "esas tierras es como si no existieran, así que cuando los gobiernos gobiernan, ¿qué gobiernan en cuanto al territorio nacional? En Estados Unidos esas tierras no se gobiernan, así que su espacio operacional es mucho más restringido que la del espacio soberano".

 

Capacidades y altas finanzas

Estos cambios en los paradigmas los relaciona Sassen con nuestras capacidades, un concepto que siempre vemos como algo positivo, pero que también puede ser muy negativo. Por ejemplo, "en 20 años, con instrumentos modestos y simples logramos destruir uno de los mares internos más grandes del mundo, el mar Aral, y esa es evidentemente una capacidad negativa".


De todos modos, según Sassen "hay que reconocer que también tenemos capacidades de hacer desde un punto de vista positivo. En definitiva, la noción central es que con elementos bastante simples podemos crecer, pero en lugar de eso lo que hacemos es delegar y aquellos en los que delegamos muchas veces lo hacen de manera negativa".

 

Esos en los que delegamos consiguen hacer crecer sus beneficios en trillones de dólares en unos pocos años, siendo unas ganancias que superan incluso al PIB global. Se pregunta Sassen cuál es la máquina de vapor de nuestra época, la que permite que eso ocurre, y se respone que son las altas finanzas, porque ese "resultado económico se da a través de una complejidad que es la matemática algorítimica, un factor crucial que transforma muchas cosas en nuestras sociedades".


Explica la socióloga que en Goldman Sachs, donde antes estaban las secretarias, ahora hay cien físicos. Reconoce que admira "su inteligencia, así como a la poderosa matemática algorítmica, pero este instrumento es devastador, es muy destructivo".

 

Sassen no quiere demonizar a nadie y por eso hace una distinción entre la banca tradicional, "que es comercio, y las altas finanzas, que venden algo que no tienen. Y vender algo que no tienen no es tan fácil y más si lo hacen de manera legal". Puso un ejemplo de ese poder de las finanzas como fue "el control de aluminio que tenía Goldman Sachs, que le permitía retrasar su entrega y de eso modo especular, transformando las materias primas en instrumentos financieros muy abstractos. Eso alzó el precio del aluminio y al final fueron llevados al juzgado porque lo que hacían no era totalmente legal, pero pagaron una multa de 5.000 millones y con eso evitaron cualquier tipo de juicio".

 

Hipotecas subprime y deuda del hogar


La socióloga añade que son una serie "de mentes brillantes para generar un proceso que no debería existir", y en el que "la ciudadanía está totalmente al margen".


Según sus datos, "el 80% de todas las transacciones financieras actuales pasan por circuitos privados, y aunque la bolsa es un elemento público, ya representa mucho menos de lo que son esas transacciones, así que hablamos de mundos cerrados, secretos, y que funcionan dentro de la legalidad".


Un ejemplo de estos procesos al margen de la ciudadanía son "las hipotecas subprime que no eran hipotecas reales, sino un mecanismo extractivo vestido de hipotecas para 14,5 millones de clientes". El sector financiero, y los altos grandes inversores, sabían que eran productos tóxicos, pero "querían activos que sirvieran de seguridad para las inversiones".


La pregunta que se hace Saskia Sassen es, ¿qué están haciendo ahora? Una de las respuestas está en la deuda de los estudiantes en Estados Unidos, que está ya en un trillón de dólares. La banca, según la conferenciante, "no sabe qué hacer con esa deduda, pero sí el sistema financiero, que ha conseguido que se apruebe una ley para que esa deuda no se pueda cancelar nunca, y que además vaya creciendo, hasta que no se abone o se muera el deudor".


Otro ejemplo serían los créditos que se dan a los hogares. Este fénomeno es global, y no se circunscribe a Estados Unidos. Recuerda Sassen que "de 2000 a 2005 fueron años muy importantes para Europa del Este, por ejemplo, y esa deuda en 2000 era del 11%, mientras que en Estados Unidos fue del más del 100%. Por poner sólo un ejemplo, en Hungría cinco años más tarde, había un 40% de deuda en cada hogar, mientras que en Estados Unidos llegaba al 130%. Ahora bien, ¿a quién le pertenece esa deuda y cómo la manejan? Si es propiedad de una pequeña banca local y relocaliza no está mal, pero en realidad no es así".


Explica Sasken que la deuda de Hungría, por seguir con el ejemplo, en un 40% es propiedad extranjera. Es decir, "te dan el préstamo y sacan todo ese dinero del país, incluida la plusvalía. Es un sector extractivo de las altas finanzas, que ahora puede sacar tanto de grandes riquezas como de casas muy modestas".

 

Compra de edificios


Otra modalidad extractiva "que es muy problemática también es la compra de edificios importantes". Un fenómeno que empezó hace varios años y ha subido en los últimos cinco o seis. Grandes capitales extranjeros compran edificios que ya existen, por ejemplo en Londres hay ya miles de edificios comprados por entidades de fuera del país, que "no se sabe ni quiénes son, pero por ejemplo, la realeza catarí tiene más propiedades ahora en Londres que la reina de Inglaterra".


El dinero que se mueve en este campo, en 100 ciudades, sólo en 2014 y 2015, según Sassen, "pasó de 600.000 millones a 1 billón de dólares. Aunque no importa tanto el dinero como la agresividad de ese comprar". La socióloga sistema que es un sistema "que genera plusvalías que son invisibles para los países donde están los edificios". 


En Nueva York, al igual que en otras grandes ciudades del mundo,"existe un fenómeno similar, porque hay grandes torres nuevas que no se sabe de quiénes son, y la gran mayoría están vacías". Esto es así, porque hay un nuevo fenómeno, "también muy problemático, que desurbaniza, construyendo edificios muy urbanos que generan más plusvalía estando vacíos que si estuvieran alquilados, así que al igual que las hipotecas subprime en su día sirven como activos de seguridad para los altos financieros·.

 

Los suburbios


Si a esos grandes edificios vacíos se unen "otras expulsiones como las del campo, el único lugar donde los expulsados pueden ir al final son los grandes suburbios de chavolas en torno a las grandes ciudades. Son las famosas periferias que se yuxtaponen, y que hacen que cada vez haya más periferia y menos centro".


Cree la socióloga que este fenómeno todavía no se da en Europa, donde todavía existen muchas pequeñaos ciudades, pero sí en el resto del mundo e incluso en "lugares de Asia esas barriadas se construyen sobre agua, en caso de que no haya tierra".


Esta destrucción de la ciudad es peligrosa para la propia civilización, porque "la ciuda compleja es hoy, y lo ha sido a través de la historia, uno de los pocos lugares donde los sin poder pueden hacer una pequeña economía local y tener un poco de autonomía". A eso se une que la frontera de algunos siglos anteriores ya no existe, ya no hay lugares remotos, entendiendo que "aa frontera es el espacio donde actores de mundos distintos tienen un encuentro para el cual no hay reglas del juego, y eso es algo que ya no existe, naturalmente".


De acuerdo con Sassen, la ciudad tiene una capacidad de transformarnos a todos en sujetos urbanos, "en un sujeto que cambia, que altera una función profunda, que desestabiliza desde un punto de vista positivo".

 

Nuestros datos y los nuevos ciudadanos


Saskia Sassen ve también "lógicas de extracción en Facebook o Google, porque generan plataformas brillantes ganando millones agarrando nuestros datos para venderlos a empresas". Asegura la conferenciante que hay sólo en Estados Unidos, "10.000 grandes edificios, máximamente privados, que trabajan para ese país y que recolectan información continuamente de lo que hacemos los ciudadanos. Esto es de dominio público, pero la gente no lo sabe, porque hay algo que está ocurriendo, y el espacio urbano debería modificarse para ser uno de los lugares que nos permitan entender lo que está pasando".


Ante los grandes desafíos, considera Sassen que los políticos tienen tarea que hacer, "pero es fundamental que la propia ciudadanía sea consciente de lo lindo que es una buena ciudad con una gran mezcla de clases sociales. La ciudad es muy imperfecta, cada una y todas ellas, pero hay algo grandioso en ese encuentro entre actores que pertenecen a mundos diversos y en la posibilidad de que los desventajados puedan decir: estamos presentes, estamos aquí".


Confía Sassen en los ciudadanos del futuro, en esa nueva "generación de jóvenes que necesitan un espacio colectivo, donde se puedan encontrar con otros. A partir de ese momento la ciudad importará muchísimo, porque será el único lugar donde van a poder participar con otros".

El rector Carlos Andradas en el auditorio Caja de Música del Ayuntamiento de Madrid, presentando a Saskia Sassen, sentada entre Pilar Velasco e Inés SabanésLa socióloga Saskia Sassen inauguró la serie de conferencias de Encuentros Complutense que lleva por título Agenda 2030. Del discurso a la políticaTras su charla Saskia Sassen respondió tanto a preguntas de Pilar Velasco como del público y atendió a los medios de comunicacionSaskia Sassen posa con representantes del Ayuntamiento de Madrid y de la Universidad Complutense en la inauguración de este ambicioso proyecto de Encuentros ComplutenseSaskia Sassen fue galardonada en 2013 con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales por sus contribuciones a la comprensión del fenómeno de la globalización y la sociología urbana
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